XXXIII. ¿Cuántos tipos de amigos existen?

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XXXIII. ¿Cuántos tipos de amigos existen?

Porque a James, le gustaba ser de esos que reforzaban la amistad de un modo único.

Su momento favorito del día eran los amaneceres. Le encantaba la sensación del rocío en el rostro, disfrutaba el olor a tierra y esa frescura que solo se gozaba al levantarse a primera hora. Sonrió mientras subía de dos en dos las escaleras que lo conducían a la lechucería.

Las aves revolotearon, asustadas antes de que él entrara.

—¡Ven acá! Jodido pichón de mier...

—¿Sheathes? —sonrió divertido ante la escena frente a él.

La pelirroja se estiraba de puntas, tratando de alcanzar la pata de alguna lechuza, todas habían volado hasta las jaulas más altas huyendo a su toque.

—James Sirius —saludó mientras seguía en su intento de atraer algún ave, pero todas salían huyendo—. ¡Epaaaa! Que es su trabajo enviar esta mierda.

El azabache soltó una carcajada y de un cubo metálico, tomó un puño de semillas. Solo una, la más oscura, salió volando hasta su brazo. —Buenos días, Nébula, ¿qué tal dormiste?

El ave chilló antes de comer de la mano del Gryffindor. Lena lo miró con media sonrisa y se acercó a él, estirando la mano de poco en poco, tratando de acariciar a la lechuza.

—¿Es tuya? —Sus dedos recorrieron las suaves plumas y sonrió cuando no salió huyendo ante su toque.

—Sí. —Miró de reojo a la pelirroja, que se encontraba entretenida acariciando a su mascota—. No duerme en mi habitación porque le gusta salir y entrar por la ventana a toda hora y a Christian le saca de quicio que picoteé cada rato el vidrio. Además, acá interactúa con más lechuzas... Esa miel de por allá siempre le comparte sus golosinas... Tengo que investigar de quién es. Por lo que parece, nuestras mascotas se volvieron mejores amigas.

La pelirroja rio por lo bajo y dejó de acariciar a la lechuza cuando aleteó sus alas hasta postrarse en el hombro de su dueño.

—Nunca había acariciado una...

—¿No tienes mascota?

—No sabía que podía traer alguna. —Sonrió triste al recordar que ni siquiera le dieron la libertad de comprar nada por su cuenta—. Aunque tampoco creo que pueda cuidar de otra vida, con esfuerzo y me mantengo a salvo yo.

James rio por lo bajo. —¿Y qué era todo eso? —Señaló a las aves que seguían en lo más alto de la lechucería—. ¿Por qué te huyen?

Lena se encogió de hombros. —No tengo ni la menor idea. O bueno, la otra vez dejé que la Alicarosh de mi familia se quedara un rato por acá... supongo que no se llevaron nada bien, por la mañana había demasiadas plumas con sangre y un desorden peor del que provoca Peeves.

James negó divertido y sonrió al tener una buena idea.

Nébula puede mandar lo que quieras.

—Oh, pero, ¿no ibas a enviar algo tú? —Señaló el sobre que el azabache llevaba en las manos.

—Iba a agradecerle a la abuela Molly por la tarta de cumpleaños que envió, pero eso puede esperar, ¿cierto, Nébula?

La lechuza chilló y le dio un picotazo juguetón en la oreja. James rio y alzó las cejas a la pelirroja.

—Es para mi tío Russell. —James tomó el pergamino yse lo ató a su mascota ante la molestia de ésta cuando Lena quiso acercársele.

Aprendiz de los doce magos | [Harry Potter Fanfiction]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें