– Prefiero centrarme en mi vida que esperar a tener 60 años para por fin tener a mi media naranja. Simplemente el amor no es para mí.

– ¿Cómo lo sabes? Ni siquiera has dado tu primer beso, Bong. Nunca has salido con un chico y toda la empresa duda sobre tu sexualidad.

Los ojos de Bong-sun dieron otra vuelta al universo al escuchar lo que acaba de salir de la boca de Sohyun. – Con que yo sepa que mi preferencia no es hacia las mujeres estoy bien. Es estúpida está conversación, Hyun.

– Yah, aún recuerdo cuando estabas enamorada del hijo del amigo de tu padre, ese que fue amigo de tu hermano.

– No sé de qué hablas, Hyun.

– Acuérdate, estoy segura de que tu hermano lo recuerda, le llamaré. – Sohyun hizo ademán de sacar su celular, en seguida le Bong-sun le dio un golpe en la frente. – ¡Au!

– No te atrevas, tonta.

Sohyun río divertida y siguió manejando. Quince minutos después llegaron al gran edificio de la empresa. Bong-sun tomó los libros y su bolso con toda la intención de salir del auto. Maldijo internamente por haber traído tacones. Con trabajo tomó los libros en un brazo y con la pierna empujó la puerta para que no se cerrara nuevamente. Un pie y luego el otro, salió ilesa. – Listo, no morí. – Giró victoriosa buscando a Sohyun, ella aún estaba en el auto viendo algo en su celular. – ¿No bajas? – silencio – ¿Hyun-Hyun?

– ¿Qué? – Retiró su mirada del artefacto para dirigirla a Bong-sun. Ella movió la cabeza a un lado como diciéndole que saliera ya del auto, Sohyun negó. – Tengo algo que hacer, Bong-Bong. Ve, sube, tienes la cita en 10 minutos, cuando regrese veremos juntas lo del aniversario.

Después de unos segundos de confusión, Bong-sun asintió extrañada. Cerró la puerta y avanzó por el estacionamiento hasta llegar al elevador, al entrar a éste dejó los libros en el suelo de la máquina para acomodarlos. Unos segundos después la puerta se abrió nuevamente y la mujer seguía acomodando los libros.

– ¿Necesitas ayuda? – Escuchó la voz gruesa de un hombre. Alzó la vista para encontrarse a un chico muy alto, ni siquiera lo miró bien cuando ya había dirigido su vista nuevamente al suelo para recoger de una buena vez lo que le faltaba.

– Gracias, pero no.

Se inclinó en una reverencia aún sin mirarle y avanzó hacia su oficina. Tenía que apurarse si quería organizar algunas cosas antes de que los clientes llegaran. De hecho, ¿Sohyun dónde puso la carpeta con todos los eventos? Bong-sun se golpeó internamente por no haberle preguntado antes.

– Yah, espera. – Sus pies se detuvieron al escuchar la voz del chico de antes, un segundo después el chico se posicionó enfrente suyo. La expresión seria y fría de Bong-sun causó un poco de escalofríos en el cuerpo del chico, pero eso no le impidió abandonar su plan.

– ¿Se te ofrece algo? – Preguntó Bong-sun.

– Quien lo diría, te ves mucho más linda de lo que recuerdo. – El chico la miró de arriba a abajo con un gesto totalmente cachondo causando que Bong-sun pusiera los ojos en blanco aburrida y siguiera caminando, lo cual a él le permitió ver más de lo que esperaba. – ¡Wow! ¡Te creció el trasero, noo--!

Su cabeza giro tan rápido a él que por un momento creyó que pudo romperse en cuello de una, el chico se calló sorprendido. Bong-sun se acercó a él y sin previo aviso le azotó uno de los libros al pecho, él lo tomó antes de que éste cayera al piso.

– ¿Qué estás diciendo, pervertido?

La organizadora sentía sus mejillas arder de la vergüenza y enojo. Que le vea el trasero es una cosa pero que lo grite es otra bastante diferente. El chico sonrió mostrando unos adorables dientes de conejo, ella bajó un poco la vista y luego la subió nuevamente, examinándolo.

Era un chico bastante alto, vestía con una camisa negra que mostraba parte de sus clavículas. En la barbilla tenía una máscara negra que seguramente se acababa de bajar para hablar, tenía una nariz y ojos demasiado grandes, pero bastante atractivos. Su cabello castaño obscuro dejaba mostrar un poco de su frente haciéndolo lucir aún más atractivo. Por dios, ¿este chico es real?

Bong-sun se quedó embobada viendo al hombre que tenía en frente, su mente rápidamente hizo memoria. Ella conocía a este chico... pero realmente no sabía de dónde. El chico volvió a reír con suavidad haciéndola despertar, también le hizo darse cuenta de la pequeña distancia que había entre ellos.

Bong-sun aseguraba que nunca en sus 23 años de vida había sentido sus mejillas quemar de esa manera. De inmediato intentó separarse cuando, de repente, sintió la mano de él en su cintura, deteniendo la acción.

– Me gustas más desde esta distancia, noona bonita.

Y ahí cayó en cuenta de que él había vuelto... Jeon Jungkook había vuelto.

yeppeun noona ; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora