Cap 3: Es una promesa.

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Ese día no podía dormir. No sabia la razón pero el tema de no haber estado enamorado nunca, estuvo rondandome todo el día.

Estuve mirando en techo de la habitación por bastante tiempo, hasta que oí un ruido a mi derecha. Ryu no paraba de dar vueltas en la cama.

-Kai ¿estas despierto? -gire la cabeza para mirarlo, él estaba tumbado de lado mirándome tapándose casi por completo con las sabanas.

-Sí... -solté un pequeño suspiro «Que remedio» pensé.- ¿Que pasa pequeño?

-¿Puedo hacerte una pregunta? -vi que cogió las sabanas y se tapó con ellas hasta la altura de la nariz. Conociéndole, sabía que, ese, era un gesto de timidez; el cual, hizo que su pregunta me intrigara un poco más. Asentí, aunque no fue muy inteligente por mi parte, ya que estábamos a oscuras. Supongo que Ryu interpretó mi silencio como un sí, y continuo hablando.- Tú... ¿estarás siempre a mi lado?

Tengo que admitir que, el hecho de que me hiciera esa pregunta me sorprendió. Habíamos estado juntos, prácticamente toda la vida, y por mi parte iba a seguir igual. No sabia de donde había sacado la idea de que lo iba abandonar o algo por el estilo.

-Pero... ¿y si un día encuentras a alguien? -se le notaba un tono triste en la voz, así que me di cuenta de que hablaba enserio. Antes de que pudiera decir nada siguió hablando.- Puede que por ahora no tengas a nadie especial... pero algún día llegara... -no quería que siguiera hablando.- ¿y si nos separa? ¿y si me odia y no quiere que este contigo? Yo... no quiero que me dejes, yo... -noté su voz cada vez más temblorosa, y pude oír un pequeño sollozo.

Salí de mi cama e inmediatamente me senté a su lado y saque su cabeza de entre las sabanas. Pude ver que, efectivamente, había estado a punto de llorar. Hundió la cabeza en la almohada intentando ocultar el echo de que alguna pequeña lágrima había caído por sus mejillas.

-Ryu... -acaricie su cabeza para que pudiera que todo estaba bien.- No seas idiota. Nunca se me pasaría por la cabeza, ni un solo segundo, hacer algo así. -acaricie su mejilla, y seque la lágrima que, aun, seguía en ella con mi dedo índice.- Si tengo novia algún día, por muy enamorado que esté, - «cosa que dudo que algún día pase» pensé.- si intenta separarnos, me esposaré a ti y le gritare "o los dos o ninguno" -oí que Ryu soltaba una pequeña risa.- Te lo prometo.

Me alegre de haber conseguido que se riera, sabia que en el momento en el que eso pasaba ese idiota ya estaba más animado.

-Gracias Kai... -se destapó y se sentó sobre sus rodillas. Alargo sus brazos y me abrazo con fuerza.

-Deberías volver a dormirte, después de todo mañana tenemos que volver al instituto. -me levante de su cama y me dirigí a la mía. Entonces noté que me agarraban de la camiseta.

-Esto... Kai... -apartó la mirada y bajo el tono de su voz.- ¿Puedes dormir conmigo? Ya sabes, como cuando eramos pequeños...

-¿Lo dices en serio? -vi que bajo la mirada avergonzado y parecía arrepentido de lo que había dicho.

-Si no quieres no hace falta... -suspire al ver el gesto de decepción que hizo.

Revolví su pelo y tire su cabeza hacia atrás con un dedo. Me tumbe en su cama y vi una amplia sonrisa en su cara. Ryu se tumbo a mi lado acurrucandose entre las sabanas de nuevo.

Después de escasos minutos los dos nos quedamos dormidos.

• • •

Tenía la esperanza de que iba a ser un buen día. Pero, como no, estaba totalmente equivocado. Desde la mañana supe que ese día iba a ser uno de los peores.

La razón era un simple mensaje que había recibido esa mañana. El mensaje era de mi padre. Al principio me sorprendí, ya que no se habían puesto en contacto conmigo desde hacia años.

Pensé, que con suerte habían tenido un accidente, pero no. Mis padres querían verme dentro de un par de días. Obviamente me negué rotundamente a su propuesta, aunque sabia que no se iban a dar por vencidos tan fácilmente.

Tal vez tendría un poco de suerte en el colegio y nadie me molestaría hoy.

El resto del día iba bastante bien, bueno las clases aburridas como siempre, pero sin ningún problema. Pensé que iba a salir del instituto sin problemas, por una vez.

Como siempre, volví a equivocarme y aparecieron los problemas. Bueno, el problema.

Las clases habían acabado, y estaba dirigiéndome hacia la salida. Esta vez estaba solo. Ryu estaba con una chica que le había dicho que quería hablar de algo con él.

-¡Tú! ¡Maldito gilipollas! -no era raro oír a alguien gritar buscando pelea. Así que ni siquiera pensé que mereciese la pena girarse para ver quien era o que pasaba. No me incumbía en absoluto.- ¡Te estoy hablando a ti! -note que alguien me cogía del hombro e instantes mas tarde me vi contra la pared tras un fuerte golpe en la espalda.

Tal vez si que me incumbía después de todo.

-¡¿Como se te ocurre?! -me cogió del cuello de la camisa y tiro de mi hacia arriba. No lo había visto nunca; y tampoco sabía que estaba pasando. Ese chico era más alto que yo y parecía tener bastante fuerza, ya que consiguió levantar ligeramente mis pies del suelo.

-Oye, oye, cálmate ¿vale? -lo cogí de las muñecas tirando de ellas hacia abajo, aunque solo pude bajarlas levemente.

-¿¡Que me calme!? -me estampó contra la pared de nuevo.- ¿¡Después de lo que has hecho quieres que me calme!? -ni siquiera sabia que había hecho, pero antes de que pudiera preguntar nada él me lo aclaro.- ¿¡Después de que te tires a mi novia quieres que te perdone!?

-Oye, que yo no me he tirado a nadie con novio -siempre procuraba saber si tenían pareja para evitar situaciones incomodas, como esta. Aunque, más de una había mentido. -, o eso creo. De todas formas, ni siquiera se quien es tu novia. -vi que miraba de reojo a una chica rubia que estaba a su derecha. Bueno, rubia de bote. Puede que si que me la hubiera tirado. Miré hacia otro lado y no puede evitar soltar una risa nerviosa al darme cuenta de que él tenía razón.

Lo siguiente que pude notar fue un puñetazo en en la zona de la boca. Había soltado el cuello de mi camisa, así que caí al suelo. Ni siquiera era mi culpa su novia fue la que me lo pidió. Llevé mi mano hacia mi labio, y pude notar que, de este, caía un pequeño hilo de sangre.

-No es mi culpa que tu novia se vaya tirando a otros. -me levanté con tranquilidad. No era la primera vez que me pasaba eso, así que no le daba demasiada importancia a un puñetazo.

-¿¡Estas llamando a mi novia zorra!?-puede que eso no hubiera sido la mejor respuesta que podría haber dado, ya que, segundos mas tarde estaba en el suelo de nuevo.

-No tienes que pagar conmigo que tu novia sea mas fácil que sumar dos y dos.

Dejame Quererte (Yaoi/Gay) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora