Cap 55

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•Narra Kai•

Habían pasado un par de meses desde que todos se habían enterado de nuestra gran noticia. Al enterarse, Ryu se había enfadado diciendo que no le parecía justo que yo me hubiera casado y que a él no le dejaran salir con Alex. Fue entonces cuando me enteré de que Alex y él habían empezado a salir. Al final la familia había cedido y habían aceptado. Por otra parte, Hideki y Gaby, como era bastante obvio, también estaban saliendo y parecía que su relación iba cada vez mejor.

Gaby aún vivía con nosotros y lo único difícil de vivir los cuatro juntos era compartir el baño.

A nuestro pesar, las clases ya habían empezado y con ellas madrugar, dormir poco y pasar menos tiempo libre con Matt.

Matt, al final, había decidido aceptar el trabajo en aquel bar y aquello dificultaba aún más el vernos, aunque no trabajaba demasiadas horas para que pudiera centrarse también en sus estudios. No trabaja hasta muy tarde, por lo que de vez en cuando pasaba allí las tardes.

—Matt... —esta era una de esas tardes en las que me encontraba apoyando la cabeza en la barra suspirando.

—Pequeño, sabes que tengo que trabajar —Matt no paraba de andar de un lado a otro detrás de la barra de aquel pequeño bar—. Tú fuiste uno de los que me dijo que era buena idea estar aquí, ahora no te me quejes.

—Pero, Matt... —hice un leve puchero, cuando vi que colocaba un vaso frente a mí.

—Bebe y calla —miré el vaso, el cual tenía un loquito marrón.

—¿Es chocolate? —él asintió mientras sacaba algún otro vaso de cristal del lavaplatos. Bebí sin pensármelo dos veces, mirando como Matt se alejaba. Uno de sus compañeros se acercó a él y tras decirle algo, vino a mí.

—¿Molestando otra vez, Kai? —asentí aún bebiendo. Matt y aquel chico, llamado Alan, trabajaban en el mismo turno, así que había acabado conociéndolo.

—Es mi nuevo entretenimiento.

—Pero... —me miró apoyando la espalda en la barra.

—Pero lo hecho de menos si estoy en casa, sí —sonrió revolviéndome el pelo.

—Estás aquí para que no se le acerquen.

—También, también.

—Como olvidar el numerito de la semana pasada —reí mirando hacia Matt.

Flashback

Había ido ya varias veces para ver a Matt a aquel pequeño y moderno bar. Aunque acababa de abrir, ya había bastante clientela. Los primeros días todo era normal pero, a medida que los días pasaban, la cantidad de mujeres cada vez era mayor.

¿La razón? MI marido.

Bueno y el otro camarero.

La mayoría de veces simplemente me quedaba en una pequeña mesa en una esquina del local. No, no estaba allí para controlarlo, pero era la única manera con la que podía pasar algo de tiempo con él. Pero al final, siempre acababa molesto al ver como coqueteaban con Matt. Más de una de ellas le daba su número o le enseñaban el escote. En serio, ¡¿ninguna veía el anillo?! Suspiré de nuevo, cuando vi que el compañero de Matt se acercaba a mí.

—Invita la casa —dejó una botella de cerveza sobre la mesa y lo miré extrañado—. Para compensar el gasto del oculista por los ojitos que le estás haciendo al camarero.

—¿A Matt? —pareció extrañado ante mi respuesta.

—¿Lo conoces? —levanté la mano derecha señalando mi dedo corazón, más concretamente al anillo—. Oh. Así que tú eres el portador del otro anillo, ¿eh? —miró a su alrededor antes de sentarse conmigo—. ¿Celoso?

—Celoso, no. Confío en él y se que ellas no conseguirán nada —volví a mirar de reojo hacia aquellas chicas—. Pero madre mía que desesperada está la gente.

—Anda bebe, aunque creo que voy a tener que traerte algo más fuerte —se levantó riendo—. Por cierto, soy Alan.

—Kai.

—Bonito nombre —sonrió mientras se alejaba—. Nos vemos.

Después de eso, bebí la cerveza y tras ella alguna más, acompañadas de algún chupito que otro. Cada vez más chicas se acercaban a Matt y mi mal genio iba a peor. Maldito alcohol y malditas mocosas. Alan no paraba de reírse cuando me miraba.

—Alan... —ya iba algo borracho, solo lo suficiente para ir contento—. Una más...

—Ya has bebido suficiente —me sujetó por la espalda llevándome hacia la entrada—. Hora de ir a casa.

—Todavía no... —miré atrás—. Quiero esperar a Matt.

—Matt esta ocupado.

—Sí, con esas estúpidas mete fichas —entonces, vi que una de ellas agarraba su brazo colgándose de él, vi como acariciaba su labio e iba directo hacia ellos—. ¡Ah, no! ¡Eso si que no!

Matt se giró al oírme alzar la voz y la chica hizo lo mismo algo molesta. Me solté del agarré de Alan para dirigirme hacia ellos. Aparté a aquella mujer de Matt, colocandome entre ellos.

—¿Kai? —puse mi dedo sobre sus labios.

—Shhhh, luego hablo contigo —volví a girarme hacia la chica—. Y tú, bueno tú y todas las que se le están acercando, alejaros de él.

—¿Perdona? —ella se cruzó de brazos.

—A ver rubia, yo lo vi primero y me lo he tirado primero.

—¡Kai!

—Niegalo si puedes —Matt asintió tras unos segundos. Volví a centrarme en ella—. Y... —rodeé el cuello de Matt y junté nuestros labios, besándolo—, aléjate de él. Alejaros de él.

—¿¡Es tu novio!? —me crucé de brazos satisfecho sacándole la lengua a ella.

—Bueno, técnicamente es mi marido —corrigió Matt riendo nervioso. Las chicas salieron de allí molestas y enfadadas; pero yo estaba contento de haber conseguido que se fueran.

Esperé a que terminaran de recoger para irme con Matt, quien, por alguna razón no parecía demasiado contento por alguna razón.

—Kai... —me levanté mirandolo sonriendo y abrazándolo—, eso no ha estado bien.

—No soy yo el que se ha dejado coquetear por ellas —hice un leve puchero mirandolo.

—Es mi trabajo, tengo que ser amable Kai...

—No es justo —hice un puchero de nuevo cruzándome de brazos.

—No puedo enfadarme contigo... Eres tan adorable cuando te enfadas —me abrazó acariciándome el pelo con ternura—. Anda vamos a casa.

Dejame Quererte (Yaoi/Gay) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora