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Salí de la cafetería escuchando las risas estúpidas de los descerebrados presentes en especial la risa de Tom, una sonrisa se dibujo en mi rostro y apreté mis puños en un intento de no dejar mi mente volar, es decir, si así ríe entonces ¿como serian sus gemidos y jadeos cuando me lo folle? digo, si es que logro convencerlo porque no lo voy a secuestrar y violar salvaje mente...¿o si?.
Tras dejar mis pensamientos morbosos atrás en algún pasillo y tomar mis cosas del salon; me dirigí a la oficina del director, no, no iba a quejarme. Toque la vieja puerta unas cuantas veces para luego escuchar un ”adelante" que no dude en acatar.

El director Eduardo al cual odiaba con toda mi alma, bueno exagero pero si me cae mal este tipo.

—¿Que le sucedió joven Larss?—pregunto con un tono de exclamación poco perceptible. Encongi mis hombros sin tomar tanta impotencia al asunto de estar bañado en leche caducada de la cafetería.

—Tuve un accidente—menti—¿Puedo ir a mi casa para tomar una ducha?

Esperaba que este idiota dijera que si, el olor de la leche comenzaba a darme náuseas. El director me dio una mirada de arriba a bajo y viceversa.

—Esta bien—acepto soltando un suspiro, tomo un permiso de un cajon de su escritorio y lo lleno con lo que fuera que pusiera ahí.

—Gracias—dije tomando el papel y salí con prisa de rectoría.

Al llegar a "casa" tome una ducha de talvez una hora, lo que si esta seguro es que aún apesto a leche; me vestí y me lance a mi cama mirando fijo al blanco techo de mi habitación soltando un suspiro gire en mi cama, las lágrimas se escaparon de mis ojos y no las pude retener.

Caí dormido y desperté pasadas las diez de la noche, mis ojos se abrieron y cerraron tratando de acostumbrar mi vista a la poca luz que se filtra en mi habitación, desperté por completo, escuche las voces de mis padre o los señorea Larss, no tiene mucha importancia en realidad.
Talle uno de mis ojos mientras salia de mi habitación, las luces de los pasillos están encendidas, solté bostezo que mas se escuchó como un pequeño maullido de gato, no se porque siempre pasa así.

—Aww, que lindo eres—soltó una voz completamente desconocida para mi asustandome me pegue a la pared con temor.

—¿Tu quien eres? —pregunte tragando grueso sin poder reconocer al extraño, bueno mas bien sin verlo.
Subió los últimos escalones y pude ver que era el chico de cejas pobladas de esta mañana ¿pero que cojines pasa aquí?

—Soy Paul y vivirás conmigo desde hoy así que saca tus cosas, solo las necesarias, mañana vendremos por el resto.—el chico frente a mi explico con un rostro serio.

—Espera, no entiendo.—puse una de mis manos en mi cabeza y con la otra hice una señal de alto. Son las diez pasadas de la noche y un tipo con el que nunca he hablado ahora me dice que voy a vivir con él.

—Tus padres te dieron en adopción, mi familia y yo decidimos tomarte en nuestro hogar.—dijo dando una leve sonrisa.

No supe nada mas pues me desmaye.

¿Porque a mi?

Because, I Like Boys.Where stories live. Discover now