Cruzaron el comedor entero y llegaron a la zona de recepción. El conserje y el policía asintieron mutuamente al verse y el policía arrastró a Zass hacia el interior de un cuartucho, que en su puerta tenía una señal con símbolos de limpieza. Parecía tratarse de la lavandería. Al entrar en su interior, en mitad de las gruesas hileras de lavadoras y secadoras, se hallaban tres policías más. Y justo enfrente de ellos, se. encontraba una silla de metal.

El policía que cargaba con Zass lo llevó hasta la silla y le hizo sentarse en ella, mientras sus compañeros formaban un círculo alrededor de Zass.

Rápidamente le quitaron las esposas a Zass, para volverle a esposar, pero esta vez en el respaldo de la silla. De igual manera hicieron con sus tobillos, dejándolos sujetos a las patas de la silla.

- ¿A qué viene esto? ¿Habéis organizado una fiesta de pijamas? Porque si es así, agradecería que sacarais un poco de picoteo.- dijo Zass.

- ¿Te crees muy gracioso verdad?- preguntó uno de los policías justo antes de propinarle un puñetazo en la mandíbula.

Zass río sonoramente y escupió contra el suelo saliva llena de sangre.

- Lo que es gracioso es la fuerza de niñita que tienes... Algunas abuelas que mate me golpearon más fuerte mientras trataban de huir.

Otro de ellos que se encontraba detrás suya, le dio una fuerte patada a la altura de la nuca, haciendo que la silla casi volcara.

- Enserio... dejar de pegarme. Estáis quedando en ridículo.- dijo Zass.

- Imagino que sabrás por qué estás aquí ahora.- dijo el policía que le había sacado de la celda.

- La verdad es que no.

- ¿No? Bueno... pues habrá que decírtelo... ¿No pensarías que podrías pasearte por la prisión con esa mascara, verdad?

 ¿No pensarías que podrías pasearte por la prisión con esa mascara, verdad?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La sonrisa irónica y provocativa que colmaba el semblante de Zass desapareció instantáneamente, dando paso a una cara de preocupación

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La sonrisa irónica y provocativa que colmaba el semblante de Zass desapareció instantáneamente, dando paso a una cara de preocupación.

- Mi mascara se va a quedar donde está.- dijo Zass seriamente.

- No, no,no. Por supuesto que no.- dijo otro de los policías.- Te la vamos a arrancar de cuajo y después vamos a divertirnos contigo un rato más.

- Si me quitáis la mascara... sabréis lo que es el dolor. Os caerá el infierno sobre los hombros.- dijo Zass.

Los policías se miraron los unos a los otros y soltaron largas carcajadas. Zass tenía su rostro totalmente dominado por la rabia.

- ¿Qué nos harás?- preguntó uno de ellos.- En más o menos una semana serás un fiambre. Eres un trozo de mierda que no se merece ningún trato cordial. Vamos a hacer que los últimos días que te quedan sean una pesadilla.

- Os voy a dar una última oportunidad...- dijo Zass mirando a cada uno de ellos a los ojos.- Podéis pegarme todo lo que queráis, torturarme... no os lo tendré en cuenta. Pero como toquéis mi mascara no tendréis una muerte bonita.

Todos los policías volvieron a reírse, hecho que enfureció todavía más a Zass. Uno de ellos se acercó lentamente a él y colocó sus rostros casi tocándose.

- ¿Por qué le tienes tanto aprecio a tu mascara? ¿Tan fea es la cara que hay debajo?

Zass no contestó, tan solo se limitó a fulminarle con la mirada y apretar los dientes.

- Ya habéis escuchado mi advertencia, ahora... decidir vosotros lo que vais a hacer.- contestó Zass finalmente.

- Las amenazas de un muerto no asustan a nadie. Allí fuera eras el dios del terror, el mismísimo Hades. Tenías a la ciudad entera acojonada, pero eso se acabó. Ya no das miedo, eres un simple preso de mierda que agota lentamente sus últimas horas. Como ya hemos dicho antes, no mereces ninguna clase de consideración.

Zass apretaba sus puños con tanta fuerza, que pronto la sangre comenzó a deslizar por sus nudillos y a caer contra el suelo. Sus uñas se habían incrustado en sus palmas.

De pronto, uno de los policías se abalanzó sobre él y agarró su mascara a la altura de la mandíbula, para después estirar con fuerza, haciendo que los puntos de sutura fueran extirpados de su rostro. Rápidamente, donde anteriormente estaban cosidos los puntos, ahora salía una gran cantidad de sangre oscura, que recorría la mejilla de Zass y goteaba sobre sus muslos. Sin embargo, ni un solo grito de dolor salió de la garganta de Zass. Estaba consumido por la rabia.

Uno a uno, los policías fueron arrancando la mascara de piel humana que cubría la cara de Zass, haciendo que esta se llenara de sangre y heridas.

Cuando el último trozo de mascara fue arrancando, el rostro auténtico de Zass quedó al descubierto, totalmente cubierto por la sangre.

- Vaya... sí que eres bastante feo... casi más que cuando tenías la mascara puesta.

El tabique de Zass estaba notablemente torcido y hundido. Era más que obvio que se la habían partido multitud de veces. Sus mejillas y frente estaban llenas de gruesas cicatrices. Sin duda, la forma y contorno de su cara hacían evidente que Zass había nacido con una malformación facial.

Tras diversas burlas sobre su rostro y diversas humillaciones, los policías comenzaron una dura golpiza contra Zass. Pasaron más de diez minutos en los que fue crudamente golpeado, pero durante estos, no sentía un ápice de dolor. Su rostro quedó todavía más amoratado e inflamado de lo que ya estaba y tenía varios dientes rotos y su boca llena de sangre. Por más que se esforzaron por hacerle gritar de dolor y suplicar, ni siquiera se acercaron a conseguirlo. Incluso en más de una ocasión los policías se miraron entre si asustados ante el sobrenatural aguante físico de Zass.

El policía que le había sacado de la celda se agachó junto a él y le dijo:

- Creo que ya ha sido suficiente para que sepa como tratamos aquí a la escoria como él...

- Mírame bien a los ojos. Mirarme todos.- dijo Zass mirando a cada uno de ellos.- ¿Los habéis visto bien? Van a ser los últimos que veáis en vuestras vidas. He memorizado vuestros números de identificación y os juro que sufriréis.

Los policías volvieron a reírse a carcajadas, mientras la sangre seguía cayendo a cascadas por la cara de Zass.

- Pasaremos a por ti dentro de un rato.- dijo uno de los policías mientras el resto comenzaban a salir de la lavandería.

Tras pocos segundos, Zass se encontraba totalmente solo e inmerso en un profundo silencio, mientras miraba los trozos de su mascara humana dispersos por el suelo. Una enorme rabia recorría su cuerpo.

 Una enorme rabia recorría su cuerpo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.






Está entre nosotros : SCAVENGERWhere stories live. Discover now