Capítulo 12

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—¡Joder! Juvia ábrele las piernas y dime cómo está de dilatada. ¡Rápido!—

Las voces me suenan muy lejanas.

—Mierda de la madre mierda. No quiero tener hijos. Se abrió aproximadamente 2 centímetros, lleva 5 de dilatación—

Sentí un pinchazo en mi antebrazo. Junto con una maldita aguja atravesando mi columna.

—Esta reaccionando Lucy. Juvia necesito que te quedes a su lado. Yo sacaré al bebé, ya no hay tiempo.—

Me duele la espalda, las piernas y mi maldita vagina. ¿Qué ocurre?

—¡Maldita sea Lucy! ¡Despierta de una vez puta madre!—

Sentí una fuerte bofetada y abrí mis ojos. Tenía enfrente de mí a Juvia con los ojos abiertos, un poco divertidos.

—¡Siempre quise hacer eso, pero nunca creí que en realidad fuera a funcionar!, vamos nena, te necesito aquí, tu hijo, podemos salvarlo, necesitamos que pujas a más no poder, en cuento Levy me de la indicación pujas con todo tu ser. ¿Ok?—

Asentí nerviosa. ¿Estoy perdiendo a mi hijo? Sentí como las lágrimas empezaban a correr por mis mejillas.

Una contracción me hizo inclinarme.

—¡Puja Lucy, Puja!— grito Levy, y puje, sentí como me atravesaba todo.

Grite. Joder, necesito a Natsu.

—Respira, inhala y exhala, ahora a la de tres pujas, uno... Dos... ¡Tres!— puje y grite. Lo sentí, estaba a punto de salir, no faltaba nada.

—Mierda, Juvia no dejes que vea, sostenla muy fuerte, Lucy, cariño lo siento mucho. Es por el bien de los dos.—

Juvia miró hacia Levy y puso una mueca terrible.

¿Qué mierda va a hacer?

De repente sentí como algo comenzaba a cortarme ahí. Abajo.

Grite e dolor.

—¡Lo siento Lucy! Pero tú bebé necesita la máxima atención en este puto momento— grito, sus manos estaban llenas de sangre. En un segundo más tarde sentí como salía mi pequeña flama.

—¡Maldición! Juvia habla a Jet que traiga la incubadora a las de ¡ya!—

Juvia salió corriendo y enseguida Jet con la incubadora, me siento agotada. Quiero dormir. Pero primero quiero a mi flama.

—Levy... Mi pequeño...

Se acercó a mí y vi cómo se retorcía un poco, una personita, estaba llena de sangre.

—Salva a mi flamita  Levy. No la dejes morir.— dije débilmente.

—Es una niña Lucy, tu pequeña niña.—

Asentí y mis lagrimas comenzaron a caer. Necesito a Natsu.

El recuerdo de su desaparición junto con Gray hizo que se me revolviera el estomago.

El dolor de cabeza se presentó como si tuviera unos inmensos tambores dentro de mi cerebro.

—¡Mierda Levy! ¡Duele! — grite desgarradora mente.

La sala comenzó a dar vueltas. Dejé caer mi cabeza, la cual miraba la incubadora donde se encontraba mi pequeña.

No importa si muero o sobrevivo. Pero ten por seguro mi pequeña Hanna, que tú nunca estarás sola.

Yo siempre estaré contigo.
Siempre.

Mis ultimas palabras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora