I still loving you

CAPÍTULO TRES

(TOM)

Bebí un sorbo de mi cerveza, sin quitarme a jennelle del pensamiento. Miranda había ido a pasar la mañana con ella y Agnes. Mi enana me había llamado para decirme que pasara el rato luego del trabajo con Georg para distraerme un poco y que así podía dejar que ellas pasarán una tarde de chicas en casa.

Acepte a regañadientes y ahí me encontraba primorosamente sentado en el jardín trasero de la casa de Georg, con Gustav y Andy, quienes no quisieron regresar a sus respectivas casas.

Medio sonreí, Andy intentaba encender el carbón del asador para preparar hamburguesas pero solo conseguía que una columna de humo pestilente llenará el espacio.

- ¡Mierda Andreas! -mascullo Georg, quien salía en ese momento de la casa con utensilios de cocina- si no puedes hacer algo no lo intentes

Andy entrecerró los ojos, con aires indignados.

-si no lo hago yo, ¿Quien demonios lo va a hacer? ¿Uh?

-Gustav- dijimos Georg y yo al unísono

Ahogue una carcajada, ¿Que sería de mi vida sin ese trio de idiotas ?

-bien, esperemos al buen Gusti para que lo haga él entonces.

Andreas dejó las cerillas junto al asador y procedió a tomar una lata de cerveza y dejarse caer en el escalón del porche, mostrándonos el dedo medio.

Intercambie una mirada con Georg y el se encogió de hombros, medio sonriendo de manera burlona. Gustav salió de la cocina, cargando un bowl con la carne para las hamburguesas.

- no encendiste nada -murmuró Gustav, mientras chasqueaba la lengua- ¿Por qué no me sorprende?

...

-tengo una noticia que darles chicos -mencionó Gustav, repantigándose en su silla- Emerald está embarazada.

Una amplia sonrisa se distendió en el rostro de nuestro amigo.

- mierda, ¿En serio ? -cuestionó Andy- todos son puras parejitas y niños últimamente, solo quedó yo para ser el sugar daddy de las siguientes generaciones.

Todos nos reímos y yo le arroje mi gorra de béisbol, él la atrapó en el aire y me la lanzó de regreso.

- ¿Sabes que te falta para ser un sugar daddy, Andreas ?- cuestionó Georg, sin dejar de reír- dinero... Mucho dinero

Andreas se partió de la risa para asentir con la cabeza.

- lo sé, por eso necesito que muevan el culo y que pongan de su parte para que el taller tenga más proyectos.

Miré a Gustav, estaba radiante, cuál sol primaveral.

- ¿Cuando nacerá ? -quise saber, regresando al tema de su bebé.

- En septiembre.

Georg alzó su cerveza y nos miró, de manera solemne. Jodido payaso.

- propongo un brindis por el bebé Kaulitz y el bebé Schäfer que naceran antes de que termine el año- todos alzamos la cerveza- porque hagan que éste par de pendejos se pongan serios en temas de la vida de una vez por todas...-unimos las bebidas en el centro- y todo ese blah blah blah ....

Bebimos hasta vaciar las latas y las arrojamos lejos. Era parte de los brindis que hacíamos, una competencia por ver quién bebía más rápido.

Definitivamente la vida era más fácil con amigos.

(JENNELLE )

Me arrebuje en el sofá, la película que habíamos estado viendo Miranda, Agnes y yo aún no terminaba. Mi prima se había marchado ya y mi hija se había quedado dormida, con la cabeza apoyada en mi regazo. Shiro también dormía profundamente, en el espacio que había ocupado mi prima en el sofá. Le acaricié la cabeza y él se estiró en toda su longitud, complacido por el mimo, teníamos tantos problemas que casi nos habíamos olvidó de que el perro era un ser vivo y no un mueble en la casa.

Me mordí los labios, mirando sin ver realmente la TV. Había sido una tarde de chicas realmente divertida, nos pusimos mascarillas en la cara, pintamos nuestras uñas de las manos la una a la otra, jugamos juegos de mesa con Agnes, necesitaba ese tipo de momentos de distracción y de tiempo compartido y no me había dado por enterada.

La puerta principal se abrió y Tom entró en casa, sonriente y despreocupado. Busqué su mirada y él me regaló una gran sonrisa. Mi hombre anduvo con pasos quedos hasta detenerse detrás del sofá y me besó la frente.

-estoy en casa- anuncio el con una media sonrisa- ¿Quieres ver una película?

Fruncí los labios, Tom olía a cerveza y a humo, por lo que también debía de haberla pasado bien con los chicos.

-quiero que nos vayamos a la cama-susurre, para no despertar a Agnes- ¿Puedes llevar nuestra hija a su habitación?

Tom asintió y tomó a Agnes con cuidado del sillón, nuestra hija se acomodó contra el pecho de Tom y siguió durmiendo. Los miré subir las escaleras Tom regresó a mi lado unos instantes después, para dejarse caer a mi lado en el sillón. Acomodé la cabeza en su hombro y él me rodeo con su brazo, se sentía bien, se sentía estar en casa.

Lo abracé y alcé la cabeza, besando la línea de su mandíbula, él se giro y sus labios se unieron a los míos de manera suave, su lengua acarició mi labio inferior y sus dientes lo mordieron, gemí, sabía a cerveza y a Tom. Los latidos de su corazón golpeaban con fuerza su pecho, podía sentirlos sin mucho esfuerzo contra el mio.

- ¿Que dijo el doctor sobre el sexo ? -cuestionó, su voz sonaba un tanto agitada - ¿Que no era recomendable hasta que semana ?