CAPITULO OCHO

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(JENELLE)

Agnes no había dejado de parlotear mientras caminábamos por el parque. El otoño se sentía con fuerza y cada día hacia más frío.

- ¿Que le vamos a regalar a papá por su cumpleaños ? -quiso saber mi hija.

Mierda, había olvidado el cumpleaños de Tom... me mordí el labio inferior y miré a mi rubiesita, quien me asesino prácticamente con su expresión.

-olvidaste el cumpleaños de papá -me acuso, haciendome sentir culpable.

A decir verdad tenía muchas cosas en la cabeza esos días, la venta del terreno que me había heredado mi padre, buscar casas con Tom, los días tan malos que tenía a veces por el embarazo, los bajones emocionales... Seguía de licencia en el trabajo y había días en los que me sacaba de quicio ser ama de casa a tiempo completo.

Nos detuvimos en un espacio grande y despejado del parque, solté la mano de Agnes y le quite la correa a Shiro, quien salió disparado, correteando en todas direcciones, feliz de estar libre.

-si, lo olvide mi amor, gracias por recordarme-le agradecí y ella negó con la cabeza, de manera reprobatoria- ¿Que te gustaría que le regalaramos ?

Agnes se descolgo la mochila que llevaba a la espalda y rebusco en su interior, sacando un frisbee.

- pastel y una gorra, a papá le gustan mucho-aseguro ella, sonriéndome por fin.

Contemplé como mi hija le lanzaba el juguete a Shiro, quien corrió a toda velocidad a por el. Suspiré, sintiendome feliz y plena, acaricié mi vientre con cuidado, un aleteo dentro me tomó por sorpresa, haciendome jadear... Era la primera vez que sentía al bebé que crecía ahí. Me senté con cuidado en una banca cercana, colocando mis manos en el sitio donde había sentido un momento antes el aleteo, pero no hubo más.

Alcé la Mirada de mi vientre y observé al par de revoltosos seres vivos que había traído al parque, quienes corrían y jugaban, inmersos en su mundo, cargados de energía a pesar del frío. Agnes siempre había deseado tener un perro y yo nunca se lo había permitido, por falta de espacio y tiempo.

Mi teléfono celular sonó en mi bolsillo y lo saque, me estaba llamando Miranda.

-hola- la saludé.

-¿Cómo está mi embarazada favorita ? -cuestionó ella, desde el otro lado de la línea- ¿Que haces ?

-estamos en el parque, ¿Y tú ?-quise saber, sin dejar de ver a mi hija.

-¿Estás sola ? -mirada bajo la voz y yo alcé una ceja.

-si... -dude- ¿Que pasa ?

Mirada soltó un sonoro suspiro desde el otro lado de la línea.

-Georg y los chicos quieren hacerles una fiesta sorpresa a Bill y Tom.

Joder. Solo a mí se me había olvidado el cumpleaños de mi propia pareja, amor de mi vida y padre de mis hijos. La culpa me calo en las entrañas.

-aja-la animé a continuar.

-entonces mi sensual novio me pidió de favor que hiciera trabajo investigativo contigo para saber si no tenías ya algo planeado.

Menuda mierda conmigo y mi memoria.

-la verdad ni siquiera lo recordaba-confese-Agnes me lo recordó hace un momento.

Miranda comenzó a reír sin pena desde el otro lado de la línea.

-joder, ¿No se a portado bien tu vagabundo? -cuestionó, sin dejar de reírse

-no es gracioso-masculle, aunque me estaba aguantando una carcajada.

-oh si, lo es y lo sabes.


I still loving youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora