capítulo 22

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-¿Te enteraste?.-susurraba un demonio de la realeza mientras veía a lo lejos pasar a Satanás.-nuestro amo dejó impune a Abrahel por haber cometido asesinato

-¿Qué esperabas? Es su hija...ya sabes, siempre habrá favoritismos en ésta clase de cosas.-respondió cortante su compañero.-además...ellos son superiores a nosotros...lo único que podemos hacer es quedarnos callados...

-no necesariamente amiguitos.-respondió una voz femenina que se acercaba lentamente.-nosotros podemos hacer que nuestro amo haga lo que corresponde

-¿Y tú quién eres sucubo?.-preguntaron al unísono

-Nadie importante...sólo omitan mi existencia

La chica comenzó a reír y desapareció en una ráfaga de viento

Pasaron unos cuántos días y más de la mitad del infierno quería que Abrahel tuviera el castigo que según ellos "ella se merecía".
Satanás se encontraba un poco preocupado, sabía que dentro de poco los demonios se revelarían si no hacía lo que ellos querían, no quería que Abrahel estuviera en peligro, pero tampoco quería perder la confianza de los demonios ¿que haría? ¿Cómo podría resolver éste problema que le quitaba la tranquilidad característica de él?
¿cómo? ¿Cómo?

Satanás se quedó en silencio en su despacho...

Una sonrisa maléfica se esbozó en sus labios

Se puso de pie y se dirigió a la sala de música y tocó una hermosa melodía en su piano...

Abrahel estaba leyendo, cambiaba de lugar a cada rato, se aburría mucho al estar en ésa misma habitación sin salir, de pronto escuchó una melodía hermosa que procedía de la sala de música

-¿mi padre está tocando?.-dijo en voz baja la chica mientras cerraba su libro.-que raro, hacía tiempo que no lo hacía

Abrahel se puso de pie y salió de su habitación, caminó hasta la sala de música y vió a su padre tocar el piano despreocupadamente, la luz de la luna reflejaba su largo cabello, haciéndolo ver negro con detalles dorados, sólo una palabra podía describirlo...hermoso, él era hermoso, Satanás vio a Abrahel y se detuvo

-recuerdo haber mencionado que estarías en tu habitación un largo tiempo.-dijo Satanás sonriendo mientras se levantaba del piano

-Tenía tiempo que no te escuchaba tocar...realmente eres increíble padre.-dijo la chica un poco emocionada

Satanás se sonrojó un poco, no había escuchado ese tono de voz en Abrahel desde que era una niña...se sintió melancólico

-Tú también eres muy buena, lo heredaste de mí

-No tanto cómo tú ¡ya extrañaba oirte tocar papá!

-¿P-papá?.-Repitió satanás tartamudeando

-Perdóname padre, estaba tan emocionada que olvidé la formalidad.-dijo la chica apenada.-regresaré a mi habitación...

-¿Abrahel?.-dijo en voz baja Satanás

-¿Sí padre?.-respondió la chica mientras se daba la vuelta

-Necesito que duermas bien, mañana tengo planes para ti

-¿Que clase de planes?

Satanás esbozó una sonrisa y abrazó a la chica, su corazón latía tan aprisa que casi podía escucharse

Abrahel se extrañó, su padre no la abrazaba desde hace muchísimo tiempo, lo soltó y regresó a su habitación preguntándose la razón por la que su padre la habría abrazado, pero por más que su mente pensaba en mil situaciones posibles ninguna la convencía, abrahel llegó a su habitación y se recostó en su cama, quedándose dormida al instante.

Helga caminaba sigilosamente en los pasillos del castillo hasta llegar a la habitación de su hermano, abrió la puerta fuertemente y se puso frente a Satanás

-¿acaso perdiste la cabeza idiota?.-dijo la hermosa Ángel un poco alterada

Satanás soltó una risita burlona y contestó

-Un poco quizá ¿porqué?

-Ya me enteré de lo que harás mañana ¿porqué nisiquiera me lo consultaste? ¿acaso no pensaste en la posibilidad de que ésto sea peligroso para Abrahel?

-Ella estará en buenas manos, lo sabes...será por poco tiempo

-Claro, hasta que la chica tenga noventa ¿acaso crees que no veo el futuro también?.-contestó enojada helga

-¿acaso le pasará algo tan terrible que estés fuera de si?

-No...pero al menos podrías habermelo dicho...o a ella

-Lo sabrá mañana.-dijo Satanás calmado

-¡Si mañana se va! Uff...realmente me exasperas hermanito, haces que pierda años de juventud con tus tonterías

-Hazme un favor.-respondió Satanás sonriendo de oreja a oreja.-¿podrías ir a verlo para decirle que tendrá una visita por un tiempo? Dile que yo te mando

-claro que sí hermanito, descuida.-respondió helga sonriendo de la misma manera

Helga desapareció, mientras Satanás se dejaba caer en su cama...

-Ahora serás tú la que se vaya de mi lado ¿acaso no estás felíz ahora?

Al fin podrás salir de aquí.

La princesa del infiernoWhere stories live. Discover now