32.

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Me da vergüenza ver que tardo tanto en escribir... en serio, ¡25 días! Pero bueno, no os aburriré con lo mismo de siempre.

He leído todos los comentarios del capítulo anterior y os quiero agradecer por todos ellos y por los votos, todas las que tenéis novelas seguro que os sentís genial y súper felices cuando veis que alguien comenta o gasta tiempo en algo que has escrito. Así que mil gracias chicas ♡

Os aviso que en este capítulo van a aparecer muchos personajes nuevos, así que os dejo fotos de varios actores para que os hagáis una idea más o menos de quienes son con sus nombres en la novela, echadle un vistazo si podéis.

Besoss ❤︎ Y si vais a empezar el curso o ya lo habéis empezado os deseo suerte, yo ya lo he hecho :_(


—No os vayáis —dijo Katy quejumbrosa, recostándose en el pecho de su hermano.

Ella había ido pasando por todos los regazos durante el largo trayecto del coche hacia el aeropuerto, haciendo comentarios de aquel tipo, abrazándonos, aferrándose a nuestras ropas. Ahora le había tocado a Liam tenerla encima. Estaba triste, porque sabía que aunque ahora sólo nos fuéramos una semana, luego volveríamos y comenzaríamos a organizar todo para mudarnos a Londres, y eso sí que sería una marcha definitiva. Recién acababa de conocer la noticia y no parecía haberla encajado muy bien.

—Ay mi niña —Liam se mordió el labio conmovido y la estrechó contra él. Nos miraba casi aterrado, mudo, sin saber que decir para aplacar su tristeza.

—Katy, tenemos que seguir estudiando —cogí su mano—. Tú recién comienzas a hacerlo, pero ya veras que cuando seas más mayor quizá tengas que hacer lo mismo que nosotros, y entonces comprenderás el porqué de marcharnos.

—Pero os voy a echar de menos...

—Y nosotros a ti también mi vida —Liam besó su cabeza y trató de sonreírle. Aún así ella no pudo quitar la cara de espanto que tenía—, pero podemos hacernos visitas. En vacaciones o en fines de semanas largos podéis veniros con nosotros.

—¿Lo haremos mamá?

Katy la miró con grandes ojos, expectante, pero ella frunció los labios. Luego volvió la vista hacia el retrovisor y enfocó la mirada en Geoff.

—¿Papá?

Fui la única que escuché a Liam suspirar algo frustrado. Pasé mi mano como pude por detrás de su espalda y le di un medio abrazo. La situación de la familia era complicada, sobretodo la situación económica recordé. A pesar de que Katy era conocedora de ello, era difícil explicarle a una niña que tan precaria era la situación que ni un viaje para ir a ver a su hermano se podían permitir.

—Lo intentaremos hija —respondió su padre finalmente, haciendo un esfuerzo por sonreírle y así satisfacer sus oídos.

—Bueno, también puedo secuestrarte y llevarte conmigo a mi casa cualquier día que me apetezca —dijo Harry ingenioso sin apartar la vista de la carretera— ¿Qué te parece enana?

Ella soltó una carcajada de pronto de lo más divertida al verlo guiñarle un ojo por el espejo. Se arrellanó contra Liam y sonrió, algo nostálgica pero sonrió. Sentí en ese momento como si todos en el coche hubiéramos exhalado suspiros de alivio al ver su reacción. Harry podía ser un oportunista a las malas, pero sin duda también lo podía ser a las buenas.

—Vale —respondió ella como si aquello pudiera ser una opción totalmente válida.

Nos bajamos del coche al llegar a las puertas del aeropuerto, todos a excepción de Harry que nos dejó allí para ir a buscar aparcamiento. De inmediato el coche de Teresa, que nos seguía desde que salimos del centro de la ciudad, se detuvo también frente a nosotros. Esperé pensando que papá se bajaría, pero tan sólo bajó la ventanilla y me hizo un gesto para que me acercara.

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