«Quarante-sept»

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«Quarante-sept»–Un soupe complètement Différente, même inattendu.

Luego de despedir a Adiel, la chica entro completamente a su apartamento, cerró la puerta y recostó su espalda en ella. Sonrió jamás se había sentido tan amada.¿puestos especiales para ver un pieza musical de teatro? ¿Quien haría eso? ¿Quien tomará el tiempo para regalarle sus flores favoritas y usar un corbatín de su color favorito.?

Estaba en las nubes, sobre todo después de haber probado los labios de su amado, sonrió mientras ponía su mano sobre su boca, parecía que todo era un sueño y todo estaba demasiado bien para su gusto..

Se apoyó sobre el marco y quito sus pequeñas bailarinas, sabía que con el no podía usar sus amados tacones, pues el los consideraba asesinos, pero aun así ella los amaba.

Camino descalza por el apartamento, entro a la sala he encontró la pequeña nota que le
había dejado a Ky, frunció el ceño. ¿a caso su amiga no había entrado? desde que se enteró de lo que había pasado por medio de ese mensaje de texto, se dio cuenta que Ky realmente había cambiado, tiño su cabello de rubio y su cuerpo estaba más delgado, antes no lo había notado pero ahora se daba cuenta que su amiga, no era la misma. Que había perdido todo sentido de vida, de felicidad.

Suspiró. No quería tener que sentir lástima por su amiga, sabía que ella era fuerte y que ambas saldrían de esto con la ayuda de Dios y su pueblo.

Sacó su celular y le llamó.
Sonó varias veces, quizás muchas para su gusto. Sabía que su amiga siempre respondía a el primer tono, sin importar quién fuera ella siempre respondía.

Camino con rapidez hacia su cuarto, prendió la computadora y
Entro en rastrear un teléfono perdido. Puso el número de su amiga.. Sabía que no debía invadir su privacidad, pero era consciente que su amiga le había dicho todo a el chico que ama y lo menos que quería era que aquel fuera el causante de su pérdida.

Se sobresaltó cuando escuchó la puerta abrirse, corrió hacia la sala principal. Ahí estaba ella, con su cabello corto demasiado quizás, usaba maquillaje y su ropa, no era la misma.

Sacudió su cabeza, estaba soñando era seguro.

—¿Adriana que haces aquí?.—siseo mientras se quitaba su chaqueta y sus botas.

No parecía la Ky de antes,Lucía extraña, como si tratara de ser una persona que no era.

Vivo aquí lo olvidaste.—afirmó mientras fruncía ligeramente su ceño. No le estaba gustado para nada esa nueva actitud de su amiga.—¿me puedes decir que está pasando? sabes que no te criticaré..

—no tengo nada que decir, me siento bien. Ya Nano sabe lo que tenía que saber, pero eso no significa que regresaremos.—se encogió de hombros.—tengo sueño.—dijo mientras pasaba por su lado.

¿Ky?.—la rubia se detuvo, estaba jugando con ella misma, trataba de aliviar ese dolor que sentía, su actitud era solo una máscara para la sociedad, para todos menos para Dios y Adriana quienes la conocían bien.

—no te engañes, sabes que no perteneces a el mundo, no juegues con eso. Cristo te ama y apestar de todo esto que estás pasando, debes saber que Dios, Nano, Adiel y yo estamos contigo, seguiremos estando ahí para ti hasta que superes este dolor.—la pelinegra, puso sus manos sobre los hombros de su amiga.—Te quiero, te quiero mucho y siempre voy a estar ahí. Mientras tú me lo permitas.

La rubia pestañeo varias veces, quizás demasiadas tratando de evitar que las lágrimas se le escaparan, quería decirle que ella no era tan fuerte, que todo eso la estaba destruyendo, que lo único que deseaba era volver a como era antes, quería contarle todo. Pero sentía que estaba demasiado destruida, para contarle a su amiga como realmente pasó todo, hizo lo mismo con Nano, solo le contó lo importante. Lo que él necesitaba escuchar. No se sentía en capacidad de decir más de lo que su propia boca le permitía.

Me enamoré de una chica Pentecostal © [1]  BORRADOR COMPLETO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora