Cap 22: No te odio, pequeño.

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~Narra Hideki~

–¿Ya estas de mejor humor? –me giré al oír a Kai, para ver que Matt ya había salido de su habitación.

–Callate. –suspiró sentándose a nuestro lado, bueno mas bien a mi lado. Ni siquiera había mirado a Kai, parecía evitar el contacto visual con él– De todas formas, ¿que haces despierto a estas horas? Apenas son las 11.

–Hideki me ha despertado, y si yo madrugó, tú también. –Matt solo suspiró y me miró a mí.

Parecía realmente molesto por alguna razón. Aunque lo hubiéramos despertado, no creo que esa fuera el motivo, lo había despertado mas de una vez y no solía reaccionar así. Tal vez solo era que ese día no estaba de buen genio.

——

Habían pasado unos días y cada vez Matt estaba mas distante con Kai; y él se había dado cuenta. Como todas las noches, últimamente, Matt se había ido directo a su habitación después de cenar. Kai parecía un poco decaído y triste, así que decidió irse a dormir. Viendo eso, no me iba a quedar solo en el sofá, así que hice al igual que ellos.

–Hideki... –oí a alguien tocar la puerta y luego la voz de Kai. Ya había pasado una hora desde que me había tumbado.

–¿No puedes dormir? –Kai negó. Me senté apoyándome sobre la pared– Ven aquí.

Kai cerró la puerta acercándose a mi cama mientras miraba al rededor. Si no me fallaba la memoria, él, nunca había entrado en mi habitación. Acabó sentándose con las piernas cruzadas a los pies de la cama. Lo miré preocupado y luego suspiró acercándose mas.

–Me odia. –Kai se abrazó a mí.

–¿Porque te odiaría? –solo lo abraza con mas fuerza y lo atraía hacia mi para que se sentara sobre mis piernas.

–Lleva evitándome casi una semana. –a cada segundo que pasaba, Kai me abrazaba mas fuerte. Matt era realmente idiota.

–Pequeño, ¿confías en mi? –Kai asintió– Entonces creeme, no te odia.

–Pero... no lo entiendo. –acaricié su pelo intentando que se calmara– Aunque al principio puede que lo odiara y que fuera idiota. Le estaba empezando a coger cariño. Me estaba tratando bien y de repente de un día para otro me empieza a ignorar... Yo...

–Es solo un idiota descerebrado.

–Aunque estemos casi las 24 horas bajo el mismo techo... le echo de menos... –besé su mejilla. Me estaba empezando a enfadar. Me dolía verlo así, y más sabiendo que la única razón de ello, era que Matt no sabía como vivir con ese estúpido sentimiento que él no quería admitir.

–Ven conmigo. –me levanté cogiéndolo de la mano.

–¿Donde vamos? –no conteste solo tiré suavemente de él saliendo de la habitación.

Pensaba llevarlo con Matt. Que él lidiara con su problema. No me importaría intentar calmar al pequeño, pero Matt tenía que darse cuenta de sus propios sentimientos. Sabía que seguiría despierto, tal vez fumando, o tal vez, simplemente, escuchando musica. Abrí la puerta de un golpe sin pensarlo dos veces.

–¡Tú! Deja de hacer el imbécil. –solté la mano de Kai– Ten paciencia enano. –besé su mejilla tras comprobar que Matt nos prestaba atención y salí de allí cerrando la puerta.

~Narra Kai~

Miré a la puerta sorprendido. No sabía si correr y salir de allí, o quedarme esperando.

Matt se acercó hacia mí y, yo, bajé la cabeza. Paso de largo para dar golpes a la puerta.

–¡Hideki no estoy de humor para jueguecitos! ¡Abre la puerta!

–Ni te esfuerces en abrir, he arrancado la puerta desde fuera. –yo seguía sin moverme del sitio, viendo como Matt estaba cada vez más enfadado– Voy a dar una vuelta a la luz de la luna. Luego vuelvo~.

–¡Hideki! –no hubo respuesta por su parte. Se oyeron algunos pasos, luego silencio, una puerta cerrase y silencio de nuevo. Un silencio mas incomodo que el anterior. Podía oír el sonido del reloj que Matt tenía por la habitación– Mierda.

Volvió a pasar por mi lado para tumbarse en la cama y soltar un largo y pesado suspiro. Ninguno de los dos dijo nada por más de un par de minutos. Cada vez me estaba poniendo más tenso y Matt no mejoraba la situación.

–Matt yo... –decidí intentar empezar una conversación.

–No hace falta que hables. Solo espera a que Hideki vuelva.

–Pero...

–Enserio, cállate. –no, no me iba a callar.

–¡No! –alcé la voz sin darme cuenta, a lo que Matt se sorprendió– Quiero entender que narices te pasa.

–No me pasa nada..

–¡Llevas ignorándome casi una semana ¿y no te pasa nada?! ¡No lo entiendo! ¿He hecho algo mal? ¿Me odias? Yo... Realmente quiero entender que ha pasado... No quiero que me odies... No tú... –mi voz había empezado a fallar. Odia esa sensación de vacío en mi pecho. Nunca había tenido demasiados amigos, y conseguir que alguien me apreciará, y se preocupara de mi, me hacía realmente feliz. Y ver que perdía a esa persona no era algo que quería sentir. Dolía demasiado.

–Kai... –apreté mis puños mirando al suelo– Ven aquí. –miré hacia Matt, que todavía no se había movido, ladeando la cabeza.

–. . . –me acerqué lentamente y me quedé al borde de la cama. Fruncí el ceño, me subí a la cama de pies y Matt se quedó mirándome. Me dejé caer por completo sobre Matt.

–¿¡Estas intentando matarme!? –Matt comenzó a toser, gritando.

–Te lo mereces, por imbécil. –me quedé quieto hundiendo mi cabeza en su cuello.

–Dios, lo siento. –dejó de retorcerse bajo mi cuerpo y me rodeó la nuca, acariciando mi pelo. Lo cual me causó pequeños escalofríos– No quería acabar pagando contigo mi mal humor...

–No parecías de mal humor... –Matt se giró, poniéndose de lado y quitándome de encima. Pero no paró de acariciar mi pelo por la parte de atrás de mi cabeza, por la zona de la nuca.

–Es complicado...

–¿No me lo vas a decir? –miré arriba para quedarme mirando a Matt a los ojos.

–Lo acabarás sabiendo tarde o temprano, me temo. –¿temer? Tan malo era ¿que no lo podía decir?

–Entonces, ¿no me odias?

–Nunca podría hacerlo, pequeño. –sonreí acurrucandome en su pecho, hundiendo mi cabeza en este. No sabía la razón, pero se sentía realmente bien que Matt me llamará pequeño.

–Tengo sueño... –me sentía tan cálido en los brazos de Matt, y mis párpados empezaron a sentirse pesados.

–¿Vas a dormir aquí? –no tenía casi fuerzas para hablar, solo quería cerrar mis ojos y dormir– Bien... –Matt suspiró sentándose sobre la cama, iba a levantarse y yo se lo impedí. Rodeé su cintura con los brazos, abrazándolo.

–No... –me quejé intentando acercarlo a mi, son lograr nada– Así estaba bien... –suspiró de nuevo tumbándose en la misma posición. Me acomodé de nuevo agarrando su camiseta– Buenas noches, Matt~...

–Buenas noches. –apoyé mi cabeza en su pecho. Dejé de oír o sentir lo que pasaba a mi al rededor. Simplemente caí dormido bajo las caricias de Matt y el sonido de sus latidos.

Dejame Quererte (Yaoi/Gay) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora