52:«Gritos y golpes»

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No había podido dejar de llorar desde que había visto a su esposo besarse con Verónica.

Aquel  dolor era tan fuerte que no podía aliviarlo con nada.Nuevamente él la había lastimado, más que eso esta vez él la destrozó por completo. A Pesar de que él nunca le había dicho que la amaba, ella había creído que si la amaba.

Porque sus acciones eso demostraba. Él se había comportado como el hombre perfecto, había sido  atento , amoroso y encantador.Nunca se había perdido una cita del médico. El siempre había estado alli para ella.

Y aquello fue lo que más le dolió, todo aquello había sido una falsa. En nunca la había amado.

Las lágrimas no dejan de rodar por su rostro, el dolor era tan insoportable.Era como si le hubieran clavado una estaca en el corazón.

Se sentía  cansada, tan cansada como nunca antes.Le dolía la cabeza de pensar, de recordar. En aquellos momentos su mente era un mar de emociones:tristeza, dolor, rabia, odio.

Harry pensó que debía poner punto final aquella situación.

Aun se encontraba  sentado en la cama, mientras su esposa lloraba como si le hubieran roto el corazón. En vano había insistido en le abriera la puerta. Ella llevaba más de 15 minutos trancada en el baño llorando. El quería consolarla, mimarla y estrecharla en sus brazos.

No sabía que a su esposa le había afectado tanto el hecho de que Verónica viviré allí, pero si ese era el problema, él lo solucionaría rápidamente. No estaba dispuesto a seguir escuchando su esposa llorar aquello le rompía el corazón.
Sabia que las mujeres embarazada eran muy vulnerables sin mencionar que Liz siempre había sido un tanto insegura según su figura, pero aun así en el estado en que estaba no había mujer más hermosa para él.

Cundo Harry la vio salir del baño, la miro con dolor, ella tenia los ojos rojos  hinchando tanto llorar.

-Amor, te prometo que de ahora en adelante todo cambiará-dijo él y la abrazo, pero ella se retiró rápidamente.

-Vete.

-Liz.

-Harry, sal ahora. Estoy cansada quiero dormir.

-Cariño, no me gusta oírte llorar, no sabía que la presencia de Verónica te incomodaba tanto.

Aquello era cierto si sabía que en un principio ella se había molestado, pero pensó que eso había cambiado.El no pasaba mucho tiempo en casa, tenia  Muchas trabajo últimamente.

-No quiero hablar de esa mujer-dijo ella con frialdad-Vete.

Él decidió dejarla descansar, por el bien de ella y de las criaturas.Quería quedarse alli y conversar con ella terminar de una vez con toda aquella maldita indiferencia.

Apenas la puerta se cerró ella se hecho a llorar en la cama. Sentía rabia por no poderle reclamar su engaño, odio por no poder dejarlo y dolor y más dolor por su Corazón roto.

Liz no se fiaba de Harry, aquel hombre era despiadado había metido a su amante bajo el mismo techo que ella. Deseaba tanto poder desaparecer irse lejos de él.Pero no podía hacer eso, ya lo había hecho una vez y él la había encontrado.

El había amenazado una vez con alejarla de su bebe.Muchas cosas habían cambiado ya no eran un solo bebé si no dos y ahora él amaba a sus hijos estaba segura que sí huía de él la encontraría y le quitaría sus hijos los cuales están apunto de nacer.

Liz lloro más aún, sabía que tenía que continúa con aquélla falsa se matrimonio por él bien de ella y sus bebés.Ahora que estaba a pocas semanas de dar a luz no podía permitir que la alejaran de su hijos. Estaba segura de que Harry haría aquello si ella lo dejaba otra vez.

SR.Styles.Where stories live. Discover now