Capítulo 5

590 70 9
                                    

Al terminar de leer mi escrito, él solo me sonríe de una manera muy tierna.
—Está muy bello lo que escribiste, creo que debería de decir ¡¿gracias?! —me quedo muda ante su comentario —Pero quiero que me contestes lo demás que pregunté

—¿Cuál es mi mayor sueño y mi mayor miedo? —pregunto, más para mi que para él — bueno aunque te burles siempre he soñado con el amor verdadero, sabes quiero sentir lo que es amar con toda tu alma a alguien, aunque éste amor no fuese correspondido, te parecerá quizás estúpido lo que digo, pero una vez leí que "al amar sufres, y si sufres amas, pero si no amas sufres, y si amas conoces la felicidad, entonces  sufres de felicidad o sufres por no amar" Y creo que el amor es fundamental en la vida, quien no conozca el amor no ha sabido lo que es ser feliz y sufrir a la vez.

—Entonces se podría decir que vas en busca del amor —puntualiza.

—Yo diría que el amor no se busca, el sólo llega, y sin darnos cuenta nos inunda con ese sentimiento. Pero no puedo evitar pensar en que algún día éste llegue.

—Y, ¿si alguien te ama, pero tu no correspondes a ese amor? Y cómo saber si ese en realidad era el amor que buscabas o esperabas  —me da una sonrisa de soslayo, parece muy interesado en mis respuestas. Me sorprende hablar con él con tanta fluidez.

—Bueno la pones algo difícil, pero verás a veces algunos no nacen o no estaba en sus destinos estar juntos. Y creo que si de verdad amas a alguien sabrás que su felicidad aunque no esté contigo, te hará bien. Y yo diría que el amor verdadero se siente en cada mirada,  o tan solo un roce de las manos, tu comportamiento cambia y de pronto esa persona pondrá todo tu mundo de cabeza  —con esto último,
recuerdo su mirada, y cada vez que su mano está sobre la mía.

Él me mira fijamente y esta vez le sostengo la mirada,  sin darnos cuenta nos estamos acercando, demasiado diría yo, pero su cercanía me hace bien, aunque de alguna manera siento un dejá bú, simplemente algo extraño en mí que me hace despertar de ese lacónico momento. Corto el instante, y a la vez no entiendo por qué tuve tantas emociones juntas.

 —Dime tú, ¿qué piensas del amor, y porqué me preguntas tanto sobre eso? —él se aparta y mira hacia las estrellas, mientras agarra mi mano. Su tacto envía como una extraña corriente hacia todo mi cuerpo, pero no quiero que me suelte.

—Te he preguntado esto porque quería saber sobre ti, y tu manera de pensar. Y bueno del amor pienso que si es verdadero sabrá sobrepasar los limites del tiempo. Las barreras de éste no serán obstáculo para seguir un amor eterno.

—¿Crees en el amor eterno? —hablo escéptica.

—Creo en lo imposible. Dime, ¿en qué crees tú? El amor verdadero ha de ser eterno, aún con el pasar del tiempo este seguirá vivo —ante esta última frase me ve con sus hermosos ojos, y con una sonrisa que deja ver sus adorables hoyuelos.

—He de aceptar que comparto tu díscolo pensamiento.

—La vida me ha enseñado mucho, ojitos —en su mirada hay un atisbo de nostalgia, al que trata de ocultar con una triste sonrisa —Dime tu miedo más grande. —sonríe pícaro —Y ¿qué piensas sobre mí? —vaya creí que esa última pregunta la había olvidado. Ahora se ve un poco ansioso.

—Ante tu penúltima pregunta debo ser realista. Mi miedo más grande es ver irse de esta vida a los seres más queridos; No conocer el amor verdadero... —ante esto último sin querer doy un suspiro y me doy cuenta de que su compañía me hace muy bien, y aunque seamos amigos no quiero estar lejos de él, no puedo evitar sentir un sentimiento extraño en mi ser. —y sobre todo no cumplir mis más grandes metas.

—Ves esas estrellas —yo elevo mi vista hacia el cielo y asiento — bueno pues cada una de ellas representan los seres queridos que ya no están en nuestra vida. Aunque algunos de esos seres tan preciados para nosotros no están destinados a irse del todo, sabes — ante eso último quedé con una pequeña incógnita, pero prefiero no preguntar.

—La verdad no soy muy creyente de esas cosas fantasiosas, disculpa por cortar tu momento de brillo —me burlo, y no le queda más que carcajearse de igual forma, posa su vista en mí y me mira con una sonrisa pícara.

—Ahora dime que piensas sobre mí, bueno ya sé que soy muy apuesto, irresistible diría yo — pongo mis ojos en blanco y luego reímos.

Antes de hablar doy un suspiro largo.

—Pienso que eres algo ególatra, narcisista, a veces eres tan abstracto. Eres diferente a algunos de los chicos de mi edad, no lo sé, creo que solo eso pienso —me hace un puchero como esperando a que diga algo más.

—¡Eey! ¿No piensas que soy irresistible? y el de sonrisa conquistadora. — habla en tratando de parecer serio, con sus espalda firme — ¿Sólo eso piensas de mí?  —me río ante su bobada y el se acerca más a mí, de un momento a otro se abalanza sobre mi para hacerme cosquillas —Di que te parezco el chico mas irresistible.

—Ee....res  un ton....to, suel..tameee.. —hablo entre risas, a punto de golpear su cara.

Después de algunos momentos de haber seguido admirando las estrellas y hablando de trivialidades el tiempo se esfumó de nuestras manos, se hizo tarde y tuvimos que regresar a casa.

Lazos del destino ©  [TERMINADA]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora