—¡No me voy a sentar! —grito al empujar los brazos de papá a un lado—. Todo esto es una mierda, tanto maldito dinero sucio, eso es lo que menos importa en realidad. Mis abuelos murieron gracias a la mafia, la abuela Trace está muerta ¡Porque eran o son unos mafiosos!

Lo siguiente que recibo como respuesta a eso, fue una bofetada por parte de mi padre y mamá deja salir un chillido y se lleva las manos a la boca con los ojos abiertos. Es la primera vez que me pega, ni siquiera me había levantado la voz nunca, y ahora me había golpeado. Lo miro con las cejas juntas y llevo una mano a mi mejilla que ahora arde levemente.

—¡No te atrevas a meter a mamá en esto, ten algo de decencia, ahora siéntate y hablemos esto como adultos si tan grandecita te sientes! —vocifera papá con enojo. Me encojo de hombros en mi lugar, con el corazón a mil, pero aun así no hago lo que me pide. Si sigo así voy a salir con una buena paliza de aquí.

—Ni siquiera te imagino con una pistola ¿Fue tu culpa cierto?

—¡Brooke, ya basta! —finalmente habla mi madre.

—¡No! Nos han mentido todo el tiempo, es por eso que no ponemos un pie en Londres ¿No? Porque saben que me iba a enterar, no me van a decir nada que no sepa ya, y dudo que alguien me mate como a la abuela Trace. —Papá levanta el brazo para pegarme una vez más, pero se detiene y respira profundo, le está costando estar tranquilo. Yo ya no estoy pensando antes de hablar, en realidad no se claramente quien la mató, pero aquí estoy echándole la culpa por todo a mi padre.

—Brooke, nada es como lo estás pensando, deja de desobedecerme y siéntate —expresa con notable voz irritante.

—Que afán con que me siente ¡No me voy a sentar!

—¡No me hagas hacer algo de lo que me arrepienta luego, respeta maldita sea!

Mi corazón no deja de latir fuerte en mi pecho, no sé de donde saco tanto valor para contradecir a mi padre cuando está de ésta manera.

—¿Qué son todos esos gritos? Intento dormir —dice Zayed desde las escaleras, mirándonos con confusión.

—Zayed vuelve arriba —le pide papá.

—No ¿Por qué están gritando? —cuestiona mi hermano al mismo tiempo que fija su mirada en mí.

—¡¿Qué nadie me escucha en esta maldita casa?! Que te vayas a tu habitación maldición. —Zayed lo mira aterrado, para luego posar su mirada en mamá, quien no ha dicho nada, solo está ahí parada detrás de papá; creo que no soy la única que le teme cuando está así, pero como siempre, yo estoy siendo malcriada.

—¿Mamá? —susurra Zayed en forma de pregunta.

—Está bien hijo, ve arriba, yo ya voy —le asegura ella con una sonrisa forzada.

—Deberías escuchar lo que papá tiene para decirnos de la familia, es muy interesante —Estoy totalmente jodida, me van a dar un castigo de por vida después de esto.

—¡Maldición cállate ya! —vocifera y siento como toda la casa retumba. Me arrepiento de haber dicho eso cuando la mano de papá se enrosca alrededor de mi brazo, apretando muy fuerte, me quejo y solo escucho a mamá decirle que me suelte, pero mi padre parece tener el mismo demonio dentro, con esa mirada que me hace estremecer hasta los huesos.

—Papá la estás lastimando —dice Zayed tirando de su brazo. El me deja ir de manera brusca empujándome al sillón.

—¡Zack! —le grita mamá y mi hermano se acerca a mí.

—En esta casa nadie quiere obedecerme, ya no hay respeto, todo el mundo hace lo quiere ¡Así no es cómo funcionan las cosas aquí! —nos regaña señalándonos con el dedo, puedo ver la vena de su cuello alterarse cuando nos grita.
Sus ojos están llenos de enojo. Mamá tira de él y se alejan un poco para hablar.

Escape: Brooke © PAUSADA Where stories live. Discover now