SEGUNDA PARTE DE ESTÁ ENTRE NOSOTROS
Tras lo ocurrido en la casa de los Mason, Connor queda encarcelado por presuntamente ser el autor de todos los hechos, mientras todavía sigue teniendo al espíritu de Azel Roth en su interior.
Entre los muros de l...
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Dos policías contemplaban atentamente a dos cadáveres que se encontraban tirados sobre el suelo, con sangre seca bajo sus espaldas. Estos cuerpos pertenecían a una pareja de treinta años ambos. El hombre tenía sus costillas totalmente abiertas, dejando ver el interior de su torso, mientras que el cuerpo de la mujer estaba totalmente echo un ovillo, con varias de sus vertebras y huesos fracturados.
Un brillante destello iluminó la escena del crimen, procedente de la cámara de una chica que se encontraba de rodillas a poca distancia de los cuerpos. Constantemente multitud de forenses caminaban alrededor del comedor, recogiendo y buscando pruebas que permitieran descubrir quién había sido el autor de aquel desagradable crimen.
- ¿Es obra de él?- preguntó uno de los policías, que se hacía llamar Ben Watts.
Un segundo destello volvió a iluminar aquel salón y tras revisar la fotografía, la chica se puso en pie y guardó la cámara en su funda.
- Todo apunta a que sí... ¿Vosotros que opináis?- preguntó Lucía Torres mirando a sus compañeros.
- Yo creo que sí... pero no sería la primera vez que nos encontramos con un imitador.- respondió el segundo policía, que se llamaba Bastian Tyer.- Tú eres la experta en estos casos.
Lucía colocó bien su coleta y se volvió a agachar junto a los cuerpos. Era una chica de estatura media y un físico esbelto. Su pelo era castaño claro con algunos destellos rubios y también castaños eran sus ojos. Con tan solo veintidos años de edad se había convertido en una respetada criminóloga del cuerpo policial de Alaska.
- La extirpación de tejido facial está presente en ambas víctimas, algo clave cuando se trata de Zass. Ha sido un asesinato violento y aleatorio. Si tuviera que elegir a un sospechoso principal, ese sería Zass.- contestó Lucía.
- ¿Cuántos años llevas persiguiendo a este hijo de puta?- preguntó Bastian.
- No lo sé... ¿tres años quizás? La verdad es que no lo tengo claro.- contestó Lucía.
- Estás ojerosa, quizás deberías dejarnos este caso a mí y a Bastian.- dijo Ben.- Podemos hacernos cargo.
- Ni de broma.- contestó Lucía tajantemente, haciendo que sus dos compañeros la miraran fijamente.- No me malinterpreteis, sé que sois totalmente capaces de llevarlo, pero sabéis que no puedo quedarme al margen. Ya sabéis, es personal.
- Los dos sabemos por lo que estás pasando y sabemos que no hay nadie que tenga tantas ganas de atrapar a ese cabrón como tú, pero no te vendría nada mal apartarte unos días.- dijo Ben.
- No puedo...- contestó Lucía tragando saliva.
- Como quieras... lo entiendo. sabes que te ayudaremos en todo lo que nos pidas.-dijo Bastian.
- Lo sé.- contestó Lucía con una sonrisa, para después darse la vuelta y dirigirse hacia uno de los forenses que inspeccionaban los cadáveres.- Quiero que miréis debajo de sus uñas, en las raíces capilares, suelas de zapatilla... revisar cualquier lugar donde pueda haber algo que nos aporte un poco de luz.
