Capítulo 38

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-Debemos esperar a que él quiera hablar al respecto, no podemos decir cosas antes de tiempo.

-Buenos días. -dije entrando en la cocina.

No sé como había conseguido conciliar el sueño en lo que quedaba de noche, había apartado a Zelig de mi lado para siempre y me sentía terrible, pero lo hice por un bien mayor, si de verdad Blaz existía, puesto que aún me debatía si era verdad o no, lo mejor para ambos era que termináramos, ¿o no?

Cuando bajé a desayunar eran pasadas las diez, no me molesté en tomar un baño ni mucho menos en cambiarme de ropa.

-Buenos días. -dijo toda mi familia a unísono.

Sentí algo extraño en ellos, me miraban feo y estaban muy serios, ¿acaso hice algo mal, ó estaban molestos por otra cosa? Pasé la mirada desde Rose y Tom, hasta Davos y Rut, cuando posé la vista en Robert y Antje supe que algo se traían entre manos.

-Ok, algo extraño esta sucediendo aquí -caminé lentamente hasta una silla que estaba cerca-. A ver, suelten la sopa. -sonreí con ironía, nadie dijo nada.

Davos forzó una tos para acabar con el silencio, Antje se aclaró la garganta y dijo, con cierta preocupación:

-Neferet, ¿hay algo que debamos saber? ¿Algo que no has estado ocultando todo este tiempo? -se acercó a mí.

Solté un carcajada que se vio ahogada ante las caras serias de mis abuelos y mis padres, bien, ellos sabían algo que yo no, me expuse de más, ¡aborten la misión!

-¿Cómo qué? -me encogí de hombros-. No les he estado ocultando nada.

Antje me miró muy preocupada, se volvió hacia mi padre y este, entre suspiros y negaciones de cabeza, vino hasta mi.

-Mira, sabemos que estás en una etapa muy difícil en tu vida en la que te sientes extremadamente confundido, es normal, todos pasame por eso.

-Ahorrate la palabrería -le interrumpí-, ya me sé esa charla de derecha a izquierda, ve al grano.

-La cosa es que tu abuela te fue a buscar ayer para que bajaras a cenar y... -vaciló- ¿Alguien puede hacer esto? En el libro de paternidad no mencionan nada sobre esto.

Antje suspiró pesadamente y, con una actitud mejor que la de mi padre, dijo:

-¿Por qué no nos dijiste que tienes novio?

El corazón me dio un vuelco, es verdad, no tomé en cuenta el hecho de que alguien pudo haber subido a mi habitación y encontrarnos a Zelig y a mi durmiendo abrazados. Suspiré pesadamente y me froté la sien, lo menos que quería era tener que explicarle a mi familia todo, sí lo haría, pero no en un momento como este.

-¿Qué quieres que diga? -dije con un deje de tristeza.

-La verdad.

-Bien. -volví a suspirar- La verdad es que desde hace dos semanas que he sido novio de Zelig pero anoche todo eso se terminó. ¿Desde cuándo soy gay? Desde hace mucho tiempo, ¿Por qué no les dije? Porque siempre me sacaban el tema de lo importante que es para ustedes la familia y que sería un sueño que yo me casara con una chica muy linda y que tuviera hijos con ella, pero la verdad es que no me gustan las mujeres y apenas las tolero, prefiero a los hombres, punto. -me puse de pie y fui a mi habitación.

Escuché varios pasos en la escalera y luego susurros en mi puerta, vaya que ellos no se conforman con lo que les digo. Antje y mi padre abrieron la puerta y entraron, yo estaba acostado en mi cama acariciando el cojín de fresa.

-¿Qué? -dije sin ganas, necesitaba un momento a solas.

-¿Podemos hablar? -Antje se sentó a mis pies, me encogí de hombros y seguí acariciando el cojín- ¿Por qué no nos lo dijiste desde un principio? Somos tus padres, siempre puedes confiar en nosotros.

Como te odio [Yaoi/Gay]Where stories live. Discover now