Cadeaux 0.1

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Todos sabemos que la historia ya termino, pero una de mis lectoras quería hacer esto y me pareció tierno y quise compartirlo con ustedes. Si por alguna razón otras personas desean hacer eso. Mandemenlos, que sean fotos o frase o algo de su imaginación desde luego que yo lo publicare.

Aquí les dejo lo que loanmybatista hizo para esta historia, que sin imaginarme cautivó corazones.

******

Lawrence Adiel Hilton.

Abro mis ojos y siento algo pegado a mi, miro a la chica que esta profundamente dormida mientras me abraza.

Mi corona, mi esposa. Se ve tan hermosa dormida. Nunca me cansare de darle gracias al Todopoderoso por este regalo.

Trato de soltarme de su agarre para poder ir al baño pero ella se paga mas a mi y veo como sonrie.

—no vallas—dice adormilada.

—necesito ir al baño cariño—pero esta muy empeñada en no soltarme, le digo que me orinare en la cama y solo consigo hacerla reir.

Hago un movimiento rapido y consigo estar encima de ella sin tocar nuestros cuerpos. Eso la a tomado por sorpresa y de inmediato se sonrojo.

-si no quieres que valla al baño te arrastraré conmigo.

—bien puedes ir al baño, pero debes de volver de inmediato.

—no volveré, me quedare a vivir allí—le digo irónico pero ella se ríe. Le doy un beso en la punta de la nariz y otro en los labios.

—tu aliento apesta—digo mientras me le quito de encima. Ella se me queda viendo con los ojos bien abiertos  y veo como se le cristalizan. No puede ser, la he avergonzado.

No puedo ser mas estupido, mi corona va a llorar por mi culpa. Me golpeo mentalmente por ser tan imbécil.

—Adriana perdoname amor, no quise ofenderte, solo fue una broma, no era mi intención—se levanta por el otro extremo de la cama mientras pasa sus menos por su mejilla.

¿Que voy hacer? Si pudiera me tirara ahora mismo por la ventana. Corro hacia ella y la abrazo fuerte contra mi.—no queria ofenderte, perdoname, de verdad, si quieres pegame pero no llores, no puedo verte llorar y menos si el causante soy yo.

Un quejido sale de ella, no era un sollozo, se esta riendo. La miro y lo confirmo, hermosos hoyuelos adornan el rostro de mi corona. Acaba de gastarme una broma.

—Eso no fue gracioso adriana —digo serio pero suspiro para mis adentro, quiero reirme aunque mantengo mi postura de hombre serio.—mas vales que corras—le advierto.

—¿Por que?—me mira confundida.

—esta no se la cobran mis hijos señorita Hilton—y sin darme cuenta se encerró en el baño, y yo estallo en carcajadas sabiendo que ella aun ríe.

Me enamoré de una chica Pentecostal © [1]  BORRADOR COMPLETO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora