5. Causa

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- Vamos, acercarte

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- Vamos, acercarte. No muerdo... o sí.- dijo Zass estirando los brazos hacia Lucía.

Lucía miró fijamente a Zass. No sabía que pretendía con aquello pero si no seguía las ordenes, los ayudantes de Zass matarían a dos inocentes. Se acercó lentamente a él, hasta que a penas unos centímetros separaban sus rostros.

- ¿Sabes? Muchos dicen que soy un carbón sin sentimientos. Un asesino morboso y sin moral, que le da igual matar e incluso le da placer. Y lo cierto es que es verdad, no lo voy a negar. Pero no todo es malo en mí y lo que no se puede negar es que soy un tío de palabra. Me preguntaste que por qué le hice eso a tu novio y yo te conteste que si me encontrabas hoy te lo contaría... asique... ¿Quieres saberlo?- preguntó Zass.

Lucía tragó saliva y miró desafiante a Zass.

- Sí.- respondió.

- Está bien, pero recuerda, nada de alborotos ni pistolas. O ya sabes...- dijo Zass señalando de nuevo a los dos civiles.

Lucía asintió.

- Perfecto... si tengo que darte una razón, lo cierto es que no hay ninguna en concreto. No fue nada personal, eso te lo puedo asegurar. No soy de esa clase de asesinos que matan por dinero o por intereses... no. Yo lo hago por placer. Muchas veces elijo yo la víctima, otras veces las elige él.- dijo Zass señalando hacia una de las esquinas de la sala.

Pero al mirar Lucía hacia esa dirección, no vio nadie allí. Esa zona estaba totalmente desierta y nadie se encontraba allí... ¿A quién se refería?

- Recuerdo aquel día... mejor dicho aquella noche. Como no recordarla. Debes estar muy orgullosa de tu chico, es el único superviviente a un ataque mío y eso... eso es digno de admirar. Si sigue vivo a día de hoy es por eso, porque siento una gran admiración hacia él. La seguridad del hospital es nula y más de una vez he entrado en su habitación para hablarle al oído. Sé que puede oírme.

Lucía desenfundó la pistola y la colocó apoyada sobre el vientre de Zass.

- Venga ya Lucía... fuiste tú la que sacó este tema... ¿Qué esperabas escuchar? ¿Una historia dulce con final feliz? Sabías perfectamente que no... anda baja esa pistola, antes de que me empalme.- añadió Zass riendo.

Lucía golpeó el estómago de Zass con la culata de la pistola, pero este ni siquiera se inmutó.

- Sigue.- dijo Lucía.

- ¿Por dónde iba? Ah sí. Era una noche lluviosa, él estaba apoyado sobre el capó de su coche, mirando hacia el edificio que tenía enfrente. Parecía no importarle mojarse... ¿Estaba esperando a que tú bajaras de tu casa verdad?

Lucía asintió con una lágrima en su rostro.

- Tal y como pensaba... estaba allí parado, mojándose entero. Sin duda tenía muchas ganas de verte. Yo lo vi allí, solo, a esas horas de la noche... y no pude resistirme. Me abalance sobre él y le hice una llave de cuello. Mi objetivo era dejarlo inconsciente para meterlo en mi coche, pero me confíe demasiado. Con un rápido movimiento me hizo volar por encima suya y me hizo caer de espaldas contra el suelo. Fue un golpe duro, noté mis vertebras crujir. Comenzó a darme puñetazos en la cara... uno detrás de otro. De verdad pensaba que iba a matarme. Pero conseguí meterle el dedo en el ojo y me lo quite de encima. Comencé a golpear su cara una y otra vez contra el capó de su propio coche. La sangre salía despedida como una fuente. Estaba decidido a reventarle el cráneo, pero de pronto apareciste tú y tuve que huir. Todavía recuerdo tus ojos llorosos clavados en los míos, totalmente rota. Y son los mismos que veo ahora, mientras hablamos.- añadió Zass con una sonrisa entre sus negros dientes.- Eres una mujer fuerte Lucía, muy fuerte. Pero tienes debilidades. Y tener debilidades en este mundo significa muerte. Estoy seguro de que si ahora te digo que tengo a un contacto sosteniendo un machete sobre el cuello de tu novio, esperando a mi señal para matarlo, harías lo que fuera para salvarlo. Te entregarías a mí. Y eso no es tolerable para alguien como tú. Tienes mucho potencial, más del que jamás serás consciente. Libera tus dependencias emocionales y no habrá nadie que te haga sombra.

Lucía miraba seriamente a Zass, mientras los recuerdos de aquella fatídica noche llovían en su mente.

- Para terminar, yo lo resumiría con que tu novio estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado. No le des más vueltas. No busques motivos ocultos... no los hay. Así soy yo.- añadió Zass.- Y ahora... detenme.

Zass se colocó de rodillas y estiró sus brazos juntando sus muñecas.

Ante esto, Lucía quedó totalmente desconcertada... ¿Así? ¿Sin más? ¿Simplemente se iba a arrodillar y dejar detenerse? No podía estar hablando en serio.

- Vamos, sé que estás deseándolo. Llevas tres años intentándolo. Jamás volverás a tenerlo tan fácil.

Lucía seguía mirándole fijamente a los ojos.

- Oh ya sé que pasa. Piensas que es un truco. Pero puedes estar segura de que no lo es.

Zass hizo una seña a sus dos cómplices y estos soltaron a sus respectivas víctimas, las cuales salieron corriendo entre la enorme multitud.

- Venga Lucía... ¿Vas a esposarme o no?

 ¿Vas a esposarme o no?

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Está entre nosotros : SCAVENGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora