capítulo 25

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Había pasado un año ya, y la misma mujer se le aparecía del diario a Abrahel, sólo a preguntarle lo mismo ¿qué era ella? ¿Quién era ella?

Ésas mismas palabras le revolvian la cabeza, comenzaba a sentirse insegura...

Comenzaba a cuestionarse quién era.

Pero era sólo algo que Abrahel sentía cuando estaba sola, cuando estaba con el conde o con Luca ella se portaba amable, coqueta y alegre

Como era ella normalmente.

                              ...

- ¿es necesario que hagas ésta fiesta tan despampanante?.-Decía Abrahel mientras veía cómo un séquito de personas decoraban el salón de fiestas del castillo

-¡por supuesto que sí Abrahel!.-contestó el Conde eufórico.-es tu primer cumpleaños conmigo, al menos deja que lo celebre a mi manera ¿puedes dejarme cumplir éste pequeño capricho mío?

Abrahel rodó los ojos, en éste año también se llevaba mucho mejor con el conde, se había dado cuenta que tenía una personalidad similar a la de su padre sólo con una pequeña diferencia...bueno, no tan pequeña.

El conde era un mujeriego empedernido, al igual que su padre (aunque Satanás al menos sabía disimularlo).

-Está bien, pero por favor, no invites a nadie del infierno, ellos piensan que estoy...

-Encerrada, sí lo sé, no te preocupes, a ésta fiesta sólo vienen vampiros.

La chica se sorprendió un poco, pensó que no existían muchos vampiros

-¿Qué te sorprende?.-preguntó El conde con un gesto burlón.-hay demasiadas especies de vampiros, que descienden de cuatro vampiros originales

-¿Cuatro vampiros? ¿Acaso mi madre creó más?.-preguntó la chica seriamente, el tono burlón del conde le recordaba a la mujer que se le aparecía todos los días a la hora de su baño

-Bueno, solo te diré un poco, lo demás queda que lo investigues tú, los dos vampiros que tuvo tu madre fueron por decirlo así "los primeros reconocidos" pero en sí, la primer vampiro es tu madre, sólo que ella no lo supo hasta después, una vez que fue corrida del paraíso ella dejó de ser humana, pero su inmortalidad seguía ahí, pues ella no pecó de la misma manera que Adán y Eva, así que conservó su forma humana, pero su "humanidad" se perdió, ya no era humana, pero se convirtió en algo más....en la madre de los vampiros, ya sabes

-Lo de mi madre lo sabía, es por éso que en el infierno todos me conocen como vampiro por mi madre ¿y los demás?

El conde tomó asiento en uno de los sillones del salón e hizo a Abrahel gestos para que se sentara a su lado, la chica se sentó junto a él y el conde continuó

-Bien, otro de los vampiros fue creado por el mismísimo Dios, y no es nada más ni nada menos que Caín

-¿el que asesinó a su hermano? ¿el hijo de Adán y Eva?.-preguntó la chica sorprendida.- no te creo...¿él es uno de los originales?

-En efecto, lo vi una ocasión en uno de mis viajes, todos los vampiros que él creo poseen una fuerza descomunal, sin mencionar que pueden salir a la luz del sol, son igual a los humanos, mejillas rosadas y una apariencia divina, parecieran que fueron esculpidos por los dioses....o peor cómo si fueran dioses.

-Espera, hay algo que no entiendo, se supone que a Caín Dios lo maldijo por haber matado a su hermano ¿porqué darle la vida eterna?.-preguntó la chica un poco incrédula

-Es obvio, la sed de sangre que te da los primeros años es cómo el infierno en vida, no se lo deseas a nadie, a menos que quieras vivir para siempre, ése sería el precio por querer vivir para siempre...
Además, no podría relacionarse con alguien sin que éste muriera, tendría que ver a todas las personas que ame morir, ya sea por vejez, o por otros vampiros...para mí, es una maldición, y una muy fuerte.

Abrahel miró a El conde, se preguntó cómo era que se había convertido en vampiro

-Y bueno.-continuó el conde.-el otro vampiro original, soy yo

Abrahel se quedó en silencio, miró al conde fijamente y soltó un gritado ¿Qué? Muy sorprendida, el Conde soltó una carcajada, al parecer, la reacción de la chica se le hizo demasiado graciosa

-¿acaso te sorprende?.-preguntó sonriendo el conde

-¿Cómo es qué eres uno de los primeros?

-creo que lo confundes, Abrahel, que sea uno de los originales no significa que sea demasiado antiguo, de hecho sólo tengo un par de siglos de existencia, soy un original por el simple hecho que soy el primero de mi especie

-¿y cómo fue?.-preguntó Abrahel más interesada en la conversación

-pues verás, si Dios creó su propia especie ¿porqué tu padre no?

-¿Mi padre te hizo?

Abrahel estaba demasiado anonadada, comenzaba a saber nuevas cosas y éso le gustaba demasiado

-fui asesinado, y buscaba venganza, fui directo al infierno, a tu padre le parecí interesante y decidió crearme, darme la vida eterna a cambió de una cosa...

-alimentarte de sangre humana.-interrumpió Abrahel

-exactamente, al principio me sentía sólo, y nada puede matarme, al menos no como a los vampiros normales, los vampiros originales no solemos morir con las mismas cosas que uno normal...así que después de una década o dos comencé a sentirme sólo, y creé compañía

-¿Luca?.-preguntó la chica

-Sí, digamos que es a quién le pongo mi entera confianza, y también es quién arregla mis desastres, pero también me creé otra especie de compañía, mis esposas

Abrahel quedó sorprendida

-¿Esposas? Pero, aquí en el castillo no hay nadie

-se molestaron un poco al saber que estarías de invitada, son un poco celosas, así que se fueron hasta que te fueras, al menos éso fue lo que dijeron

-Lo siento, no quise causar ésa clase de molestias...

-descuida Abrahel, desde que estás en ésta casa hemos tenido un poco más de alegría aquí, así que no causas ni la más mínima molestia.-contestó el conde a Abrahel con una tenue sonrisa

-Bueno Abrahel, ya conversamos demasiado, tu fiesta es un par de horas, necesitas ir a arreglarte, ¡ponte más bella de lo que eres!.-gritó eufórico

Abrahel soltó una ligera carcajada, le agradeció al conde y se fue corriendo a su habitación

-Luca.-dijo en voz baja el conde mientras el chico aparecía atrás de él al instante

-sí amo.-contestó el chico haciendo una ligera reverencia

-empaca las cosas de Abrahel, creo que es necesario hacer un viaje

-cómo ordene amo.-el joven hizo una reverencia de nuevo y desapareció mientras el conde sonreía con placer...

Al parecer planeaba algo...

La princesa del infiernoWhere stories live. Discover now