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La vida de Tord Larss no había visto colores desde hacia tiempo atrás. Ahora todo tenia cierto tono de color diferente, opacos, pero con color al menos así veía las cosas el menor.
Su corazón no dejo de latir desde que salio del laboratorio hasta la ultima clase del día el sentía sus mejillas doler de tanto sonreír. sus compañeros los miraban con rareza por su nueva actitud.

A él no le importaban las miradas, ni tampoco el hecho de que uno de sus compañeros estuviera quebrándose más y mas, otro engañándose a si mismo con esa bonita chica de cabellos negro largos. A él solo le importaba su felicidad, ya era hora de pensar por él y no por los demás. Las otras personas no eran agradecidas por que tu pienses en ellas. Solo te critican pero eso a Tord no le importa porque él es feliz, había sacado un eslabón de su pecho al confesarse al otro chico de tercer año.

Claro que él, era, es y siempre sera Tord Larss.

El chico más desafortunado del mundo.

Su felicidad no duro mucho.
Ahora había dolor en su pecho.

Tord vio como su amor besaba con efusividad a una chica que nunca había visto en su vida. El dolor no tardo en fluir por sus ojos cayendo gruesas lágrimas que morían al filo de su rostro.

Tord salio del instituto con la cabeza gacha, avergonzado, dolido y sintiéndose estúpido. Él no debió decir nada de sus sentimientos hacia el mayor. Fue un tonto al creer que él le correspondería de cierta manera.
Pero no fue así.
Para Tord, Tom estaba bailando sobre su corazón.

Para Tom, Tord estaba montando fiesta en su corazón.

La chica alejo al mayor de sí misma, trataba de recuperar el aire robado mientras le daba una mirada de confusión al mayor. Este solo le sonreía cínico.
Tom no se comportaba como debía o eso creía, nunca el mayor en su vida escolar había acorralado a una chica para besarla luego.

—¿Que pasa?—pregunto el mayor acercando su rostro de nuevo a la chica con una sonrisa burlona—¿Fue mucho para ti?

La menor se sonrojo por las insinuaciones del mayor, no por vergüenza ni timidez, mas por enojo si. Con rapidez elevo su mano estampándola en la mejilla de Tom.

—Mira imbécil, te controlas o te rajas. Deja esa estupidez de macho alfa me las follo a todas porque hasta donde yo se nunca has follado en tu misera vida.—la chica grita con una voz gruesa que se da cuando una chica se enoja.

Tom sólo sostenía su mejilla lastimada con su mano, su boca abierta al igual que sus ojos, miraba a la chica con sorpresa.
Al verla bien ella poseía unos hermosos ojos esmeralda pero no eran los que él buscaba.

—Yo... lo siento.—dijo agachando la cabeza como perro regañado.—No se que me paso. En serio lo siento.

Tom no mostraba esa faceta de chico malo, mostraba una faceta débil ante una desconocida.
La chica tuvo compasión de él y se alejo dejándolo solo con sus frustraciones.

Tom era mar tempestuoso, sus sentimientos al igual que sus principios chocan como las holas contra las peñas del mar furioso, y así se sentía al saber que posiblemente nunca sacaría al noruego de su mente.

Desato su frustración con una papelera del pasillo, volteo todo su contenido.
Sus ojos picaban en señal de lágrimas próximas a derramar tibias sobres sus mejillas.

—¡Estupido Tord!—grito furioso y sin mas, se fue del instituto.

La noche callo sobre el pequeño suburbio, las lamparillas iluminaban las calles. En la casa de los chicos los dos mayores discutían sobre una salida esa misma noche, mientras en la habitación del menor, este estaba acostado en posición fetal tratando de no llorar. Su mente repetía la imagen de Tom besando a esa chica en un limbo interminable, los insultos y rechazos lastimaban su corazón, él se estaba auto dañando sin poder evitarlo.
En unos minutos los sollozos se escaparon sin remedio a punto de iniciar llanto descontrolado pero el portazo que hizo su puerta le asusto parando sus sollozos.

—¡Tord, es viernes!—exclami feliz Patryk caminando hacia la cana donde el menor secaba sus lágrimas con los puños de su suéter rojo. —¡Mañana no hay clases!—continuo sentándose en la cama cosa que también hizo el menor mirándole perdido.

—Y eso también significa fiesta—hablo Paul desde el marco de la puerta en el cual estaba recostado con los brazos cruzados—Ve a lavar tu cara ¡Esta noche es de chicos!

—¡Haremos muchas cosas gays!—exclamo de nuevo Patryk con una gran felicidad que Tord no entendía.—Vamos nene, esta noche mojas.

Patryk se levantó de la cama dirigiéndose al closet de Tord donde inicio la búsqueda de un buen conjunto para que su nene, como Patryk tomo la costumbre de llamarlo, luciera bien y al fin lograra follarse al chupa pija de closet que era seguro estuviera en la estúpida fiesta pues su hermana mayor era la anfitriona.

—Yo no me siento bien. Pueden ir ustedes si tanto quieren ir.—hablo Tord interrumpiendo los cotilleos de Paul y Patryk.—Yo me quedare aquí jugando o algo.

Una sonrisa nerviosa se inmiscuyó en el rostro de Tord cuando vio los dos rostros serios de los mayores.

—Paul—dijo Patryk en tono neutro.

—Estoy en ello—respondio el holandés descruzando sus brazos se digirió hacia Tord, lo tomo de la cintura y en un movimiento lo monto en su hombro mientras Tord renegaba entraron al cuarto de baño y Paul cerro la puerta. Solo se escucharon los gritos de Tord pidiendo ayuda pero nadie le escucho.




Because, I Like Boys.Where stories live. Discover now