Entraron al castillo, música instrumental se oía al fondo, risas de los invitados y murmullos sobre lo hermosa que se miraba Lilith se escuchaban por todos lados, ella se sentó en una esquina y al instante una horda de hombres apuestos se le acercaron, fue como abejas a la miel...

Larimón se soltó el cabello y se lo acomodó para verse un poco más "atractivo" estaba nervioso, practicaba en su mente como iniciaría una conversación con Abrahel, le había comprado un libro en el mundo humano, pensaba en dárselo y comenzar una charla breve pero amena, quizás y algo podía surgir de ahí

El chico tomó una copa de vino y comenzó a beberla hasta que un silencio gobernó el lugar, Larimón volteó hacia atrás y quedo perplejo
¿Cuánto tiempo tenía que no miraba esos ojos azules? ¿Cuánto tiempo tenía que no veía ese lunar que le encantaba? Abrahel no era la misma...su cuerpo había cambiado mucho, ahora ella era una mujer, los invitados murmuraban que incluso había superado a su madre, Lilith vio a su hija a lo lejos, sintió melancolía, esbozó una ligera sonrisa y acepto una copa de un chico atractivo.

-muchas gracias a todos por asistir a la fiesta de mi adorada hija.-sonrió Satanás mientras tomaba la mano de Abrahel al bajar las escaleras.-quién diría que mi nena estaría cumpliendo ciento cincuenta años el día de hoy...

Todos aplaudieron y la música comenzó a sonar de nuevo

Larimón seguía con la boca abierta, había visto a Abrahel a lo lejos otras ocasiones, pero al verla así de cerca, su corazón latía cada vez más deprisa

  ...

Abrahel bajó las escaleras lentamente, en ese momento la música dejó de sonar, por alguna extraña razón se sentía un poco nerviosa y al ver a lo lejos que su madre estaba sonriéndole le aumento los nervios aún más, la chica la vio a los ojos y le guiñó un ojo.

Su padre tomó su mano y dijo unas palabras de agradecimiento a los invitados, la música sino de nuevo y Abrahel comenzó a recibir invitaciones a bailar de todos lados, ella las aceptó por cortesía, miró a sus viejos compañeros de escuela, pero Charles no estaba ahí...

Abrahel bailaba y bailaba con todos los chicos que la invitaban, hasta que una voz conocida se le acercó y le dijo

-¿no quieres bailar con tu madre?

Abrahel soltó una ligera carcajada y abrazó a Lilith

-tengo un regalo para ti hija.-dijo Lilith con una sonrisa pícara.-espero te guste

-¿se puede saber que es madre?

Lilith solo se rió y dijo: Es una sorpresa

...

Larimón comenzó a recorrer los pasillos del castillo hasta que llegó a un balcón, se había rendido, quizás hoy no sería un buen momento para acercarse a ella, tenía muchos chicos encima de ella, no quería molestarla y ser uno más de esa lista, observó la vista de todo el infierno, era un paisaje un poco tétrico, pero le gustaba...tenía su encanto en especial el bosque en el que él solía vivir, ese balcón tenía una vista hermosa de ahí.
se dio la media vuelta para regresar a la fiesta, mientras caminaba por el pasillo sacó el libro que pensaba regalarle a Abrahel, lo miraba a detalle y sin querer tropezó con alguien, ambos al mismo tiempo pidieron disculpas, el chico levantó la miraba y se sorprendió que la chica con quien había tropezado era Abrahel

...

Abrahel estaba harta de tanto bailar y bailar, aprovechó un momento para poder salir huyendo del lugar, comenzó a ver desde el pasillo la fiesta desconcentrándose por completo de su camino, todo iba bien por un rato hasta que tropezó con un chico, Abrahel pidió disculpas al mismo tiempo con él, levantó la mirada y se sorprendió al verlo

-¿te conozco?.-dijo Abrahel un poco desconcertada

-lo dudo.-contesto él en un tono nervioso

Ambos se quedaron viendo por un largo rato sin decir palabra alguna

-siento que he vivido esto antes.-dijo Abrahel con una risita nerviosa

Larimón sonrió melancólicamente, en su mente recordaba el momento en el que se había conocido con ella por primera vez


-también yo.-contestó el chico

-¡ya te recuerdo! ¡Eras tú! ¡Tú me traumaste cuando era niña!.-gritó Abrahel sorprendida

-espera ¿que?.-dijo Larimón mientras reía

Abrahel comenzó a reír y se acercó a él detenidamente, miro su rostro, sus ojos y su cabello ¡definitivamente era el niño a quien había visto en aquella habitación el castillo de su madre!

Por supuesto que el chico no tenía la más mínima idea de lo que Abrahel estaba hablando, él todavía solía ser Lars cuando eso pasó.

-¿que te pasó?.-pregunto Abrahel.- tus ojos están distintos...antes no tenían brillo, parecía que no tuvieras alma...¿qué eres?

-esa es una muy buena pregunta mi querida hija.-interrumpió Satanás con una sonrisa extraña.-¿que eres jovencito? Tú no eres un demonio común y corriente, al menos no de los que yo he creado

-mi nombre es Larimón y yo soy...yo soy...

-Un incubo.-dijo Lilith mientras se acercaba contoneándose.-el es creación mía querido, y también es regalo de Abrahel

-¿QUÉ?.-preguntaron ambos chicos perplejos mientras miraban a Lilith

-Feliz cumpleaños querida, espero te guste tu regalo.-Lilith soltó una carcajada y desapareció del lugar

La chica se quedo viendo a Larimón mientras este sostenía el libro que le regalaría a ella, Abrahel caminó hasta su habitación y solo dijo:

-¿Qué supone que voy a hacer contigo, mi incubo?

La princesa del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora