Capítulo 17

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Al llegar a casa, doy gracias que mamá no me esté esperando. Subo las escaleras, entro a mi cuarto, enciendo la luz, pero al tener claridad veo a alguien dentro de mi habitación y ni siquiera puedo evitar pegar un brinco del susto al ver la figura de Gideon sentado sobre mi cama.

—¿Qué.... —digo con voz temblorosa. Trato de recomponerme —qué haces aquí? — termino la oración sin titubear

Se levanta de la cama, con sus pisadas en dirección hacia a mi —Ni pienses en acercarte a mi. —retrocedo instantáneamente, pero él es mucho más rápido y cierra la puerta tras de mí sin dejar que huya.

— ¿Qué pasa? ¿qué tienes ojitos? —habla confundido por mi comportamiento. Estira su mano para querer tocar mi rostro, pero antes de que lo haga me le alejo.

— Sé que no eres normal.... —no me deja terminar la oración

—¿Cómo es que dices eso? ¿De dónde sacas tal cosa? —Parece sereno.

—Ni siquiera sé si de verdad puede ser real —mi voz sale temblorosa, pero trato de tomar fuerza para decirlo sin tapujos —Pero... Sé que no eres normal, no eres humano —pronuncio lo último con dificultad.

—¿De dónde sacas eso? —me ve fijamente a los ojos, pero ésta vez logro notar un atisbo de ¿Susto? ¿Confusión? No Estoy segura. —Yo... Simplemente soy lo que ves —posa su mano en mi mejilla y juro que por un momento si él me dijera que todo eso es mentira, que estoy equivocada y que me estoy volviendo loca; le creería, y no dejaría que me suelte, querría que me abrazara y con sus brazos tranquilizara la inquietud y lo revuelto dentro de mí.

—Solo dime que estoy equivocada, que eres completamente normal... Humano —suplico muy cerca de él —Pero no me mientas, por favor no. —se aleja de mí mientras pasa las manos por su cabello desordenándolo, mientras camina con ansiedad.

—No puedo, Metzaly a ti no te mentiré. —avanza hacia a mí —Así que sí, no soy humano —por poco y puedo escuchar el sonido de algo rompiéndose dentro de mí, mientras una corriente helada recorre mi cuerpo haciendo que quede estática. Digo, una cosa es que haberlo escuchado de Adam, pero al oír esas palabras salidas de la propia boca de Gideon, es peor, mucho peor.
Al ver mi reacción, me toma de la mano, pero me libero rápidamente, ya que mi mente se encuentra como en una ruleta de feria, haciéndome recordar muchas cosas, y más las palabras de Adam:

"Yo no soy el peligro, el único peligro es Gideon. Es un vampiro muy peligroso"

—¡¿Qué quieres de mi?! ¿Qué buscas? —mi sangre bulle en una revolucion y mi voz logra sonar firme, pero por dentro sigo esperando que todo sea una pesadilla de la que ya despertaré, una mala broma, o quizás estoy quedando loca por leer tantos libros, yo que sé. No quiero tener ésto como una realidad en mi vida.

—¡Según tú, qué crees que soy, díme! —se pone de pie en frente mío, y yo retrocedo sosteniéndole la mirada. No me gusta sentir este miedo en mí, pero no puedo evitarlo. No después de lo que me he dado cuenta —no me tengas miedo, no te haría daño. ¡Jamás te haría daño Metzaly! —da unos pasos hacia atrás al decir lo último. Y no sé por qué, aún estando en ésta circunstancia escuchar mi nombre entero en su boca, hace que me sienta aún peor, si es que eso puede ser posible.

—¿Cómo podría estar segura de tal cosa? —indago, rígida en el mismo lugar.

En sus ojos logro notar desesperación y tristeza a la vez.

— Confía en mí. —dice, ésta vez acariciando mi cabello

Una sonrisa sarcástica se asoma en mis labios —¿Por qué habría de hacerlo? ¿Cómo sé que no soy una de tus presas o qué sé yo?—mi imaginación empieza a volar y cada vez el miedo se apodera más de mí —¿cómo poder confiar en ti, dime? —y para ser sincera ruego por escuchar algo que logre convencerme de que sí puedo confiar en él.

Lazos del destino ©  [TERMINADA]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora