-Estaba hablando con Sergio. Mañana comemos con él. Así lo conoces.-Veo que se le quita el enfado a Laura y me sonríe.

-Perfecto. Tengo ganas de conocer a Sergio.- Dice riéndose.

-Cuando queráis nos vamos, no vamos a estar aquí hablando de ese todo el santo día.-Dice Aitor de mala gana

-Tranquilo- Lo calma Juan- Sergio es un buen tío. Deberías conocerlo.- En ese momento me rio.

-No te preocupes si ya lo conoce ¿verdad señor Rodríguez?- Me mira con mala cara

-¿Señor Rodríguez? Dicen Juan y Laura a la vez.

-Sí, ahora le ha dado por hablarme así.-Dice Aitor- Se cree más profesional

-No es creerme más profesional, simplemente lo soy.

-Bueno lo que tengáis es cosa vuestra.-Dice Juan finalmente. Sabe que como sigamos acabamos peleándonos.- Vamos a comer que solamente tenemos 1 hora.

-¿1 hora?-Le pregunto extrañada. Normalmente entramos a las 5 de la  tarde, y ahora mismo son las 2.

-Sí, Laura y yo tenemos que hablar con los obreros. – Mierda, eso significa que tenemos que quedarnos este y yo a solas. No quiero, no sé qué hacer desde las 3 hasta las 5.

-¿Puedo ir con vosotros?- Les pregunto en forma de ruego.

-No- me responde Aitor de forma triunfante- Recuerda que tenemos que preparar los contratos con los socios de Eric. Esta tarde vienen a por ellos, me han llamado hace 1 hora y los quiero hechos.- Juan y Laura me miran con cara de circunstancias.

-Pues no pasa nada- Dice Juan.- Podéis ir los dos y así tardáis menos.

Aitor cambia la cara. ¡Toma ya! Digo en mis adentros. Le está muy bien, si me quiere joder que pringue el también. Ya me han alegrado el día

Laura y Juan comen rápidamente. La comida ha tardado en llegar y deben irse ya. Cuando salen nos dejan a Aitor y a mi solos. Aún no hemos acabado de comer. No decimos nada, y ni siquiera quiero mirarlo.

-¿Has acabado? Ahora vuelvo.-Dice Aitor mientras se levanta y va hacia la barra.

Mientras cojo el bolso y saco el monedero para pagar la cuenta. Voy hacia donde está Aitor

-No hace falta, ya he pagado yo.

-No tenías porque. Toma, le doy el billete y lo rechaza.

-Ya te he dicho que he pagado yo, vámonos, tenemos cosas que hacer.

Vamos a la oficina sin decirnos nada. No quiero hablarle, bastante incómodo es tener que verlo en la oficina, como también tener que trabajar con él y hacer horas extra. Desde lo del beso no hemos dicho nada. Yo he seguido en mi línea. Sin hablarle y cuando le he hablado ha sido formal y refiriéndome a el con señor Rodríguez.

Cuando voy hacia mi despacho Aitor me coge del brazo, me vuelvo y dice

-Está todo preparado en mi despacho, asique vamos para mi despacho y lo hacemos allí.

Mierda, porque me hace esto, desde que me besó no paro de pensar en volverlo a besar. Maldito y mil veces maldito. Y encima estaba con la rubia oxigenada, en la pizzería. Que piensa que puede estar con varias a la vez. Odio a esos tíos que están con varias. Ni que las mujeres fuésemos juguetes.

Me dirijo a su despacho y empezamos a trabajar. De vez en cuando nos dirigimos las miradas. Pero no nos hablamos. Seguimos igual. La tensión se palpa en el aire. Es el primer día y estamos así no me quiero ver dentro de 1 mes. Que pesadilla, ¡por dios!

Mi peor pesadillaWhere stories live. Discover now