SR.Styles.

58:« ¡Él se fue!»

La sonrisa en el rostro de Harry nadie podía borrarla, se sentía tan feliz.

Aquel día Liz saldría de la clínica junto con sus hijos, después estar tres días hospitalizados, el médico le había dado de alta ya que los tres estaban en perfecto estado.

Harry solo se había despegado de ella cuando tenía que ir a casa a bañarse,y  porque era obligatorio. Pero después de eso pasaba todo el día con ella y los bebés.

Harry se había vuelto más sobre-protector que nunca. Aquel instinto protector había florecido aún más al tener sus hijos en brazos.

Tomó la decisión de llamar a su chófer ya que no le apetecía conducir, preferí ir con Liz y sus hijos en la parte de atrás, así podría ayudar a Liz ya que no podía sostener a los dos bebés al mismo tiempo durante todo el trayecto a casa.

Liz se sorprendió un poco, aunque no sabía porque aquello le sorprendía tratándose de Harry Styles. La limusina le esperaba para llevarla a casa, pero no solo había una limusina sino tres auto más negro, una delante de la limusina y dos detrás. Harry le había explicado que aquellos eran el personal de seguridad que había contratado. Quizás fuera un poco exagerado pero después de aquel susto de muerte que había pasado Harry no estaba dispuesto a arriesgarse.

Le ayudó a acomodarse en la parte de atrás y luego tomó a su hijo en brazos y partieron a su hogar.

Él sabía que ella no volvería a la mansión pero él no quería estar lejos de ellos, por lo cual tomó la decisión de mudarse con Liz en la nueva casa en la que ella había estado viviendo, estaba seguro de que ella no le gustaría aquello.

-¿Qué nombres les pondremos? – pregunto Harry al cabo de unos minutos.

-La verdad es que aún no decidido. ¿Tienes algunos en mente?

-Tengo una lista, pero esperamos llegar a casa, luego que descanse podremos tomar  una decisión.

Ella asintió feliz aunque un poco sorprendida, Harry había hecho una lista con nombres para sus bebés.

Él estaba embobado con hijo y el pequeño parecía a gusto en brazos de su padre.

Harry sería un gran padre pensó Liz. Era un hombre maravilloso. ¡Dios! cómo había podido equivocarse tanto, había estado tan ciega de los celos que lo había juzgado sin darle la oportunidad de defenderse.

Los celos le habían cegado por completo. Además todo apuntaba a que él le estaba engañando, sus salidas misteriosas, su comportamiento y aquel beso que le había visto darse con verónica, pero ahora sabía que Harry no había iniciado aquel beso, verónica lo había tomado por sorpresa. Sabía que él nunca le había engañado pero ya era muy tarde.

Cuando llegaron Harry le ayudó a instalarse para que descansara.

Harry observaba a Liz la cual ahora reposaba debajo de las mantas, pero parecía inquieta.

-No puedo dejar a mis bebés solo – dijo Liz.

Con que era eso pensó Harry, los bebés estaban durmiendo en la habitación del alado.

-Descuida yo estaré con ellos, cuando despierten traeré su cuna a esta habitación. Además la enfermera está muy al pendiente .Ahora descansa.

Harry había insistido en contratar a una enfermera para que le ayudar cuando él no estuviera, Liz se había negado. Pero al final Harry había impuesto su voluntad.

Harry aprovechó que todos dormían para hacer alguna llamada. Había llamado a la madre de Liz y le había explicado todo. La mujer estaba feliz de ser abuela. También había llamado a Zack. Y a los demás. Tanto Lían como Louis había prometido viajar a primera hora para ir a conocer a los bebés. También le habían felicitado más de una vez.

El teniente que lleva el caso le había llamado, para informarle que aquel hombre había sido condenado a muerte.

Liz despertó tarde el cielo había oscurecido, todo estaba en silencio lo cual le pareció extraño. Salió en busca de Harry y lo encontró en la habitación de los gemelos.se alegro al ver que el aún estaba allí, no quería que él se fuera.

La escena era hermosa, Harry estaba sentado en la mecedora con sus hijos en brazos, los cuales estaban rendido. En la mesita había dos pequeños biberones vacíos.

-Hola-le saludó, él abrió sus hermosos ojos verdes y sonrió.

-Hola, han despertado hace un rato, pero no quise despertarte.

-Supongo que ya comieron.

-¿Tú que cree?

-Creo que eso es un sí.

-La enfermera se encargó de preparar los biberones. Yo sé que tu quieres darles el seno y eso está bien muy poca mujeres hacen eso, pero debes tener en cuenta de que son dos lo cual lo hace un poco complicado para ti. Además hay que darle el biberón para que se vayan acostumbrando.

- Si, lo sé. Aunque eso no quiere decir que dejare de darle el seno.

-Serás una madre perfecta-murmuró él.

-Y tú será un padre maravilloso.

Después de acostar a los gemelos, ambos salieron de la habitación.

Harry observó aquel lugar, era cálido, maravilloso. Estaba alejado del ruido de la ciudad. Sería un lugar perfecto para criar sus hijos. Solo debía hacerle algunas mejoras y construir un despecho para poder trabajar desde casa.

Se estaba apresurando a los hecho pensó, a pesar de todo él y Liz aún estaban separados. Aunque claro él no estaba dispuesto a alejarse de sus hijos, no quería ser un hombre cruel y menos con la mujer que amaba pero si ella se ponía difícil tendría que presionarla un poco.

Y aunque aquello fuera ruin él sabía las teclas que debía presionar.

La tomó de la mano y la llevó a la cocina, apartó una silla y la hizo sentarse. Ella se comportaba de una forma dócil, pensó que quizás estaba cansada.

Pero lo que él no sabía era que ella se sentía tan culpable.

Liz observa a Harry moverse en la cocina con naturalidad, aquel día llevaba, una camisa negra desabrochada y arremanga hasta los codos., jeans negro y el cabello castaño despeinado, parecía relajado y feliz. Debía recuperar a su esposo pensó.

Harry había terminado de hacer la cena y cacho a Liz mirando de una forma extraña. Él sonrió medio burlón quizás no todo estaba perdido. Y decidió dar su último golpe, la recuperaría muy pronto.

-Ahora debo irme –dijo él, en cuanto Liz lo escuchó, sintió un gran dolor en su corazón.

-Bien-logró decir sin mirarlo. El momento tan temido había llegado.

Él se despidió de ella y salió sin nada más que decir.

Liz no ceno, como podía hacerlo. Regreso a su habitación y en cuanto estuvo sola, se echó a llorar.

Harry se había marchado, dejándola sola con bebés. Había pensado que él se quedaría aunque fuera las primeras semanas.

Era su primer día en casa, después de haber salido del hospital, no quería estar sola. Sentían un poco de miedo por su bebés ¿y si le sucedía algo? O ¿si se enfermaban? Harry era un hombre que tenía la capacidad de solucionar todo con rapidez. Lo necesitaba allí y no solo por eso. Quería que su esposo estuviera a su lado. Pero al parecer el solo desempeñaría el papel de padre.

Sentía un vacío en su corazón, estaba feliz porque tenía a sus bebés sanos y salvos, pero por otra parte estaba destrozada. El ya no la amaba.se durmió llorando.

«Dreans1d»

S.H.L.©

Hola mis amores ,solo falta 1 capitulo para terminal .BESOS Y ABRAZOS ...