Te Amo

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Me desperté con dolor en el cuello, me había quedado en la sala después de hablar por teléfono por bastantes horas, y ahora que eran quizá las diez de la mañana, me había dado cuenta de lo más acomodado que terminé durmiendo -Agh... Mi cuello- susurré, estirando lentamente, levantándome para ir al baño. Me lavé la cara, me cepillé los dientes,  me sequé y caminé a la cocina, buscando qué desayunar. 

Había tenido una larga charla con Dallen antes de que tuviera que volver al trabajo, me contó sobre el clima y cómo era la gente, me comentó sobre la deliciosa comida, y también me envió fotos del lugar donde se había quedado a descansar y relajarse. Fue casi como tenerle a mi lado, hablándome de todas sus aventuras en aquel mundo tan diferente al que vivía yo. Me había quedado despierto como hasta las cuatro de la mañana pero, no me arrepentía en lo más mínimo, no si tenía la oportunidad de poder hablar con él y recordar lo agradable que me resultaba escuchar su voz antes de quedarme dormido

Ahora mismo me encontraba de camino al trabajo, quería ensayar un poco a pesar de ser un día libre, podría perfeccionar unas cosas estando solo, incluso grabar la sesión para hacer notas y trabajar en mis defectos. Una vez ahí, pues siempre estaba abierto con varios guardias de seguridad en el lugar, caminé a uno de los estudios y me preparé, calentando un poco y después poner la música, debía esforzarme, mi presentación estaba a unos cuantos días de ser estrenada, así que debía esforzarme

Me quedé ahí mucho tiempo, incluso decidí ir a las regaderas pues me había tomado un buen tiempo perfeccionar unas cosas y había sudado demasiado. Saliendo del lugar, choqué con una mujer, me disculpé en seguida, ayudándole con la bolsa que tenía y se había caído

-Lo lamento tanto, fue mi culpa no ver que venías pasando- dije al guardar en aquella bolsa las libretas y plumas, juntos marcadores y plumones, parecían artículos escolares

-Descuida- dijo esa cálida voz, común de una madre -Mi hijo sale corriendo y me da miedo que no vea al cruzar la calle, por eso choqué contigo, frené en cuanto lo vi que sólo iba a recoger una hoja de árbol- dijo riendo y al mismo tiempo mostrándome una sonrisa llena de calma

-Bueno, lo positivo en ésto es que seguramente no lo volverá a hacer si le pide que no lo haga-

-No lo sé, se parece mucho a su padre- dijo al levantarse y recibir la bolsa que le ayudé a recoger -Testarudo a morir y siempre actuando antes de pensar- le vi a los ojos, era una mujer hermosa; rubia, piel clara y un poco pecosa, ojos azul celeste y una sonrisa perfecta -Siento que te conozco de alguna parte ¿cuál es tu nombre?-

-¿Eso crees? Bueno, yo me llamo- estaba por decirle cuando aquel niño, su hijo, se acercó sonriéndole a su mamá

-Ésta es menos verde que la anterior pero está linda ¿quieres verla?- decía al estar entre nosotros, sonreí, su cabello era negro, tanto que me hacía pensar en Dallen

-Emmet, sé educado y preséntate con nuestro nuevo amigo que me ayudó a recoger tus cosas de la escuela- el pequeño se volteó y me miró, sonriendo, enseñándome su hoja casi amarilla

-Me llamo Emmet Wolff Norighan, y me gustan mucho las hojas ¿Te gusta mi hoja nueva?-

Me quedé callado, tratando de asimilar la información, ¿había escuchado bien?, dioses, no me imaginaba algo así -Hola Emmet, yo me llamo Kenneth Lofthman Dragunov y me gusta mucho bailar- dije al sonreírle -Si, me gusta mucho tu nueva hoja, pero el amarillo significa que morirá pronto, así que aléjala del sol antes de que se marchite por completo y puedas tenerla contigo más tiempo- el pequeño hizo caso, guardándola en el bolsillo de su pantalón riendo

-Me agrada nuestro nuevo amigo- dijo ahora viendo a su madre -¿Puede acompañarnos a comer un helado?- abrí los ojos sorprendido, no consideraba que fuera una buena idea, no ahora mismo, necesitaba tiempo para relajarme, pero, era débil a los niños, sobretodo si son tan únicos y agradables como lo es Emmet

Te Deseo Mucha SuerteWhere stories live. Discover now