Cap 32 [+18]

6.2K 408 19
                                    

No soy tan mala persona como para dejaros una semana esperando 乁( ˙ ω˙乁)

——————————

No se la razón por la que no me deja poner el gif, así que lo dejare por aquí

No se la razón por la que no me deja poner el gif, así que lo dejare por aquí ▼

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

——————————

Narra Kai

Que Matt me tocara así se sentía demasiado bien. Intentaba reprimir mis gemidos, para no darle la satisfacción de haber conseguido hacerme sentir así.

Ni yo mismo sabía que estaba haciendo, no podía pensar con claridad en ese momento. En esos momentos nada me importaba, puede que fueran las copas de más que me había tomado, pero no quería que parara.

Metió sus manos debajo de mi camiseta, y empezó a acariciarme lentamente. Entonces pude darme cuenta de que era más sensible de lo que creía. Empezaba a sentir calor en cada lugar que Matt me tocaba.

Matt se deshizo rápidamente de mi camiseta, al igual que de la suya, besando mi cuello y colocándome encima suyo, tras tirar ambas camisetas al suelo de la habitación.

Enrede mis dedos entre su cabello besándolo dulcemente de nuevo. Ese beso rápidamente se convirtió en una lleno de pasión.

Recibí un espasmo violento cuando sentí su mano cálida estimular casi con ternura la cabeza de mi miembro. Entonces, intensificó la fuerza que él empleaba para acariciarlo. Mientras más rápido frotaba mi miembro, más brusco se volvía con sus besos y caricias.

Matt dejó de ser amable con respecto a la mano que agarraba mi creciente miembro viril, ahora duro como una roca, provocándome temblar y soltar un inconfundible gemido que hizo que sonriera. El líquido pre-seminal comenzaba a escurrir hacia las yemas de sus dedos, de éste modo hacían los frotes menos bruscos contra mi piel, indicaba que dentro de poco me iba a correr.

Las manos de Matt fueron hacia mi  cintura, en un atentado desesperado de deshacerse de mis boxers, pero era difícil mientras seguía masturbándome con frotes toscos.

Me arrancó otro gemido, ésta vez más controlado. Lo único que Matt buscaba era arrancarme los malditos boxers.

Pero las manos de Matt eran como artefactos mágicos– Mierda. –farfullé entre dientes mientras sentía mi pulso acelerarse, contuve la respiración tan fuerte como pude para no pegar el grito, porque justo ahora acababa de liberar la caliente semilla sobre su mano. Un líquido blancuzco y viscoso embarraba parte de mi pierna y toda la palma de Matt estaba cubierta de ello.

–Mírate, estás tan rojo como un tomate. –se rió burlonamente mientras se limpiaba la mano usando mi camiseta– Ahora sí que no me voy a resistir. –me empujó groseramente de nuevo a la cama, sin darme tiempo de protestar en contra– Te voy a dar tan fuerte que te dejaré inválido por un mes ¿me oíste? –bisbiseó con rencor Matt mientras me quitaba los boxers violentamente. Por unos segundos, me quedé paralizado y asustado de sus rápidas acciones.

Pero bien, aquí ya no había marcha atrás, mi corazón ya estaba preparando los latidos, mi cuerpo anticipaba ya el dolor inicial de la penetración anal, mentalmente estaba intentando sentirme preparado.

Matt levantó mis caderas, en lo que sentí dos posesivas manos separar mis nalgas mientras la lenta intromisión de una cabeza suave tocaba mi entrada. Me estremecí, mientras Matt comenzaba a forzar su entrada, lentamente empujaba su miembro hacia dentro.

Mordí mi labio fuertemente, pude notar que mi cara adquirió un color rojizo muy fuerte, y las sensaciones de dolor comenzaron a hacerme difícil respirar.

–Espera. Detente un momento... –conseguí decir, pero Matt parecía no estar de humor para hacerme caso– Te dije que esperaras un poco, idiota... ¡Aaagh! –Matt sonrió, mientras seguía introduciéndose más al estrecho orificio– ¡Si vas a entrar así nada más, por lo menos hazlo lento!

Matt refunfuñó fastidiado, simplemente mirandome con desprecio– ¿Ahora lo quieres lento?

–... Sólo hazlo con cuidado. –respondí. Era verdad que yo lo había tentado, pero no significaba que no tenía que tener cuidado. Respiré hondo por unos segundos, tratando de adaptarme a la intromisión caliente que más y más se hundía en mi.

El dolor se estaba volviendo tolerable. Comenzó de nuevo, con mucho cuidado a sacar un poco su virilidad.

Cada vez que entraba, para mi era como el veneno del aguijón de una abeja gigante... Era doloroso pero me daba cierta excitación.

Muy despacio dio la primera estocada, profunda y directa, que al instante me arrebató un sonido dividido entre queja y suspiro.

Así continuó, moviéndose a un ritmo insoportablemente lento, mientras, por mi parte, entregaba una serie de lamentos placenteros, relamiéndome una y otra vez los labios en su respuesta al goce.

Pero ya no podía más. Necesitaba velocidad, y supuse que Matt también quería aumentar el ritmo de sus embestidas.

Y así era. Comenzó a empujar y sacar, acelerando su velocidad. Mi sonrosada cara comenzó a distorsionar el pequeño placer, y, entonces, se me escapó otro gemido de la boca. Y seguido otros más.

Mis manos fueron a los costados de la espalda de Matt, mientras nuestros cuerpos estaban más unidos y cercanos que antes.

Cada caricia suya hacia que mis caderas se movieran desenfrenadamente al compás de sus embestidas, su calor me excitaba en sobremanera, disfrutaba tenerlo dentro de mi, y me hacia gemir de placer. Matt me besó callando levemente mis gemidos y obligándome a soltar estos dentro del beso.

–¡Matt! –gemí al sentir como aceleraba lentamente, sus labios y los míos se habían separado, tomando rumbos distintos, mientras que yo mordía los míos, Matt mordía lentamente mi pecho, dejando pequeñas marcas rojas.

Gemía mas fuerte en cada empuje, sintiendo como entraba y salía de mi, sintiendo cada caricia y cada beso y mordida en mi piel. Matt me estimulada de todas las formas posibles, hacía que experimentara todo tipo de placeres.

Los movimientos se volvieron lujuriosos, placenteros, feroces... había un toque de violencia en cada movimiento, y lo sentía perfectamente, pero a pesar de todo eso, me gustaba, me encantaba la manera en que demostraba esa ansiedad por llegar hasta el preciado orgasmo. Me maravillaba todo lo que hacía con mi cuerpo, todas esas emociones y sensaciones liberadas en una sola noche, en un solo momento.

–¡Ya... ! –ni siquiera pude terminar de decir lo que quería decir cuando sentí la máxima sensación recorrer mi cuerpo, arqueándome al sentir como ambos llegábamos al clímax, sintiendo como lentamente mi cuerpo fue recorrido por aquella corriente eléctrica, dejando a su paso una sensación de cansancio y de relajación.

Dejame Quererte (Yaoi/Gay) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora