20

1K 168 14
                                    

El silencio reinaba en todo el lugar, al igual que botellas de alcohol vacías, vasos, platos, y sin faltar, chicos como chicas tirados en el césped, piso y camas de la casa.

En una de las tantas habitaciones, un chico abría sus ojos con lentitud, como si tratara de prepararse para algo que lo dejaría en shock, cosa que así fue. Después de un rostro relajado, ahora poseía uno tenso, con sus ojos plenamente abiertos y sus músculos durísimos, su corazón se detuvo en cinco milésimas de segundos. Todo parecía un sueño.
Frente a él, en la misma cama y cubierto por las mismas sabanas, estaba Tom Ridge, con un rostro tranquilo, sus labios entreabiertos dejaban escapar sus respiración corta.

Tord no cabía en la emoción de que esto fuese real y no un sueño más como los que tenia todas las mañanas. Pero esto no era un sueño. El Tom que dormía junto a él era real, y no solo eso, el encontronazo que se darían también seria real.

—Oh Dios ¿Ahora que se supone que haga?—Tord preguntó a si mismo por alguna solución. —¿Me visto y me largo?—esa le pareció una buena idea, aunque no fue de mucho tiempo pues él aun poseía sus ropas intactas.

Sin saber de su cansancio repentino, se dejo caer en el colchón no tomando en cuenta que podía despertar a su acompañante. Tord quería llorar, no de felicidad, sino de tristeza por ese corto momento efimero que la vida le brindo de estar junto a Tom sin ningún insulto. Tord quería abrazarlo pero no querría soltarlo para dejarlo ir.

—¿Que tanto piensas?—pregunto una voz ronca junto a Tord. El noruego no hizo acción de girar a ver el rostro de Tom lo que molesto al otro. Con sus mofletes conteniendo aire se acomodo sobre el pecho del menor en busca de tener su atención. —Tord, no me ignores.

Tord escuchaba la voz del mayor, sentía el calor del mayor, sentía su corazón desenfrenado que incluso creyó que se saldría de su lugar para salir volando por ahí mientras el moría en la cama con Tom de mofletes hinchados en aire, sobre él.

—Tord, ¿estas bien? —pregunto Tom  preocupado al ver que Tord no movía ni sus ojos.

Tord con temor paso sus brazos por la cintura de Tom apresándolo en un abrazo afligido. No era un sueño, era real, y no se estaban golpeando como él creía que sucedería. Tom se dejo hacer por el menor.

—Estaba pensando en como no me has insultado o ultrajado por estar juntos en la misma cama.—dijo irónico el menor riendo por sus, no tan lejos de lo real, conjeturas sobre mañana al despertar.—Aunque prefiero que llames Tord, como has hecho, a que me llames mocoso.

Las mejillas de Tom tomaron calor al darse cuenta que el noruego llevaba razón. Tom aparto el rostro avergonzado.

—Es que tu nombre es muy raro.—Tom se defendió sacando su argumento.

—Al igual el como estamos tu y yo en este momento.—agrego el menor logrando tornar incómodo el ambiente entre ambos.

—¿Porque no lo dejas ser y ya?—cuestiono frustrado el mayor por la actitud pesimista del menor. —Vamos a dejar las cosas claras.—dijo el mayor, dejo su apoyo en el cuerpo del menor sentando en la cama con las piernas cruzadas y un rostro serio.—Tord.—llamo la atención del otro quien había tomado la misma posición que Tom.—Dime la verdad ¿Yo realmente te gusto? ¿realmente gustas de mi? ¿a pesar de ser un hijo de puta?

Tord guardo silencio por unos minutos haciendo creer a Tom que esa era su respuesta. Tord lamió sus labios que estaban secos y ásperos al recién despertar.

—No me gustas.—dijo con Tord con un tono seco. Tom sintió dolor por las palabras. —Creo que te amo.—al decir esto Tom alzo su rostro que hasta hace unos minutos el bajo por la decepción, ahora refleja confusión.—No eres un hijo de puta. Es mas, tienes mejor trasero que una. Tom Ridge tu has hecho mi vida una mierda al enamorarme de ti. Yo no sabia que hacer para aclarar mis dudas, saber porque mi corazón se desboca con tan solo verte, oírte, sentirte. ¿Que importa un poco de bulling si así puedo tener tú atención en mi? aunque siempre termines debajo como muerde almohadas que eres.—dijo haciendo sonrojar aun mas a Tom provocando golpe con una de las almohadas de la cama.—Lo que quiero decir es que no importa como. Yo te amo que hasta me vuelves idiota. Tom lo importante es ¿si tu me amas?

Tom guardo silencio. Esta vez era su turno de hacer esperar al noruego. Tom no se sentía capaz de responder a semejante pregunto. Ni siquiera el sabia lo que sentía por Tord. No era un capricho, no era algo pasajero, no era algo fuerte. Pero aun así Tom lo sentía pero no sabia que era ese sentimiento.

—Yo no lo se.—respondió tras unos minutos de profundo silencio.—Admito que me pones nervioso pero nada mas que eso.

—¿Crees que pueda ponerte en algo mas que nervioso?—pregunto el noruego. Tord poso su mano en el rostro del mayor, ambos se sentían cómodos e hipnotizados. Tom acerco su rostro al del menor compartiendo un beso, un rocé, un poco de ellos juntos.

Because, I Like Boys.Where stories live. Discover now