Capitulo 6

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Había escuchado que la muerte te persigue, que en algún momento determinado tu cuerpo lo iba a sentir y que los gritos desgarradores estarían ahogados por el miedo. Me parecía algo divertido estar encerrado en tu cuerpo, como una jaula personal sin ser liberado. Ahora mismo yo me sentía así.

Había despertado en una habitación extraña y aunque me hubiera gustado haber dicho que era linda, no lo era. Las sábanas estaban amarillentas y un ligero olor a humedad se escurría en el cuarto, las paredes eran de color verde musgo y las cortinas de un color blanco, no había muebles y el piso de madera parecía desgastado.

Arrugue la nariz y mire a los lados ¿Dónde estaba Deimon? Me patee mentalmente cuando debí preguntar primero ¿Dónde estaba? La oscuridad se apoderó de mi cuando Gareth y Rein peleaban, usando eso como distracción, Deimon me había secuestrado.

Era cierto, un demonio me había secuestrado y había estado viviendo en la casa de mis padres. Y sin darnos cuenta buscaba el Grimorio, un libro que era más peligroso de lo que pensaba. Si Deimon me había secuestrado lo más seguro es que ahora quería matarme y tenerme secuestrada hasta que le dijera dónde estaba el Grimorio o en todo caso torturándome para hablar.

Un escalofrío me recorrió cuando lo imaginé tratando de enterrar mi cuerpo en algún bosque lejano y después mintiendo de mi muerte. Me dolió, porque si eso sucedía Emily iba a llorar mucho, su corazón iba a estar destrozado si Deimon decía eso y yo, bueno, yo estaría muerta en ese entonces.

Me levante con cuidado y puse un pie en el suelo, por suerte la madera no rechino arrastre mi trasero en la cama, hasta poder llegar a la orilla y poder levantarme sin preocuparme de caerme. Debía escapar pronto.

Lo más seguro es que Rein si es lograba salvarse... Rein, no podía ser. No sabía quién era Gareth, pero no podía pensar que resultara herido, no quería ¡No podía! Estaba entrando en histeria, no quería que mi mejor amigo...muriera. Esperaba que no estuviera lastimado y que ahora estuviera con Emily y Carl tratando de encontrarme. Trate de acariciar mi cuello para desaparecer el nudo que se formó de solo pensar a Rein herido.

Mire a todos lados, buscando una puerta o alguna salida pero el cuarto era pequeño que solo había un baño y la puerta a lo que pensaba estaba una casa o un pasillo. Suspiré y me dirigí a la ventana y con mucho cuidado me asome.

"Motel" fue lo primero que leí en un cartel, estaba con letras rojas y se prendía y apagaba. No estaba segura de que hora era pero lo más probable es que estuviera amaneciendo. No podía escapar, estaba en una planta alta, lo más seguro en un piso cinco. Había un estacionamiento y varios autos aun así no podían ver mucho, tenía edificios enfrente y los carros quedaban como en un pequeño callejón.

Seguramente Deimon hubiera pensado en que escaparía y tenía razón, no iba a quedarme con un demonio. Busque por todos lados, mi única salida era la puerta y la ventana, — en caso de que quisiera suicidarme— no tenía elección.

Corrí hacia el baño pero la ventana era demasiado pequeña como para que mi cuerpo lo atraviese, aun así me subí en la taza de baño y agarrando la cortina me equilibre para ver la ventana, si me levantaba con mis codos probablemente podría entrar.

Estaba totalmente encerrada. Aunque si estaba en un motel lo más seguro es que podía correr sin encontrarme a nadie.

Maldecí un par de veces cuando los brazos me dolían y por obligación bajaba. ¿Qué tan fuerte podía ser para escapar? ¿Podría escapar? Gemí de dolor cuando mi pie se rasguño con metal que sobresalía en la pared ¿Dónde estaban mis tenis? Al menos mi ropa estaba en su lugar pero mi tenis no, ni mis calcetas. Me paralice cuando me di cuenta quien me había quitado el tenis. ¡No! ¡No! ¡No!

DeimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora