CAPITULO DIECISIETE

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(JENNELLE)

Mamá lucia cansada, aunque intentaba conversar con Tom mientras desayunabamos, nosotros íbamos a regresar a Loischte ese mismo.

Mi chico también se estaba esforzando, aunque, siendo sincera conmigo misma, no veía muchos progresos en su relación.

Desayunabamos los cuatro, Agnes, mamá, Tom y yo, un tanto faltos de espacio en la mesa circular de la cocina de mama... Tom, con sus largas piernas, se llevaba la peor parte, pero fingía bien.

- así que estas pagando una casa...-mencionó mamá, después de comer una cucharada de avena.

Tom asintió, comiendo un buen trozo de pan francés con fresas y miel de maple.

- es una casa de dos habitaciones que nos queda perfecta -mamá frunció los labios, sin dejar de mirarlo.

-tengo mi habitación, abuela-mencionó mi hija, sonriendo.

- ya veo...-mencionó mamá, sonriendole a mi hija. Corté un trozo de huevo batido con pimientos que estaba desayunando, comenzando a enfadarme por el interrogatorio del que estaba siendo víctima Tom- ¿y cuando crezca su familia que harán?

Tom tosió y se cubrió la boca con el puño cerrado, buscando mis ojos é interrogandome con la mirada. Negué con la cabeza, respondiendo a su pregunta no hecha, no le había dicho ni una palabra a mamá sobre el positivo de mi prueba. 

-cuando pase, ya veremos que hacer-mencioné, ganándome una mirada seria de los ojos azules de mi mamá.

Mi madre asintió, no luciendo demasiado impresionada, mientras acomodaba un mechón de su cabello castaño detrás de su oreja.

-ya veo-murmuró, volviendo a su avena- lo de ustedes es improvisar sobre la marcha- miré a Tom y note que se le había enrojecido el cuello y las orejas- ¿piensan casarse?

Deje el tenedor sobre el plato, con más agresividad de la que pretendí, haciendo mucho ruido cuando el cubierto golpeo la porcelana, ocasionado que Agnes diera un respingo y me mirara con los ojos muy abiertos.

- ¿ya terminaste?-cuestione a mi hija y ella asintió, aunque aun quedaban hotcakes en su plato- ¿podrías ir a la sala mientras nosotros platicamos?

- ¿van a pelear?-cuestionó mi rubiesita, en un murmullo.

Tom masculló algo entre dientes.

-no mi amor, claro que no-respondió mi hombre, sonriendole a la niña- es mas, vayamos a ver algo en la tv.

Tom se puso de pie, dejando la mitad de su comida intacta en el plato, concediendome una mueca de cejas alzadas y labios ligeramente fruncidos, excusandose y saliendo de la cocina con Agnes a su lado.

Tomé una bocanada de aire, apartando mi plato y apoyando los codos sobre la mesa, uniendo mis palmas, esperando hasta que escuche el sonido de la tv en la otra habitación.

-mamá...-comencé, recibiendo atención a medias de mi madre- ¿puedo preguntar a que de debe tu empeño en incomodar a Tom?

Mi madre dejó de prestarle atención a su desayuno y me miro, haciéndome sentir una presa vigilada por un halcón.

- Jennelle, eres mi hija y me preocupo por ti y por esa niña que ame desde el momento en el que la vi a través de un monitor, estando en tu vientre-asentí, no dudaba que nos amará ni que se preocupara por nosotras, pero ese no era el tema de discusión- pasamos momentos difíciles que tuvimos que afrontar solas...-volví a asentir- ¿y donde estaba ese muchacho que tan gustoso ayudo a fabricar a Agnes?

- ¡mamá! -proteste, molesta por lo estúpido de su comentario- ¡él no me abandono y tu lo sabes bien!- jadee, molesta- ¡y tu no me permitiste buscarlo! -la ira comenzó a inflamarse en mi interior, quemándome- tu me viste llorar noches enteras porque lo extrañaba...-un nudo me cerro la garganta y mis ojos se cargaron de lágrimas- no te entiendo.

Mamá suspiró, sin dejar de mirarme.

-el punto es que no veo que tengas ninguna estabilidad...-controle mis lágrimas lo mejor que pude- te veo muy a la deriva Jennelle, y eso me preocupa.

Peine mi cabello hacia atrás con los dedos, intentando calmar mi enojo.

- te entiendo y te agradezco tu preocupacion mamá-mencione- pero estoy haciendo mi camino, soy una mujer ya y amo a ese hombre, quiero estar con él -mamá frunció los labios- nos hace felices en todos los aspectos a mi y a Agnes, así que... -me mordí los labios- no puedo exigirte que lo quieras pero si pedirte que lo respetes.

Mi madre medio sonrío, aunque su sonrisa no prometia milagros.

- lo intentaré-mencionó

-gracias...

I still loving youWhere stories live. Discover now