Cuando pensé en aquel absurdo pensamiento.
"Redimiré mis pecados"
Una parte de mi soltó la gran carcajada de su vida. Yo no podía cambiar. Ni Hanna me haría cambiar.
El cabello de Hanna había crecido un poco, llegándole a los hombros, le hice un par de coletas. Se veía preciosa con su traje de baño ahora un poco sucio después de que volvió la leche encima de Gray.
Esta niña desafía a todos. Nadie se salva.
El atardecer llego y yo inflaba una piscina. De aquellas que solo cabe el cuerpo de un bebé. Tenía una palmera en una esquina.
Cuando termine, fui por un poco de agua de mar. Regrese y Hanna veía atenta lo que hacía.
Miro cuando eche el agua en la pequeña piscina y aplaudió. Era increíble, Hanna era bastante inteligente, a tan solo un año, ya empezaba a caminar y tratar de hablar.
Cargue a Hanna y la metí, su risa me hizo sonreír, Sancrow que ahora se encontraba con nosotros, estaba acostado en la arena viendo las hazañas de mi hija.
—Esta loca como tú, ojalá y no saque lo de su padre.— Hanna miro hacia él y con sus malos golpeó el agua, mojándolo en el acto.
—Eso sin duda es por parte de Natsu— dije y sonrei, comencé a jugar con ella, sus mejillas sonrosadas, su boca de beso me tenían cautivada.
—Lucy, tengo que informarte de algo, no sé si es verídico pero están corriendo rumores, se dice que Acnologia está en la calles matando a cualquier Estupido se le cruce, su forma de matar es... Escalofriante, corta cada extremidad de las víctimas, y las une con cualquier cosa que encuentre, tubos, palos, lo que sea que se pueda encajar en la carne. Luego los cuelga y deja que se escurra la sangre hasta quedar vacíos. He visto fotos en las que aveces, el pene esta encajado entre sus vértebras, eso hace que mis bolas se encojan. — asentí.
Últimamente, la ciudad vivía un alto porcentaje de asesinatos muy crueles.
—Una de dos, o es Acnologia un hijo de puta que está mal de la cabeza, o es Natsu triple mente loco— no respondí, pero mi mente se quedó ahí.
¿Por qué Natsu trabajaría con Acnologia? ¿Poder? ¿Riqueza?
Hanna comenzó a llorar y la saque de la piscina, la enrede en su toalla y me levante.
—Vamos, tengo que darle de comer a esta enana— Sancrow se levanto con pesadez y me siguió.
Cuando estábamos lo bastante cerca de la casa me percaté de que la luz de mi habitación estaba encendida, en la casa solo estábamos nosotros, la gente del servicio se había ido pues Laxus les había dado el día libre.
—Sancrow... ¿Entraste a mi cuarto?— dije en voz baja y apreté con fuerza a Hanna quien comenzaba a retorcerse en mis brazos desesperada.
El negó y yo palidecí. Rápido Sancrow entró y yo dude, tenía a Hanna. Pero si no entro, pueden hacerle daño a Sancrow, y Hanna estaría doblemente a salvo conmigo.
Entre y escuche como corría Sancrow, la luz de la casa se fue y quedamos en penumbra.
Toque mi pierna y recordé que había dejado mis armas en el cuarto.
Camine despacio y subí las escaleras. Sancrow azotaba la puerta de mi cuarto, al igual que la del baño y closet. Me acerqué con cautela y una risa de Hanna me hizo voltear a donde veía.
Mi piel se estremeció.
Una persona vestida de negro de pies a cabeza miraba a mi dirección.
Lo mire con cautela y miedo, vi de reojo el florero que estaba en un mueble y hice mis cálculos, podría soltar a Hanna e irme en contra este tipo, podría herirla y yo me volvería loca.
No se movió, hasta que los brazos de Hanna se estiraron hacia esa persona.
El hombre dudó en caminar pero lo hizo.
Dio dos pasos hacia mi. Abrace con fuerza a Hanna y me voltee, nadie me la quitaría. Primero doy la vida, vi hacia atrás y no había nadie.
¿Qué fue eso?
—¡Lucy!, Hanna, tenemos que irnos, alguien viene por Hanna. — camine a mi cuarto y lo que encontré no me gusto en absoluto.
En todo el cuarto, escurría sangre. Vi las palabras con dureza.
"Hanna es mía"
