¡Hola!
Sólo deciros que he tardado un poquito más en actualizar por lo ocurrido con Zayn hace una semana. La verdad es que no he tenido ánimos de casi nada, y creo que a muchas os habrá pasado igual. La noticia fue un palo muy grande para muchas, aunque igualmente respeto su decisión.
Espero que disfrutéis del capítulo. A pesar de que no he estado al cien por cien cuando lo escribía me ha gustado mucho el resultado. Os adelanto que hay un poquito de acción al final jejeje
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-Hija...
La voz de mi padre me interrumpió de lleno justo cuando me disponía a marcharme de casa. Retrocedí unos pasos y asomé la cabeza por la puerta de su despacho.
-Dime.
Él carraspeó y se levantó de su asiento. Encima de su mesa se encontraban extendidos unos panfletos que se me hacían bastante familiares.
-La directora de tu colegio me informó el otro día de las propuestas que recibiste para pasar los años académicos que te quedan fuera de España -dijo.
Yo abrí los ojos impresionada. No esperaba que fuera Pilar la que se lo comunicara a mi padre, había pensado hacerlo yo, pero no tan pronto.
Papá me miraba expectante apoyado en un lateral de su escritorio.
-Verás yo... ahora no tengo tiempo de hablar de esto. He quedado con Liam y no quiero hacerlo esperar.
-De acuerdo -alzó sus manos-, pero ten en cuenta que no podemos aplazar este tema por mucho más tiempo. Queda muy poco para que finalice este curso y no quiero que te quedes sin plaza en estas escuelas -señaló hacia los folletos con los nombres y las fotos de los conservatorios internacionales que me solicitaban- son muy buenos sitios para continuar formándote.
Giré tras asentir con la cabeza conforme, dispuesta a irme ya, pero algo cruzó fugazmente por mi cabeza entonces.
-Papá, ¿tú quieres que me vaya?
Él abrió la boca sorprendido por lo directa que fui. Reaccionó más tarde, cerrándola y sacudiendo la cabeza con firmeza.
-Quiero que te marches fuera de casa a estudiar porque sé que en esta isla no podrás recibir la clase de educación que mereces. Eres una gran artista _____, lo sé desde que eras pequeña e iba a verte a tus audiciones y a tus actuaciones -yo abrí mis ojos incrédula. Muy pocas veces había él ido a verme cuando tenía conciertos, y siempre pensé que nunca lo mencionaría, ya que en su momento no lo hizo-. Aunque te cueste creerlo, aún recuerdo algunos de esos días. Nunca te dije que era maravilloso lo que te veía hacer día tras día, pero de verdad que lo pensaba, y lo sigo pensando, y por eso me gustaría que continuaras así.
Asombrada por sus palabras, me acerqué con lentitud y lo envolví con mis brazos. Sintiendo como su sonrisa se ensanchaba, lo estreché más fuerte.
-Te quiero mucho hija, aunque no te lo diga muy a menudo tienes que saber que es verdad. Siempre me costó expresar mis sentimientos, creo que tú lo sabes más que nadie ya que has heredado parte de ese defecto -asentí dándole la razón. Ciertamente ese había sido uno de los motivos por el cual manteníamos cierta distancia con el resto de nuestros familiares-. Y ahora vete, no te quiero entretener más -me guiñó un ojo y volvió a sentarse tras su escritorio-, Liam debe estar ansioso por ver lo guapa que te pusiste para él.
-Cállate... -reí-. Adiós.
-Adiós, pásalo bien.
Caminando por la calle minutos después me sentí de lo más incómoda. Era cierto que no iba deslumbrante ni nada por el estilo, de hecho había desistido de calzarme uno de los dos pares de tacones que Alba me regaló, pero aún así me había esmerado mucho por arreglarme sin exageraciones. Varios hombres, no chicos de mi edad, sino hombres maduros, se volvían a mirarme a mi paso. Lo único que podía hacer entonces era bajar la cabeza y acelerar mis pasos con la esperanza de llegar cuanto más rápido posible al apartamento.
