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El auto de uno de los mayores deslizaba sus llantas por el asfalto de la calle residencial mientras el reproductor de musica dejaba sonar el álbum favorito de Patryk y Paul sostenía el volante entre sus manos conduciendo con precaución, Tord estaba recostado en el asiento trasero sin decir mi una palabra muchas cosas pasaban por su mente y mientras escuchaba las canciones de ese álbum tan triste al igual que deprimente cerro sus ojos tratando de no llorar pero solo era una chico, un adolescente, un inexperto en la vida, un rechazado, un objeto de bulling, sin padres, sin amigos, sin un apoyo especial exceptuando a sus dos "hermanos" todo le era un caso perdido, dejo caer las lágrimas sollozando en silencio llegaronperdiendo la noción del tiempo cayendo dormido.
Paul aparcó, salio de auto tomando el cuerpo de su "hermano" mientras Patryk abría la puerta principal con prisas dejando a su compañero entrar primero siguiéndole de cerca lo vio subir los escalones con Tord en brazos.

Después de unos momentos Paul regreso a su lado en el gran sofá dejo caer su cabeza en su regazo reteniendo las lágrimas.

—Es mejor así—murmuro el polaco jugando con las hebras de cabello del holandés.

—Lo se—respondió este sorbiendo su nariz.

Ver a Tord así, débil, triste, lastimado, deprimido y con un rostro tan tranquilo a pesar de todo con rastros de las lágrimas muertas mientras dormía los hacia rememorar el tiempo cuando ellos tenían la edad del menor.

No fue fácil, no fue sencillo, no fue simple.

Paul sentía su corazón comprimirse, a pesar de ser el mas serio, el mas duro, el mas disciplinario, el era también una persona muy sensible la cual solo Patryk, su pareja, conocía realmente.

El rechazo, los insultos, golpes, desprecios, sollozos, vacíos y mucho dolor los había vuelto fuertes a ambos pero se derrumban al llegar a su limite.

Pero todo eso estaba atrás, Patryk susurraba que todo lo malo se quedo atrás, en el pasado, lo que importaba era el presente, el apoyo que le darían a Tord, solo eso importaba, solo importaba Tord, lo importante era salvarle del abismo que ellos vivieron en carne propia.

—Vamos a la cama—dijo Patryk tomando la mano de Paul levantándose juntos se subieron los escalones, recorrieron el pasillo hasta llegar hasta su habitación, Patryk entro primero bajo el manto cálido esperando a Paul para tomarlo en sus brazos y dormir abrazados, Paul no se hizo esperar, entró en la cama, enterró su rostro de su amante cerro los ojos sintiendo los brazos fuertes y cálidos de Patryk sentía otro manto cobijándole.

—Te amo—fue un susurro muy bajo
pero se logro escuchar desde el pecho de Patryk.

—Yo te amo mas—dijo finalizando cerro sus ojos sintiendo la respiración calmada de Paul y así durmio tramquilo sabiendo que nadie lastimaría a su chico siempre que estuviera en sus brazos.

Tord despertó gracias a su alarma que indicaba las cinco media de la mañana, con desgane deslizó su cuerpo en la cama haciéndolo caer en un golpe seco al piso.
Su rostro soñoliento no desapareció, su cuerpo no le obedecía, el quería seguir dormiendo tranquilo hasta que le diera la gana despertarse, pero tenía obligaciones consigo mismo y con los chicos que cuidaban de él.

Escucho la puerta abrirse tras él, supo que era Paul el único que estaria ya levantado a esa hora de la mañana.

—Tord ¿Que haces en el piso?—pregunto Paul con su mano aun en el pomo de la puerta sin dejar de mirar al chico tirado en el piso con el cobertor enredado en su cuerpo.
Tord solo emitió un quejido. Paul salio suspirando. —Regresa a la cama, pasare por tu escuela y diré que estas enfermo. Ahora vuelve a la cama a dormir o te enfermeras en serio.—finalizo.
Tord como la persona mas perezosa en esa casa solo metió medio cuerpo a la cama sin tardar su respiración pesada.

El castaño toco la puerta de la residencia del que era su amigo, con seguridad él no sabia que hacia ahí frente a esa casa notando el hecho que el también le rechazo tenia miedo de como reaccionará el extranjero a su presencia, pasaron unos minutos en los cuales se cuestiono si debía irse pero el movimiento en la puerta interrumpieron sus pensamientos.

—Oh, Edd—dijo una voz femenina ante el chico.

—Buenos días señora Larss—saludo con educación como siempre, el podía ser un grosero, hablador y muchas otras cosas con sus amigos perdón con los mayores y personas que no conocía era educado, no era lamería, así era su naturaleza. Los padres lo consideraban un buen ejemplo cuando era la verdadera oveja negra.—¿Se encuentra Tord?

La inocente pregunta del castaño hizo cambiar la sonrisa de la mujer a una mueca de dolor que disimulo con rapidez.

—El no esta aquí.—hizo una pausa corta mirando sus zapatillas negras.—El ya no vive aquí.—el castaño le dio una mirada de confusión pero ella no tenia porque darle explicaciones. —Te puedo dar la dirección donde vive ahora pero solo eso.

Edd asintió confuso. En media hora ya estaba frente a la casa que indicaba la dirección proporcionada por la madre de Tord. Vio la casa con desconfianza, eso apretó el papelillo en su mano izquierda y tomo una gran bocanada de aire y dejo ir armándose de valor camino por la corta vereda hasta la puerta, la miro sintiendo los nervios aflorar en su interior los pensamientos empezaban a llenar su mente pero los hizo a un lado, con devoción elevo su brazo con su mano en puño dispuesto a tocar la puerta y esta se abrió asustando al castaño que echo a correr haber reparado en la persona que abrió.

Tord se quedo ahí parado sin creer lo que había pasado, fugaz, pero real había dado Edd en esos simples segundos. Cuando lo vio su rostro paso una sonrisa a sorpresa terminando en estupor al ver el rostro de miedo y mirar correr al castaño alejándose.

Sacudió su cabeza sacando su celular del bosillo y cerrando con llave al mismo tiempo, tecleó un sencillo mensaje a Paul avisando que si iría al instituto.

Because, I Like Boys.Where stories live. Discover now