Capítulo 36

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Cuando la puerta se abrió por completo, un chico con cabello negro rizado, que aparentaba más años que nosotros, nos recibió con una sonrisa en los labios.

-Hasta que llegan. -dijo, su voz denotó dulzura y emoción.

-Perdón si tardamos -dijo Valentine-, pero no sabíamos si iba a venir. -me señaló con el pulgar.

El chico hizo un ademán restándole importancia y nos invitó a entrar, Valentine y Yale entraron primero, yo vacilé, algo no me daba buena espina, pero después de pensarlo bien, entré. Por dentro la casa era acogedora, lo primero que se veía al entrar era la sala de estar con una hermosa chimenea a leña encendida.

-¿Cómo está? -preguntó Valentine al chico, ¿de quién hablaba?

-Estable, hace un rato dejó de sangrar, el golpe a la nariz fue muy fuerte, por suerte no pasó a mayores. -el pelinegro fue hasta la cocina y trajo una bandeja de jugo de naranja a la sala-. Para ser tan pequeño -se volvió hacia mí-, tienes mucha fuerza. -dejó la bandeja sobre una pequeña mesa.

-¿A qué te refieres? -alcé una ceja.

El pelinegro hizo un gesto extraño con el rostro y luego se sentó en el sofá con forma de L color verde oscuro, en su rostro había algo que me resultaba extrañamente familiar pero no recordaba qué. Yale se tumbó en el sofá y, como si fuera la cosa mas difícil del mundo, tomó un vaso de la bandeja para darle un sorbo. Valentine se perdió en un pasillo, regresó a los pocos minutos acompañado de alguien que tenía varios moretones y una cortada en la cara, era Kitsu.

La sangre me hirvió, ¿por qué estábamos en casa de Kitsu? ¿Qué tenía él que decirme? Di dos paso hacia delante, Kitsu, por alguna razón, retrocedió y se ocultó detrás de Valentine, ¿tenía miedo?

-¡Alejalo de mí! -exclamó aterrado-. ¡Ya no aguanto ni un segundo con esto! -se aferró fuertemente a la camisa de Valentine.

-Kitsu, no te preocupes, él no te hará nada. -le tranquilizó Valentine. Kitsu se acercó poco a poco, ¿en serio tenía miedo?

-Parece que la golpiza que te di bastó para que se esfumara tu hombría. -dije orgulloso- ¿Se puede saber que hago aquí? -me dirigí hacia Valentine.

-Kitsu es el único que puede decirte todo, así que por favor, te lo imploro, deja que hable.

Bufé. Tomé asiento en una butaca que estaba cerca de mí, Valentine guió a Kitsu hasta el sofá, este se sentó con temor.

-Los dejaremos solos. -Valentine tomó del cuello a Yale y al pelinegro desconocido, los tres se perdieron en el pasillo que daba a las habitaciones.

Nos quedamos en silencio. En lugar de iniciar la conversación, examiné al nuevo Kitsu que tenía delante de mí, ya no era frío, malvado, calculador, no, ahora era solo un indefenso y muy asustado chico de 17 años que necesita a su madre con urgencia. Sonreí con malicia ante aquello.

Kitsu, al verme sonreír, se enderezó y se aclaró la garganta.

-Perdona si estos últimos días te he molestado. -dijo, su tono de voz ya no era infantil, como las otras veces, tampoco hablaba lentamente, su voz era normal, normal en términos generales, por así decirlo-. Y perdón si creiste que te quería robar a Zelig o algo parecido -abrazó sus piernas.

-Te perdón no me interesa, eres una «Escoria» -usé el mismo tono que él había usado conmigo, si el infierno ya estaba desatado dentro de mí, fue para causar estragos, no para seguir aguantando sus palabras.

-Hablo enserio, ¿qué no soy bueno actuando? -sonrió ampliamente, le lancé una mirada de odio, su sonrisa se esfumó-. L-Lo lamento, no hubiese hecho aquello si no fuese porque Zelig me lo pidió.

Como te odio [Yaoi/Gay]Where stories live. Discover now