⏤¿Desafortunadamente? ⏤me hice el sorprendido. Maldije en silencio cuando las ganas de arrastrarla al agua junto a mí me asaltaron y reparé en su vestido. Era otro de esos imposibles modelitos de tirantas cruzadas que tanto le gustaban y que tan difícilmente podía ponerse y quitarse en estos últimos meses. Con rapidez, me impulsé fuera del agua, la ayudé a sacarse la ropa por la cabeza y volví a sumergirme, esta vez tirando de sus tobillos hasta que la tuve en brazos⏤ Te aseguro que no piensas eso en el instante en que esa acción se lleva a cabo. Al menos tus gritos no son de disgusto...

⏤¡Liam! ¡Está fría! ⏤se quejó a trompicones víctima del agua fresca empapando cada recoveco de su piel. Se abrazó exaltada a mi cuerpo, casi tratando de trepar para evitar el frío, pero pronto se hubo acostumbrado.

Cuando no respondió de inmediato a mi mordaz respuesta sobre su entrega en la cama, supe que no la había escuchado claramente, si no, ahora estaría luchando por ahogarme bajo el agua. Sin embargo, por mucho que me gustara verla enrabietada como una niña, como la niña inmadura y consentida que nunca pudo ser, no me daría el placer de volverla a repetir. Sobretodo porque estaba apunto de quedarse dormida, otra vez. ¿De verdad tan exhausta la dejaba por las noches que por las mañanas no podía resistir la tentación de estar dando continuamente cabezaditas allí donde podía?

Dejé de darle vueltas a la cabeza cuando escuché una risita amortiguada contra mi hombro.

⏤Estás muy mono cuando te preocupas Liam, sobretodo por mí ⏤dijo pasando su pulgar por las arrugas de mi frente y deslizándolo hasta mi ceño fruncido. De pronto sentí mi expresión relajarse y, acto seguido, mi cuerpo entero⏤ Me atrevería a decir que las noches son lo mejor de estas vacaciones, así que ni se te ocurra volver a plantearte el ejercer tu inquebrantable autocontrol sexual para complacerme porque lo único que obtendrás será una mujer además de cansada, insatisfecha.

La miré asustado por un momento.

⏤Guau. Jamás imaginé que me regañarías por no querer hacer el amor contigo.

⏤¡Liam! ⏤protestó dándole un manotazo al agua.

Me mordí el labio evitando una carcajada y otra atrevida respuesta y le di la vuelta, pegando su espalda contra mi pecho mientras la guiaba hasta el otro extremo de la piscina. El sol estaba apunto de esconderse por allí y era un espectáculo digno de admirar.

⏤Era broma tonta. Dime entonces qué te tiene tan inquieta. ¿La boda quizá? ¿No te quieres casar conmigo? ⏤pregunté de nuevo fingiendo aflicción. Sabía con total seguridad que esa no era la razón, pues desde que volví a pedirle matrimonio seis meses atrás ella había adoptado la costumbre de llamarme marido frente al resto del mundo siempre que tenía oportunidad, y con evidente orgullo en su mirada.

⏤Es mi familia. Tenerlos allí reunidos a todos va a ser raro después de tanto tiempo, e incómodo. ¿Crees que tengo motivos para alarmarme?

⏤Bueno... ⏤medité⏤ si no los hubiéramos visto en años y no supiéramos nada de sus vidas, hasta yo me preocuparía por no saber por qué etapa están pasando y si vienen dispuestos a guerrear, sobretodo tu hermana. Pero eso no ha sido así.

En los últimos años, antes de que Ethan, nuestro primer hijo naciera, _____ y yo nos las habíamos apañado para organizarnos en todas nuestras vacaciones e ir a visitar a todos y cada uno de los miembros de nuestras familias. Fuimos a Berlín a ver a su madre, a Canarias a ver a su padre, e incluso a Irlanda a ver a su hermana. Ella había salido hacía ya bastante tiempo del centro de desintoxicación de Berlín en el que se encontraba y decidió hacer las maletas y comenzar a viajar por todo el mundo, buscando una nueva vida. No tenía un hogar fijo, pero cuando nos enterábamos de su paradero, especialmente si nos pillaba relativamente cerca de casa, no dudábamos en ir a verla.

Junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora