Cap 21: ¿Celos?

4.7K 410 13
                                    

~Narra Matt~

–No me puedo creer que te haya dado su numero un repartidor... –dijo Hideki cruzándose de brazos.

–No olvides el beso. –comí un trozo de pizza mirando a Kai.

–Espera, ¿que beso? –Kai miró al suelo sin dejar de comer y Hideki lo miró– ¡¿Te ha besado?!

–Solo ha sido en la mejilla...

Lo odiaba. Odia ese sentimiento. Un sentimiento que no entendía; que nunca había sentido. En el momento en el que eso estúpido pizzero lo había empezado a mirar, algo dentro de mi había empezado a arder. Solo había tenido ganas de echarlo de ahí, que despareciera de mi vista. Por no hablar del momento en el que lo besó. Quería pegarlo y gritarle que no lo tocara, que ni siquiera lo mirara.

Que era mio.

No. No acababa de pensar eso. Esto no era bueno. Nunca había sido tan posesivo con nadie. Y sí, sabia que eso no era normal, era demasiado celoso. Pero, ¿porque con Kai? Era un mocoso insoportable, dormía como una marmota, comía como un cerdo... Pero, debajo de todo eso estaba el mocoso adorable, cariñoso e irresistible. Para ser sincero, en realidad, sólo estaba celoso; celoso de no haber tenido la fuerza suficiente de haberlo hecho yo antes.

¡No! ¡Deja de pensar eso ya, idiota!

–Matt, ¿has desconectado? –me dejé caer boca abajo al sofá mientras Hideki me miraba.

–Matt ha muerto. –sonreí de lado al oír la voz de Kai. Me sentía como un verdadero imbécil– Buena persona, mejor idiota.

No me moví, ni siquiera hablé. Normalmente me hubiera levantado y me hubiera tirado encima suyo hasta que rogara que lo soltara; o, al menos, le hubiera contestado. Pero no. No tenía fuerzas para eso, solo quería quedarme allí tirado. Oía las voces de Hideki y Kai hablar, pero no llegaba a entender lo que decian; mejor dicho, ni siquiera les estaba prestando atención.

–Si te levantas te doy un beso. –mis ojos se abrieron de par en par y mi cuerpo de movió por si solo– Así que quieres un beso, ¿eh?

–¿Que...? ¡No! –mentí. Claro que mentí. Aunque, sinceramente, no me levanté por esa razón, simplemente estaba asombrado por lo que había dicho. Vi a Kai reírse con un trozo de pizza en sus manos y suspiré– Creo que me voy a la cama...

–Venga ya... ¿En serio? –me levanté ignorando a Kai, no era la persona que mas quería ver en esos momentos.

Llevaba 2 horas tirado sobre la cama sin poder dormir. No podía dejar de pensar en esa estúpida y perfecta sonrisa. No dejaba de dar vueltas por la habitación mientras sostenía un cigarrillo entre mis dedos.

–¿Sigues despierto? –solté el humo al oír la voz de Hideki.

–Me temo que sí... –me apoye en el marco de ma ventana sacando levemente la cabeza por esta.

–¿Estas bien Matt? –lo miré extrañado mientras él se sentaba en mi cama– Solo fumas cuando estas estresado o de mal humor.

–Contigo no me sirve negarlo... –suspiré– Así que no, no estoy bien.

–Sabes que puedes contarme lo que sea. –me tiré sobre la cama boca arriba.

–No se...

–Venga mi niño, no me dejes así. –se acercó mas a mi y me senté.

–Es por ese mocoso... No se que me pasa.

–Dios, te gusta. Dime que si.

–No. Osea, sí. Bueno, no. No se... –me quedé mirándolo para, luego, apoyar mi cabeza en su hombro– Necesito ayuda, Hideki.

–Contesta sinceramente, cuando piensas en él, ¿que es lo primero que se te viene a la cabeza?

–Lo primero... –sonreí– su sonrisa.

–¿Que es lo primero que quieres hacer al verlo?

–Abrazarlo y no soltarlo nunca y, bueno, a veces no puedo evitar pensar en besarlo...

–Te gusta.

–Pero yo a él no.

–Osea que te gusta.

–Que sí, pesado. Sí, me gusta. No puedo dejar de pensar en él, y lo adorable que es.

–¿Desde hace cuanto? –Hideki parecía a punto de explotar y ponerse a gritar emocionado.

–Ni siquiera yo lo se. –suspiré y él me abrazó con fuerza.

–Todo ira bien. Tengo una corazonada. –lo miré para encontrarlo sonriendome– Pero por ahora, necesitas descansar.

–Puede que tengas razón. –se levantó dándome un beso en la frente– Buenas noches, Hideki.

–Buenas noches. –dijo con una dulce voz ya desde la puerta.

Después de eso, me metí en la cama y me quedé dormido casi al instante. Tal vez solo necesitaba decírselo a alguien y desahogarme.

——

–Buenos días dormilón... –noté algo pesado sobre mi.

–¿Kai? –parpadee un par de veces para ver que, efectivamente, Kai estaba sobre mí de rodillas.

–Por fin despiertas mi amor. –abrí mis ojos del todo al oírle. Y me sorprendí aun mas al ver que me dio un beso en los labios– ¿Que tal has dormido?

–Espera, ¿a que viene todo esto?

–¿Que quieres decir? –Kai empezó a besarme el cuello para acabar mordiendo mi oreja– ¿Es lo que quieres verdad?

¿Como...? Hideki no habría sido tan bocazas, ¿verdad? Cuando quise darme cuenta Kai ya se estaba quitando la camiseta. Mordía su labio mirándome a los ojos. Su blanca piel y sus suavemente marcados abdominales estaban ante mi. No pude evitar alargar mi mano y recorrer su torso de arriba a abajo. Kai soltó una pequeña risa besandome de nuevo; un beso largo y con cariño, que acabo convirtiéndose en uno lleno de pasión.

Me senté y bajé mis manos hasta su cintura atrayéndolo hacia mí. Kai volvió a besar mi cuello, mientras yo acariciaba sus muslos deslizando mis dedos bajo sus boxers. Esta vez, fui yo quien se lanzó a su cuello, que junto al movimiento de mis manos, conseguí arrancarle un par de jadeos sobre mi oído.

–Mas... –rodeó mi cuello con sus brazos apartando su cuerpo ligeramente del mio– Quiero mas...

Lo tumbé sobre la cama bruscamente, siguiendo con mi tarea de hacerle soltar jadeos y suspiros.

–Matt. –me aparté mirándolo– ¿Porque no despiertas?

–¿Eh?

–Despierta ya Matt. Despierta...

–Arriba pequeño idiota... –ahora era la voz de Hideki la que oía ¿que estaba pasando?

–¡Despierta de una vez que tengo hambre! –entonces fue cuando realmente abrí los ojos– Te ha costado eh. –miré a mi alrededor para ver a Hideki y a Kai delante de mí.

–Dejadme dormir. Cocinad vosotros si queréis comida. –me di la vuelta mirando hacia la pared, esta molesto por lo que acababa de pasar. ¿Realmente había soñado todo eso?

–Alguien se ha despertado de mal humor.

–Solo dejadme en paz. –solo quería darme golpes en la cabeza contra la pared.

–Vamos pequeño... –me giré para mirarlos de reojo viendo como Hideki arrastraba a Kai fuera de la habitación.

En cuanto la puerta se cerró, mis mejillas empezaron a arder. Había intentado aguantar mi vergüenza lo máximo posible. Tras suspirar miré debajo de mis sabanas, comprobando lo que me temía, debajo de mis pantalones se podía ver un notable bulto. Maldito sueño. Tendría que hacerme cargo de ello después de todo...

Dejame Quererte (Yaoi/Gay) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora