«Quarante-Quatre»

2.9K 156 99
                                    

«Quarante-Quatre»–Couple officiel.

Observo a Tiago que me mira con una pequeña sonrisa, estoy seguro de que él hizo el trabajo pero por lo tanto me siento mal, debía haber sido yo el que golpeara ese bastardo bueno para nada, inservible, poco hombre..

Cálmate Adiel.—dice Tiago mientras bebe un poco de su gaseosa.—yo arreglé el problema y sabes que Wynn también pondrá de su parte en eso.

Hice una mueca.—quiero romperle la cara.—gruñí por lo bajo y luego recordé como mi princesa me retuvo de dejar a esa cosa inservible sin rostro.—viste a Adriana, ¡Dios! esa niña me tiene enamorado.—sonreí.—Es tan fuerte. Si no me hubiera sostenido, de seguro ahora estaría en la carcel.

Aquí vamos otra vez.—suspiro Tiago mientras se ponía de pie, se acercó a mí y me tomó por los hombros.—no voy a permitir que uses esos puños. Sería horrible verte de nuevo en ese lugar, deja que Tío Tiago se encargue de esas cosas de las cuales tú no tienes el derecho de hacer.

Pero Tiago, él la tocó.—grito recordando la frustrante escena de la asquerosa mano de es viejo.—¡es como si me hubiera tocado a mí! Como si esa escoria fuera dañado una parte de mi.—gruñí.—dices eso porque tú no la viste llorar, tú no fuiste el que se sintió como un completo idiota por no proteger a su chica. Yo fuera preferido romperle la cara.

¿Y quedar mal con Dios?.—frunció el ceño, haciéndome caer en cuenta de que tal vez la violencia no es la mejor solución.—si vez, déjalo todo en manos de este viejo tío tuyo y verás que a ese hombre jamás pondrá una mano sobre ninguna de sus empleadas.

Quiero que lo despidan.—digo tomando asiento y pasando mi mano por mi cabello.—busca una manera de sacarlo de ese lugar, yo sé que Adriana deseaba trabajar ahí.—oigo mi celular timbrar en algún lado de la sala de estar, donde estamos sentados Tiago y yo.—y también encuentra un buen abogado. No dejaré que esa escoria se salga con la suya.

Claro que no dejaremos que es tipo se salga con la suya.—sonrío sacando su celular de su bolsillo y se puso de pie luego de presionar unas cuantas teclas.— Agente Bishop como le va, necesito un favor suyo...

Lo escuché alejarse y rápidamente tome el celular que estaba sobre la mesa.

Dios te bendiga.—contesté mientras trataba de hacer brotar una risa de mi.—¿piensas regresar algún día hermano?

Buenas.—escuche a Nano decir.—necesito que me digas la verdad Lawrence.—me removí inquietó.—¿cómo está Adriana?.

Fruncí el ceño, como era posible que estando en otro país él estuviera a el tanto de todo lo que pasaba aquí.—¿un momento.. Tú como sabes todo eso?.

Suspiró.—debí hacerte la sorpresa hoy a las 11A.M cuando llegara a la iglesia y gritara !sorpresa! dañando así tu momento de felicidad, pero en cuanto Wynn llamo pidiendo que regresara, Hombre tú sabes que a ese tipo no se le puede negar nada..

Fruncí el ceño.—Nano no entiendo de qué hablas..

Voltéate.—lo escucho decir. Obedezco a su pedido y me volteo observando cómo su piel canela y sus ojos me observan con una sonrisa.

Me pongo de pie dejando caer mi celular y caminó hasta el, observó que mama Madne no este en ningún lugar cerca y corro a el estampando mi puño sobre su vientre.

Bastardo.—gruñí mientras pasó mi mano por su abultado cabello y tiro de el, haciendo que el grite de dolor y su puño se estampe contra mi estómago.—Aush.

Cierto que duele ah.—grito tomándome también por el cabello y tirando de él.

nunca entenderé porque vuestra amistad es tan extraña.—y ahí estaba la ya tan conocida voz de mama Madne.—suéltense no lo vuelvo a decir.

Me enamoré de una chica Pentecostal © [1]  BORRADOR COMPLETO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora