CAPITULO SEIS

356 27 3
                                    

(TOM)

-En cuanto Bill vea ésto -alcé la imagen de la ecografía y se la mostré a mi enana-va a decir que el bebé es igualito a él.

Jennelle medio sonrió, sin mirarme, abstraída en la imagen que ella tenía en la mano. Ella se encontraba sentada frente a mi, al otro lado de la isla de la cocina. Se veía pálida y un tanto ojeroza, el embarazo estaba siendo difícil para ella, muchas náuseas y vómitos.

-tomando en cuenta que son gemelos idénticos eso tendría sentido... - su sonrisa se ensanchó y me concedió un vistazo- ¿Piensas que es un niño o una niña ?

Fruncí los labios, para Morderme el labio, cerca del piercing. Algo me decía que se trataba de un niño, aunque si era una niña no había ningún problema conmigo, mientras estuviese saludable.

-no se-murmuré sonriéndole a mi vez- solo que lo o la amo.

El silencio cayó sobre nosotros, roto únicamente por los ronquidos ocasionales de Shiro, quien dormía en el piso, a mis pies.

-miranda le sonsacó el sexo del bebé al médico-comento mi enana -yo siento que es un niño.

Alcé una ceja y busqué los ojos de jennelle, pero ella desvío la mirada.

- ¿Hasta cuándo vamos a estar así ?-cuestioné, ya no aguantaba la delicada indiferencia con la que ella me trataba- ¿Uh?

- ¿Así como ? -quiso saber mi enana, a nada de crisparme los nervios

Bufé, indignado, podía ser una persona muy paciente con las personas que amaba pero todo tenía un límite. Ya había perdido la cuenta de los días en el sillón y de los silencios incómodos con Jennelle.

-pues asi-mencioneñé, tratando de no exaltarme-sin ser una pareja normal que se ama- Jennelle me miró, con los labios ligeramente fruncidos- si, no soy perfecto y cometo errores- concedí, con un nudo en la garganta- pero no me puedes crucificar por algo que hice hace años...-dudé- años Jennelle, tu no eras parte de mi vida y no es como que yo le dijera que me besara.

Jennelle se puso de pie del banco y rodeo la isla, deteniéndose a mi lado, rodeando mi cuello con sus brazos.

- ¿Sabes que te amo, verdad ?-cuestionó y yo asentí, olía a mandarinas y a flores- discúlpame.

La tomé por el costado y la acerque más a mi cuerpo, una sonrisa jugó en sus carnosos labios, me moría por besarla.

- ¿Que harás para ganarte mi perdón? -quise saber, alzando repetidamente las cejas.

Jennelle me acarició la mejilla barbuda de varios días y me besó la frente, para comenzar a jugar con los cabellos que salían en todas direcciones de mi intento de peinado.

- no se, ¿Que quieres que haga ?

Sus ojos se entrecerraron con picardía. Sus labios me recorrieron lentamente el tabique de la nariz, rematando la punta con un beso corto y cálido. Su boca trazó un camino por mi mejilla hasta la oreja, su aliento caliente me erizo la piel y un gemido gutural salió de mi interior.

Teniamos meses sin tener sexo por indicación del médico y me estaban volviendo loco sus caricias, sus besos, su olor...

La atraje más cerca y busqué su boca, besándola sin andarme por las ramas, con todo el deseo que me quemaba por ella, mierda, la quería desnuda... ahora. Mi cuerpo ardía, me quemaba la sangre en mis venas, comenzaba a agolparse en cierta parte de mí. Jennelle jadeo y me abrazo con más fuerza.

El sonido de la puerta principal al abrirse me sacó abruptamente de mi calentura.

- ¡Estoy en casa mamá! -canturreo Agnes.

Jennelle se alejó como si le hubiese dado una descarga eléctrica, acomodándose la blusa, que de alguna manera yo me había encargado de enroscar en su espalda. Tenía las mejillas sonrojadas.

Me incline un poco hacia enfrente, tratando de disimular mi escandalosa erección.

Agnes, seguida de cerca por Mirada y Georg entraron en mi campo de visión. Mi hija se acercó a mi enana y la abrazo, Jennelle tuvo el tino de mantenerla en sus brazos. Mi amigo alzó una ceja y medio sonrió, riéndose por lo bajo.

- si necesitaban tiempo tan solo...- mencionó Georg.

Interambie una mirada con mi enana y ella sonreía, aún sonrojada. Miranda nos miró a ambos y negó con la cabeza.

-son terribles, se les deja solos 5 minutos y...

I still loving youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora