XXVI. Rebelaciones, fortalezas y coaliciones

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XXVI. Rebelaciones, fortalezas y coaliciones

Con los nervios a flor de piel, Lena caminaba desesperada de un lado a otro en uno de los corredores que guiaban a los pisos posteriores del castillo. Maldijo una vez más en esa tarde y jaló sus cabellos en un intento pésimo para serenarse.

—Lena, necesito hablar contigo —Voz a lo lejos, la hace detener ese andar, que se asemejaba a un león enjaulado.

La razón de ello era por las largas horas tratando de encontrar paz mental, por ello, lo último que necesitaba era a Aaron Nott, buscándola para hablarle seguro de no-se-que-cosa del Ministerio. Le sacó el dedo de en medio y de no ser suficiente, lo amenazó con la mirada para que regresara por sus pasos; pero el joven Nott, algo obstinado y también, por qué no, algo estúpido, prefería ignorar las señales y se acercó más y más hasta llegar a la pelirroja.

—Este no es el momento, Nott.

—Sino, ¿cuándo? Mierda, este es el momento, ¿sabes por qué? Porque te atacaron en el maldito campo de Quidditch y atacaron a muchísimos alumnos también, entre ellos a mi hermana. —Se notó apenas un gramo de desesperación en su timbre vocal. Pero se mantuvo lo más sereno que pudo. Ni Lena ni él podían darse el lujo de colapsar en momentos críticos como ese—. Sé honesta, Sheathes, ¿qué fue lo que pasó?

—Soy honesta al decirte que te largues —espetó, luego de restregarse los ojos con más ímpetu de lo recomendable.

Presa de la desesperación, caminó rumbo a un pasillo que la conducía bien a la enfermería, pero no alcanzó a llegar a él, cuando Aaron Nott la volvió a interceptar.

—Deja de ser tan malditamente terca por una sola vez, Elizabet... —La miró con su conocido porte gélido y la tomó del brazo con la firmeza suficiente como para obligarla a mirarlo—... Estás sola en este castillo, mendigas compasión en silencio y llevas cargas que no son tuyas, ¿pero aún así te rehúsas a un poco de caridad? Por Salazar, déjate ayudar.

Lena apretó la mandíbula porque no son palabras fáciles de digerir. Era aterrador que le mostraran uno de sus más grandes miedos, un miedo que pretendía ignorar pero nadie la dejaba. Por ello, como mecanismo de defensa bufó y se zarandeó en un intento vago por soltarse. No lo lograba y a medida que el agarre se hace más tenso, se desesperó a tal punto que las lágrimas amenazaban con salir.

—Mierda, ya... —sollozó mientras su cuerpo se aflojaba lo suficiente como para que Aaron suavizara su semblante. Tal vez se había pasado un poco del límite—... Vamos a otro jodido lugar, ¿de acuerdo?

—¿Cuál es el problema de aquí? —inquirió liberándola y la tomó del mentón para no perderse ni uno solo de sus rasgos.

El Slytherin sabía lo difícil de leer a la gente, pero con Lena cualquier noción que se tuviera respecto al lenguaje facial se iba a la mierda. Esa chica podía decir una cosa mientras pensaba en otra muy diferente. Claro que como un Nott, sabe que hay alternativas a ello, las incipientes ganas de leer su mente con la posibilidad de entrar en sus pensamientos, comprender sus emociones... No obstante, Lena ya tenía mucho tiempo con la guardia en alto y aunque no todos en Hogwarts pudiesen ser Legeremantes, no se dio el privilegio de descartar la opción.

—Nos escuchan —articuló sin voz alguna, por temor a que hubiese alguien merodeando por ahí

No le era difícil recordar que James Potter pudo escucharlos sin ser descubierto. Cualquier cotilla obstinado también podría hacerlo. Por ello, ninguno habló hasta que llegaron a un lugar cerrado y por si acaso, ambos hechizaron la habitación para proteger sus secretos.

—Esto es una completa mierda, Nott —espetó la pelirroja apenas se sintió segura. Confiaba en sus hechizos, en su magia, así que dejó salir todo. Sabía que Aaron Nott tenía razón, pues ella sí que se encontraba muy sola—. Viene un idiota, el mismo idiota de Halloween, y hace eso... Él no buscaba atacarme, quería llamar mi atención, el que salieran heridos fue por mi culpa... Sabían cómo reaccionaría. Ellos solo encuentran divertido fastidiarme a tal punto de que me vuelva loca. No sé cómo afrontar esto ilesa. No sé cómo...

Aprendiz de los doce magos | [Harry Potter Fanfiction]Where stories live. Discover now