Capitulo 28

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Iniciaba un nuevo día, había pasado más de una semana que habían dejado la zona de los Brucolako, tanto el ambiente cambio completamente, ahora estaban en una zona donde la nieve podía verse en cada lugar donde voltearas, era la primera vez que veía la nieve, tenía muchas ganas de jugar con ella, El conde dormía plácidamente hasta que el crepúsculo comenzó, en cuanto abrió los ojos vio a la chica dibujando un paisaje, era un bosque, con Pinos y un lago. El conde le preguntó a Abrahel si había visto ese lugar de algún lado, a lo que la chica respondió:
-Este lugar lo conozco de algún sitio, más no sé de dónde, he soñado varías veces que leía en voz alta para alguien a quien no logro recordar...

-Seguramente fue un sueño, el subconsciente suele hacer esa clase de cosas.- dijo el conde tomándolo por algo sin importancia, al parecer el no conocía de la existencia de Lars, o si lo sabía no parecía conocer los detalles de su historia, al parecer Satanás omitió algunas partes de la historia...

-Conde.-dijo la chica un poco emocionada.-¿será que terminando de ver a este clan puedo jugar en la nieve un poco?

-yo no le veo ningún problema, incluso es algo para desaburrirte de estar todo el día sentada viajando, por mi está bien.

continuaron viajando hasta entrada la media noche, a las afueras de la ciudad, cerca de algo parecido a unas tuberías habitaban los Draugr.

En cuanto bajaron del carruaje el conde le advirtió a Abrahel:

-Ellos son peligrosos Abrahel, ten cuidado, son conocidos por ser una raza sanguinaria, ellos solían ser soldados antes de ser convertidos, así que ten cuidado...

Abrahel pensó que el conde estaba exagerando, pero al conocerlos se dio cuenta de que no era así, en cuanto llegaron ellos estaban asesinando...o más bien alimentándose de un pobre campesino, lo habían desfigurado y desmembrado completamente, la chica se sintió un poco asustada, pero supo como reprimirlo y así no hacérselos notar.

Eran un pequeño pero peligroso clan, algunos aún llevaban puesto su uniforme de soldado, algunos llevaban ropas de la gente que había asesinado, en todo el lugar se podía oler la putrefacción de algunos cuerpos que dejaban a medio comer, a Abrahel se le hacía interesante, pero aún así no quería quedarse mucho tiempo con ellos, platicó con varios, a diferencia de los brukolaco ellos no tenían un líder, todos querían estar en el poder, solían ser soldados, pero la maldad lleno sus corazones y fueron convertidos a esto, La chica comenzó a darse cuenta de rasgos que tenían en común con ella, escribió en su cuaderno de notas todo, cada detalle, aunque fuera una raza sanguinaria se le hacía una raza fuerte, el miedo hacia ellos disminuyó hasta llegar a sentir un poco de respeto hacia ellos.

La estancia con los Draugr tardó solo dos días, pero en tan solo poco tiempo Abrahel pudo sacar mucho provecho, cuando el conde y ella subieron al carruaje uno de los miembros le dio una pequeña bolsa con monedas de oro, lo cual para ellos fue un gesto muy bueno, ya que defendían sus tesoros hasta la muerte.

El carruaje partió, Abrahel conversó mucho con el conde hasta que quedó dormida, un par de horas después despertó y al darse cuenta de que el conde estaba dormido comenzó a escribir:

Los Draugr pertenecen a una extraña raza de vampiros que rondan los sepulcros de los guerreros vikingos, generalmente de aquellos con reputación de infames, a quienes las Valquirias se negaban a cosechar de los campos de batalla.

Los pueblos nórdicos solo quemaban a los soldados virtuosos, a los que morían honorablemente defendiendo una causa, personal o patriótica, con la esperanza de que sus espíritus asciendan hacia el dorado Valhala envueltos por el humo sagrado.

No obstante, los guerreros y civiles de probada maldad eran enterrados. Estas almas condenadas a veces reanimaban el cadáver en el que alguna vez habían habitado, recorriendo la noche sin aventurarse demasiado lejos de sus tumbas.

Los Draugr son vampiros verdaderamente sanguinarios. Se alimentan de sangre, cuando pueden conseguirla, o bien de la carne putrefacta de los cadáveres. En ocasiones incluso llegan a masticar sus propias extremidades cuando se ven imposibilitados de salir de sus sepulcros.

Solo hay una forma de matar a estos vampiros.

Los Draugr pueden ser aniquilados únicamente por las manos de un Héroe, es decir; por un hombre cuyo valor y coraje estén fuera de toda duda, ya que las armas tradicionales no les provocan daño alguno.

Una vez muertos y si ya no quieren que regresen a la vida, la mejor forma es decapitarlos y atar sus manos y sus pies, así ellos no podrán regresar de la muerte a atormentar más vidas.

La chica cerró su cuaderno de notas, se dio cuenta de que donde estaban la nieve cubría todo, eso se le hacía hermoso, nunca había visto la nieve...que ella recordara , así que le pidió al conde bajar un rato, el aceptó, la chica se puso muy contenta, corrió hasta la nieve y se dejó caer, sintió esa sensación fría que le congeló la cara y esbozó una melancólica sonrisa...

Al cabo de un rato el conde se percató de que Abrahel se había alejado, cuando se acercó para traerla de vuelta al carruaje se dio cuenta de que la chica estaba llorando, el conde se extrañó, Abrahel no parecía ser la clase de chica que lloraba, se acercó para ver si le pasaba algo, y escucho como Abrahel murmuraba un nombre: Lars....

Se acercó para ver a la chica a la cara, la mirada de Abrahel estaba perdida, el brillo de sus ojos no estaba más, y la chica murmuraba sin parar su nombre, y cada vez que lo decía una lagrima recorría sus mejillas, el conde cargó a Abrahel y   la llevo al carruaje, la chica cayó inconsciente.

-Estará bien si esta ocasión no le digo nada a tu padre ¿verdad?.-dijo el conde en voz baja mientras el carruaje avanzaba y una muy cansada Abrahel repetía por última vez un nombre que debió de haber olvidado.

La princesa del infiernoWhere stories live. Discover now