Capítulo 13

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"A la roro niña,

A la roro ya,

Duérmase mi niña duérmaseme ya.

Que ya viene el fuego y te quemarás..."

—Tranquilo, todo está bien, cayó inconsciente, la anestesia no le hizo efecto en el momento, ya hasta después de que diera a Luz, la pequeña Hanna está bien, un más de días en la incubadora y veremos cómo reacciona, de hecho, esta muy bien, creí que estaría grave, tal vez Lucy tenía más meses de embarazo. Y no lo notamos—

La voz de Levy se escuchaba lejana. Mi cabeza retumbaba pero de una manera más soportable.

—¡Joder Laxus! ¡Las putas pruebas fallaron, no siempre aciertan! —

Mierda, cállate Levy.

—¡Imbecil! ¿Al menos ya sabes algo de Natsu y Gray? ¿No? Al menos no dejo alguna pista Natsu, ya sabes que por más mínimo e invisible, deja algo. ¡Pues joder! ¡Haz algo de una puta vez! ¡Vete al diablo! Pásame a Gajeel.— grito histérica.

¿Hoy se le da por gritar?

Comencé a moverme, sentía el cuerpo pesado, moví las piernas y un puto dolor en la entrepierna me hizo abrir los ojos de golpe.

—Levy– dije débilmente — ¡Levy! – sus pisadas me indicaron que venía a mi.

—¡Lucy! ¡Qué puto susto nos haz dado! ¿Sientes alguna molestia?— pregunto y la mire con cara de circunstancias.

—¿Es enserio? Tuve a mi pequeña Hanna, me duele la cabeza, y mi vagina tiene algo que me duele y no es un cólico, explícame ¡¿que putada pasó?!–

Mientras me que había sucedido, comencé a moverme más, a lo lejos estaba Hanna en una incubadora, dormida, estaba preciosa, sus mejillas sonrosadas al igual que sus labios, tiene una boca de beso que te cagas, es preciosa. Sus bracitos un poco gorditos. Sigue hinchada. Normal.

Mientras la veía un pequeño mechón de cabello salmón me hizo recordar a Natsu.

Ni rosa ni rubia, salmón. ¡Qué extraño color!

¿Dónde estarás? ¿Dónde te habrán escondido? ¿Qué querrá ese tal Loke?

Suspiré.

—Antes de que Natsu fuera secuestrado, ¿dejó algunas carta para mí?— pregunte incorporándome de la cama. Juvia había entrado con un rico desayuno, fruta, pan tostado, gelatina, jugo de naranja, café, y un par de huevos revueltos.

—No, ya no dejo nada, Laxus está buscando como un loco por todo el departamento donde estaban, aunque sinceramente, es extraño, él siempre deja algo. A pesar de seguir las misiones o encerronas, como le quieras llamar, siempre está a cinco pasos adelante de nosotros y de los enemigos. No sé qué pudo fallar.—

Asentí, su única debilidad de Natsu soy yo. Junto con mi pequeño y con Hanna.

No se han metido conmigo, y con Hanna ni hablar. ¡Mierda! ¡Alguna provocación!

—Levy, tráeme la caja donde guardo todas sus cartas, Juvia necesito luz neón.— ellas asintieron, conforme me trajeron las cosas, comencé a tocarlas con cuidado, como si fuera evidencia de la escena del crimen.

Justamente en cada sello de cada carta, tenía un tipo de brújula, ordene las cartas, y comenzaron a darme coordenadas, junto con algunas iniciales en mayúsculas. La luz neón, ayudo perfectamente, uniendo las hojas de las cartas hacia un mapa de un edificio o alguna finca.

¡Bingo!

—No cabe duda que son extraños, pero jodidamente maravillosos genios. ¡Dame las coordenadas y las iniciales, enseguida regreso.— dijo Juvia corriendo fuera de la habitación.

—Lucy, necesito escanear estos planos, para poder armar el mapa y sea más fácil leerlo. Conozco como Natsu estructura un mapa, no es sencillo, pero ese es el chiste, que solo los que conocemos de él y somos aliados sabremos descifrarlo, necesitaré tu ayuda, así que iré por la impresora y la Laptop. — ella también corrió, me quede en silencio en la habitación.

¿Mi amor, donde estás?

Un sollozos hizo que me alertara, mi corazón comenzó a palpitar de una manera apresurada.

—Hanna...– mi cuerpo comenzó a temblar. ¿Qué tiene mi pequeña?

Hice el ademán de levantarme pero el dolor en mi intimidad rasgada me hizo estremecer.

Me necesita. ¡Joder Lucy! ¡Haz aguantado Dolores más fuertes que este! ¡Mueve tu puto cuerpo!

El ardor se intensificó, salí de la cama y me incorporé, sollocé. ¡Duele un carajo!

Trate de dar un paso largo pero fue el peor error de mi vida. Me quede quieta y en shock, ¿cómo podía doler tanto?

Camine dando pasos muy cortos, y agarrando me de los muebles.

Llegue a ella. Sus ojos verdosos me miraron fijamente, y sonrío. Las lágrimas se juntaron en mis mejillas, ¡Es hermosa! ¡No cabe duda que daría la vida por ti! ¡Aunque duela horrores, no lo dude mi pequeña!

Mire los aparatos y todo indicaba que su corazón latina bien, no había ningún riesgo.

Es fuerte, como su padre y como yo.

—¿Es hermosa, verdad?— los brazos de Juvia pasaron a mi cintura, tratando de cargarmE y aminorar el dolor.

Asentí.

—Es tan pura, y nosotros tan sucios.— las lágrimas siguieron. Saque a Hanna de la incubadora, y la cargue, sus ojitos me veían con ternura, se mordía sus dedos, y reía.

—Mierda Juvia, estoy perdidamente enamorada de ella.– Juvia sonrio, y tomo la mano de mi bebé.

—Tranquila que cuando estemos todos juntos de nuevo, ella será la nueva luz de Natsu, y no sólo de el, si no también, será la luz para nosotros, nosotros los pecadores.—

Asentí, dándole un beso en su frente a Hanna.

Mis ultimas palabras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora