Capitulo 26

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—¡Edythe!

Abro los ojos de golpe cuando escucho el llamado de Gareth. Mi boca se mantiene seca y el dolor del hombro parece solo un nítido dolor. Doy un fuerte suspiro cuando me doy cuenta de donde estoy. De repente me siento tan pesada y me doy cuenta de que he visto el grimorio, de que he estado tan cerca de encontrarlo y que una vez más el pasado se ha quedado únicamente con él. Mi antepasada ¿Ha tratado de matarme? Miro mis manos y mi cuerpo incluso donde la flecha me había atravesado pero no hay nada que pueda afirmas que ello ha venido del pasado.

—¿Qué te sucedió? ¿Hiciste algo?— las preguntas de Gareth hace que me golpee una vez la realidad en donde me encuentro y lo miro negando rápidamente.

—¿Te encontraste con Deimon?

No sé si contestarle por lo que me permito quedarme un poco de tiempo más callada. Gareth suelta un bufido frustrado que hace que los recuerdos vuelvan a mí. No solo mi antepasada trato de matarme, Deimon iba a dejar morir a Ellie si no huía de él. Me tapo el rostro con mis manos y sacudo mi cabeza en un intento de poder calmarme pero mi corazón sigue latiendo tan fuerte e incluso aun siento el humo del carruaje entrando por mis fosas nasales.

No es hasta que me doy cuenta que hay algo húmedo en mi cuello, algo frio que hace que me erice y cuando mi mano lo toca es algo liquido de color carmesí. Es mi propia sangre. Gareth alarmado de verme se levanta y me rodea para ver la herida.

—Voy a preguntarte de nuevo Edythe ¿Te cruzaste con Deimon?—Asiento rápidamente.

—Pero él pensó que yo era Ellie no sabe quién era.—excuso.

Gareth parece mirar el líquido carmesí rojo y veo como traga pesado.

—Te ha marcado.

—¿Qué?

Gareth se levanta y rápidamente de su teléfono abre la cámara y toma una fotografía. Acto seguido me la muestra y me quedo congelada. El pentágono sigue marcado, el de hace dos visitas, pero esta vez parece que le sale liquido por cada esquina. Es un perfecto pentágono con la diferencia de que mantiene una "D" en medio. Gareth niega rápidamente.

—Extrañamente nada ha cambiado, parece que su encuentro no afecto nada.

La voz de Gareth hace que vuelva a mirar la imagen y no puedo creer que ello me haya quedado marcado, como un tatuaje.

Gareth sale de la habitación y unos minutos después me ofrece un pañuelo para que me limpie. La sangre no es tan abundante y aun así se ven tan extraña, como si hubiera una atracción ante ella. Y de hecho así lo era. Gracias a mi antepasada el ADN que corría por ella había llegado por mí. La sangre nos unía en pacto. No tardó mucho en levantarme de la habitación, Gareth también se mantiene a mi lado, vigilando cada uno de mis movimientos.

—Lamento romper las reglas—le digo a Gareth y el niega rápidamente.

—Tienes que irte. Si Deimon se entera que te hice volver al pasado su ira no se calmara.

Asiento rápidamente y tomo la mochila que había preparado. Gareth no se despide de mí y aunque quiero agradecerle de todo lo que me dio el simplemente me deja ir. A pesar de haberlo juzgado, a pesar de las cosas que casi me llevaron al borde de la muerte Gareth se ha comportado de una amable y buena conmigo y su poco entendimiento con los humanos había cambiado gracias a mí. Me vehículo está afuera y no sin antes le doy una última vista a la casa de Gareth, prometiendo que si las cosas iban bien iba a volver. No era un mal demonio después de todo.

Cuando llego a la casa del pentágono la mayoría de los muebles permanecen cubiertos por una sábana blanca y me da terror, tal vez si cambie algo. Me acerco a la sala e incluso a la cocina pero todo parece vacío, deshabitado.

DeimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora