Desde la muerte. Parte IV

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—Si así lo quieren

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—Si así lo quieren... Pueden salir ahora —enunció, haciendo una señal con su mano. Entonces, otras figuras humanas emergieron del bosque cercano.

Pude reconocer a algunos de los soldados de ‹‹El Refugio››, entre ellos al despreciable de Darius.

Pero, mis ojos quedaron anclados en la imagen de Argos, el cual sostenía con firmeza la espada de Evelia, en el cuello de su esposa. La sensación de dejá vú me invadió. Lo mismo que la decepción. Al parecer la muerte había decidido sacar la basura del inframundo ese día.

En ese momento Iris elevó los brazos al cielo y la claridad del día desapareció por completo.

Ráfagas de un tempestuoso viento comenzaron a aflorar de ella y a girar a su alrededor, en una especie de torbellino dorado, que la elevó por los aires.

Las péndolas de los ángeles, que ya habían transmutado en espadas, enviaban fogonazos azules a la atmósfera, iluminando la escena de forma parcial.

Los soldados de Argos también estaban armados y listos para luchar.

Aunque estaban en desventaja respecto a las fuerzas celestes, sabía que estos últimos no podrían inferirles daño alguno en tanto tuvieran prisionera a Vera.

Por desgracia, mi tía también pareció darse cuenta y cometió un acto impensado. Tan solo un segundo y un movimiento de cabeza bastaron para que la hoja de la espada mordiera su cuello, provocando que la sangre fluyera estrepitosa y su cuerpo se desplomara en brazos de, un atónito, Argos.

—¡Tía noooo!—grité.

Mi corazón latía desenfrenado. La cabeza me punzaba y sentía que estaba a punto de desfallecer junto con ella.

En ese momento, oí la voz de Iris clara en mi mente.

—Alise, mantén la calma. Debes serenarte y concentrarte. —Extrañamente lo hice. Todo rastro del mareo desapareció, al igual que descendió el ritmo de mis palpitaciones—. Ahora, escucha con atención, cuando te dé la orden debes irte de aquí. Corre hacia la ‹‹Montaña Sagrada›› y protege el agua.

Lo hice, empecé a correr.Pero antes, incité al tirano a que me siguiera. Tenía una profecía que cumplir. 

Místicas Criaturas. El RefugioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora