16. Misión encomendada

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- Como te lo he dicho antes, sé que mi hija va en buenas manos cuando está contigo. – dijo la reina.

- Sabe que amo a su hija, y la protegeré con mi vida si es necesario. Se lo aseguro, mi reina.

Una vez que el rey se despidió del príncipe, se acercó a su hija para abrazarla cálidamente.

- Me alegra que vayas en representación de nuestro reino a Ordon, sé que te comportarás como la dama educada y madura que eres.

- Así será, papá, sabes que siempre llenaré de prestigio nuestra amada tierra. Cuídate mucho, por favor.

Una vez que Zelda dejó de abrazar a su padre, la reina se acercó a ella para despedirse de la misma manera, sin embargo, esta despedida fue muy diferente a la que ella se imaginaba.

- Cuídate mucho, hija, y recuerda escribirnos apenas llegues al palacio.

- No te preocupes, mamá, te aseguro que lo...

Las palabras de la joven fueron interrumpidas, pues sintió como su madre metía un objeto a uno de los bolsillos de su vestido.

- Entrégale esta carta a Aitana, hazlo cuando tengas la oportunidad de estar a solas con ella y trata de que nadie se entere sobre esto. – susurró en voz baja.

Zelda escuchó atentamente las palabras de su madre, le parecía extraño lo que le estaba pidiendo, pero sintió la necesidad de hacer lo que le pedía, sin preguntar razones.

- Pierde cuidado. – afirmó sonriéndole.

Después de la despedida, los jóvenes se subieron a la carroza, mientras eran escoltados por varios soldados del reino. Aparte de los corceles que arrastraban el vehículo, Epona caminaba junto al mismo; Link decidió que los acompañe en su viaje, ya que presentía que la necesitaría para lo que su padre le iba a encomendar.

...

Mientras se alejaba la carroza, un hombre y una mujer observaban como esta iba saliendo de la ciudadela. La chica parecía la más disgustada con dicha situación.

- ¿Se van de viaje? – preguntó enojada.

- Así es, al parecer se van a la tierra del príncipe. – indicó el hombre con voz neutra.

- ¡Pero cómo es posible! Se supone que propagar ese rumor por medio de esos volantes tenía que separarlos. No puedo creer que Link sea tan idiota en seguir con su esposa después que lo ha engañado. ¡Pensé que tu plan daría resultado, hechicero, y lo único que lograste es unirlos más!

- ¡Cálmese, Ilia! No le voy a negar que ellos ahora están enamorados de una manera dulce y apasionada, y que en este tiempo están viviendo una intensa y desenfrenada "luna de miel", pero mantenga la cordura, le dije que esta es la primera fase del plan para separarlos, y usted no se ha dado cuenta de que ha resultado, pues por más que esta situación la estén manejando de la forma más apropiada, en cierto modo les ha incomodado, especialmente a la princesa. Ella está luchando con viejos miedos que la perturbaron en el pasado.

- ¿Miedos que la perturban? ¡Explícate! – exclamó enojada.

- Ya con el tiempo se dará cuenta...

- ¡Créeme que estoy perdiendo la paciencia! No sé qué tengas en mente más adelante, pero sea lo que sea, espero que resulte.

- Paciencia, muchacha... con paciencia se llega lejos. Aunque no lo parezca, mi magia está interviniendo en esto más de lo que se imagina.

...

Luego de una cansada semana pasando por diferentes regiones, los príncipes llegaron por fin al reino de Ordon. Zelda estaba maravillada admirando el reino, observaba que, a pesar de tener casas y edificios perfectamente construidos, los árboles, plantas y flores le daban al lugar una hermosa aura natural, cosa que su reino no tenía, pues la mayoría de la vegetación solo estaba en su palacio o fuera de la ciudadela.

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