CAPITULO CUATRO

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(TOM)

Alguien tocó la puerta de la casa, Jennelle y yo nos miramos con el ceño fruncido, no esperábamos a nadie.

-Yo voy- murmuré, poniendome de pie del sofá.

Jennelle asintió, tomando un puño de palomitas y llevándoselas a la boca, regresando su atención a la TV, le había tomado afición a las series coreanas y me había arrastrado con ella a verlas.

Anduve hasta detenerme frente a la puerta, esperando un instante a ver si volvían a tocar, un suave golpeteo me llenó los oídos un instante después. Abrí y una maraña de pelo pelirrojo me cubrió el campo visual mientras que unos labios se apoderaron de mi boca... Pero, ¿Que mierda? Retrocedí, sin saber que demonios estaba pasando.

Traté de quitarme de encima a quien quiera que me estaba besando de manera tan repentina. Coloqué mis manos en los costados de, ahora podia darme cuenta, la chica e intenté apartarla de mi. Ella me rodeo el cuello y lo aferró con fuerza, sin dejar de besarme los labios, buscando de manera desesperada que yo le respondiera el gesto.

-pero, ¿Que está pasando aquí ? - la voz de jennelle, genial.

La chica finalmente se alejó de mi y pude mirarle el rostro. Fruncí el ceño, no me decía mucho su cara... Dudé, un momento... Mierda.

-hola Tom

Ahora la recordaba, se llamaba Maddie, la había conocido en una de ocasión antes de que lo mío y lo de Leah se volviera formal, Bill me la presentó en Berlín... habíamos follado de una manera sublime en su auto. Una sonrisa le distendio los labios y sus ojos marrones me contemplaron con cuidado y calma, escaneando mi rostro, cada rincón, cada detalle.

-uh, ¿Interrumpo algo ?-cuestionó Jennelle, desde algún punto no muy lejano, detrás de mi.

Maddie miró más allá de mi cuerpo y debió de ver a mi enana, porque la ceja de la pelirroja se alzó.

- ¿Que te pasa? -cuestioné, me sentía tan confundido y sorprendido- las personas normales no se le lanzan a los demás así.

La pelirroja medio sonrió, tenía una boca realmente bonita y yo sabía lo que era capaz de hacer con ella.

-pasé por aquí y quise venir a saludarte...-la chica poseía una voz dulce y cadenciosa - no sabía que tenías compañía...-ella dudó- ¿Quieres que regrese más tarde?

Su sonrisa se ensanchó y se mordió el labio inferior, con picardía.

-no, claro que no te queremos por aquí ni más tarde ni nunca- Jennelle se materializó a mi lado en el umbral de la puerta- no se quien seas pero no te queremos aquí.

Maddie lucia contrariada y mi enana estaba que hechaba chispas, no la podía ver pero la conocía lo suficientemente bien para saberlo tan solo con la postura de su cuerpo.

- ¿Leah? -Maddie tanteó el terreno, parecía que nada le afectaba el buen humor- joder, pensé que eras un pelín más alta.

Jennelle se colocó detrás de la oreja un mechón de cabello, para mirarme de soslayo, con los brazos cruzados, esperando que dijera algo, sin dudas. El problema es que yo no sabía que decir, me sentía descolocado por lo bizarro de la situación.

-Lo siento Maddie, pero tú visita tan random no es bienvenida-mi enana no dejaba de taladrarme con la mirada, me encogi de hombros- estoy con mi novia y no quiero problemas ni malentendidos- busqué la mano de jennelle y ella no se movió ni un milímetro para corresponder a mi gesto - si nos disculpas.

Di un paso dentro de la casa y le cerré la puerta prácticamente en la cara a la pelirroja.

-¿Que demonios acaba de pasar?-me siseo mi enana.

Tragué saliva, todo en el rostro de jennelle gritaba furia, muerte y destrucción. Sus mejillas se habían sonrojado, así se ponía cuando estaba muy muy enojada.

-amor, yo...

-amor nada- me cortó jennelle- ¿Que fue eso ? ¿De donde salió esa mujer? ¿Quien es?

Me aclaré la garganta.

-es una chica que conocí hace años-le explique- y la verdad no entiendo que hace aquí, ella vive en Berlín.

-y te enredaste con ella-completó mi enana- se me quitaron las ganas de seguir viendo la serie.

Dicho lo último, se giró sobre sus talones y se alejó, hacia las escaleras.

I still loving youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora