Capitulo 11

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Una voz cantarina fue la que me despertó. Escuche sus pasos caminar de un lado a otro justo como cuando mi madre lo hacía cada vez que solía enfermarme.

Sentía mi cuerpo pesado, como si tuviera fatiga o incluso sin energías para poderme levantar, era bastante extraño. Como si hubiera sido golpeado y a causa de los moretones estos me mantenía la piel agarrotada, trate de estirarme pero me dolió más. Las sabanas seguían igual que siempre y las cobijas que Emily había colocado para el frio realmente estaban sirviendo. Arrastre mis dedos por la cama y trate de ver por ellos donde me encontraba. Abrí los ojos cuando sentí que la cama se hundía y seguía así, como si alguien se hubiera sentado.

- ¿Edythe?- hablo.

No podía creer lo que podía ver. Estaba enfrente de mí con su cabello color chocolate y sus ojos de color café, así como su piel clara, y sobre todo suave, eso lograba hacerla ver que estaba más presente.

- ¿Emily?- pregunte. Ella sonrió y se levantó para colocar en mi mochila un paraguas, gire la vista hacia donde estaba la ventana parecía que toda la noche había estado lloviendo por lo que era toda la noche.

-Me preocupe cuando no bajaste a desayunar, así que aquí estoy.

Apreté los parpados y agite mi cabeza en un intento de poder tratar de entender por qué estaba viendo a mi madre y no un cuarto vacío donde era secuestrada. Alce la vista cuando volvió a mirarme, tratando de evaluarme para saber qué es lo que sucedía conmigo.

- ¿Dónde...?- me detuve cuando sus ojos adquirieron un brillo, como si le interesara que iba a decir - ¿Dónde está Deimon?

Al momento el brillo desapareció, sus facciones siguieron igual, ni siquiera se habían movido. Parecía que Deimon había desaparecido sin dejar rastro o alguna pista de donde estaba ¿Se habría arrepentido de tenerme con el pentágono? Aún recuerdo lo que hable con Rein, lo que había pasado con Deimon todas las cosas de las que había sido ocultada.

- ¿Quién es Deimon?-hablo

Alce la vista comprobando si no estaba jugando conmigo o con lo que sucedió. Parecía ser honesta en cuanto no saber quién era Deimon y si Carl estaba en casa no había reaccionado ante en ese momento. Me pregunte en un momento si realmente había imaginado a Deimon, aunque lo más probable es que así era y realmente me había vuelto loca. Tal vez era así. Después de todo el doctor que trataba de curar algunas memorias perdidas de mi infancia había dicho que las alucinaciones de los colores eran parte de mi infancia aunque eso siguió mucho tiempo después. Tal vez ahora era Alicia en el país de las maravillas con su locura infinita.

Habían pasado un par de segundos cuando se levantó, aun observándome con extrañeza. Estaba decidida a contarle lo que había pasado todo este tiempo y platicarle lo que sucedió con el pentágono.

-Debo hacer el desayuno- Dijo y camino hacia mi puerta -Después me dieras quien es Deimon.

Espere a que saliera de mi cuarto para dejarme caer y tallarme los ojos con el intento de poder despertar. Pero aunque me pellizque y trate de gritar parecía tan real este mundo. En cierta forma la nostalgia me había invadido, Chase no era más que parte de un sueño, la seriedad de Jason o el sarcasmos de Stephan, incluso Deimon había desaparecido, así como solía hacerlo cuando quería escapar. Me desespero.

Decidí levantarme y hacer las cosas que solía hacer antes, vestirme para la escuela, cepillarme los dientes y después el cabello bajar las escaleras y desayunar e irme a la escuela. De hecho tuve que a cerciorarme de que no había pasado un mal rato y camine hasta donde estaban los cuartos de Deimon y Eleonor. No había nada que testificara que ellos habían estado aquí ¿Realmente que había pasado?

DeimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora