Capitulo 19

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Las cadenas que sujetan mis muñecas se marcan cuando tiro una vez más de ellas. Mi boca de repente sabe a metal y a sal, gruño de la satisfacción cuando veo a una persona delante mío. Una extraña fascinación me recorre el cuerpo, un placer se interna en lo más dentro de mí ser y sonrió. La persona permanece oculta dentro de las sombras, puedo verla aunque esta no parece fijarse en mí, sonrío con locura, jamás había tenido tantas ansias en hacer algo con locura ¿Qué era lo que tanto deseaba?

Las cadenas que me sostienen de repente se rompen, lo que parece un cuchillo se muestra delante mío enfrente de mis pies y corro, apenas mi dedos tocan el suelo cuando lo levanto y sin detenerme aprieto mi mano para sostenerlo con fuerza, la persona parece darse cuenta y antes de que yo me dé cuenta sostiene mi mano, con un golpe fuerte golpea mi mano con fuerza contra la pared, haciendo que el cuchillo se resbale de mis dedos, gruño molesta, parece complicado matarlo.

—¿Edythe? – Rein me mira asustado, sonrío y golpeo su mano para que me libere. Reviso el piso tan rápido para encontrar el cuchillo, que ha caído pero una mano blanca aparece y lo levanta con delicadeza.

Deimon le da una señal a Rein que rápidamente capto y se retira sin preguntar.

—Te dije que te volverías loca— doy una carcajada tenebrosa y miro a Deimon a los ojos.

—Estoy mejor que nunca, finalmente me libre de todo— digo con voz rasposa. Deimon se limita a darme una forzada sonrisa su mano se desliza hasta mi cuello y levanta mi mentón con sus pulgares.

—No, solo hiciste que los demonios se apoderaran de ti— frunzo el ceño y por extraño que sea no le quito la vista de sus ojos. Incendiados, haciendo explosión en pólvora, se limita a mirarme una vez y después me libera.

¿Mis demonios? ¿Tengo demonio interno? Un dolor de cabeza se apodera de mí y grito con fuerza. Deimon permanece viéndome y solo cuando ya estoy cerrando los ojos logro divisar una sonrisa socarrona.

Abro mis ojos de golpe dándome cuenta que solo ha sido un sueño, han pasado un par de días y los chicos no regresan, después de esa última noche Deimon y yo no conversamos como antes, eras respuesta cerrada y punto. Mire la ventana, esta noche era más oscura que otras, la luna no estaba en el cielo y había nubes extensas en este. Las cobijas tampoco calentaban demasiado, debía admitir que el que Deimon durmiera conmigo se había vuelto como una cobija especial para mí.

En el estacionamiento rápidamente localice a Naneline y antes de dar el siguiente paso para avanzar hacia ella, Deimon me detuvo.

—Si esta noche se hará el hechizo, necesito que traigas a Gareth.

—¿Te refieres a llevarlo a casa?

—No te permitiría hablar con él, pero investigando necesitamos de los cinco su esto lo vamos a hacer bien.

— Hay algo que no entiendo, dijiste que él tiene los cinco poderes suyos ¿Cuál es el quinto?— pregunto sintiéndome intrigada. Deimon suelta un suspiro y me mira.

—Pregúntaselo a él y Edythe— me mira serio— ten cuidado con él.

Asiento rápidamente y camino hacia donde esta Naneline. Algo se interna dentro de mí, como un secreto o algo que descubriría al saber su secreto, realmente lo esperaba. De alguna forma esperaba que aun Gareth, siendo más grande que Deimon, me diera las respuestas que tanto había estado buscando. Pero en serio cada vez parecía más imposible.

Durante las clases el tiempo se detiene, a solo unas semanas se acerca finalmente la graduación. Escucho a mis compañeros hablar de trajes y compañeras hablando de vestidos, de alguna forma me gusta escucharlo, supongo que extrañaba escuchar conversaciones donde no estuvieran las palabras grimorio o demonios y ángeles.

DeimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora