(TOM)
-¡mueve el jodido trasero o no te pagaré! -Jennelle ahogo una carcajada y Georg suspendió la obra para mirarme con los ojos entrecerrados- estoy hablando en serio, imbecil.
Georg me mostró el dedo medio y regreso a lo suyo: darle una segunda capa de pintura a la habitación que sería para el bebé.
Habíamos comprado la casa que nos gustó y nos topamos con que necesitaba algunos arreglos y mejoras antes de poder mudarnos. Mis amigos y Miranda habían llegado a ayudar para poder terminar todo antes del plazo de entrega de la casa en la que aún vivíamos a sus nuevos propietarios. El único al que le había rechazado el ofrecimiento era Gustav, él tenía las manos demasiado ocupadas aprendiendo a ser papá.
-sigue de idiota y no te ayudo-gruño Georg- además de que no te veo hostigando a Andreas.
El rubio se afanaba asegurando una lámpara de techo en la habitación de al lado y después de unos cuantos ruidos se materializó en la puerta de la habitación.
-¿Que yo que ? -quiso saber Andy
-parecen un viejo matrimonio-murmuró mi enana, sin aguantarse la risa ésta vez- iré a ver cómo van con el jardín Miranda y Agnes.
Dicho lo último pasó por el lado de Andreas y se perdió de vista por el pasillo. Cada vez tenía más prominente el vientre y el bebé se movía más, según el médico todo marchaba bien, aunque las náuseas no le daban tregua a mi enana y aún no nos animamos a conocer el sexo de nuestro hijo, pero ya teníamos un nombre para él o para ella: Harper.
Miré de nueva cuenta el beige de las paredes de la habitación del bebé, sintiendo una emoción profunda en el pecho. La madre de Jennelle nos había obsequiado una cuna y podía visualizarla sin ningún problema en ese espacio.
Mi teléfono vibro en el bolsillo de mis jeans y yo fruncí el ceño, habia estado recibiendo constantes mensajes de Leah y sinceramente no entendía que le pasaba por la cabeza, me incomodaba y ella no parecía tener intenciones ni de entender o ceder. Jennelle me había contado todas las cosas despreciables que ella le dijo el día de nuestro cumpleaños cuando nos compro la tarta, acontecimiento que me hacía sentir violento.
-por favor...-le pedí a la nada, al tiempo que tomaba el aparato de mi bolsillo y abría el mensaje que me había llegado-con un demonio.
"Solo quería saber cómo estás, no me has respondido ni uno solo de mis mensajes. Te extraño"
Leah me había escrito de un número nuevo y tomando en cuenta que ya era el tercero que usaba en menos de dos semanas las cosas se estaban saliendo de control.
-te pusiste pálido -mencionó Georg, lo miré de soslayo y mi mejor amigo mantenía su mirada en mi- ¿Leah? -Asentí con la cabeza y Georg soltó un bufido -aqui es cuando me permito recordarte que follarte a esa mujer fue el peor error que pudiste cometer en tu puta vida.
Puse los ojos en blanco, aunque claro que mi amigo tenía razón. Pulse el icono de llamar y me coloqué el teléfono al oído, esa situación tenía que parar y ya.
-hola- Leah respondió al tercer tono.
-necesitas parar-masculle, sin siquiera saludarla- no quiero tener que tomar otras medidas en tu contra Leah, no quiero tener que ir a denunciarte por acoso.
Un silencio de su parte se prolongó lo que me pareció una eternidad.
-no te estoy acosando, solo quiero tener una relación buena contigo Tom, fuiste muy importante para mí y me gustaría que siguiéramos en contacto y...
-no, claro que eso no pasará-la corté, definitivamente Leah estaba loca-si vuelves a llamarme, mandarme un jodido mensaje o si te veo rondando por mi casa o te atreves a molestar a Jennelle, te juro Leah...-mi voz se había convertido en un siseo amenazante- te juro que te voy a denunciar para que metan a la cárcel o a un hospital psiquiátrico.
Leah soltó un bufido desde el otro lado de la línea.
-no serias capaz de hacerlo -habia indignación en su tono.
-claro que seré capaz-la contradije-me tienes harto y si piensas que vamos a ser amigos después de que le dijiste mierda a mi mujer y te tiraste a mi gemelo estás muy mal, ¿Entendido? Advertida estás.
Dicho lo último terminé la llamada y bloqueé el número.
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I still loving you
Fanfictionsi le preguntarás a Tom Kaulitz si cree en el amor seguramente te responderá que no... lo que muy pocos saben es que se enamoró hasta los huesos una vez y que perdió una parte del corazón en el proceso. Miles de noches de insomnio han pasado, incon...