53:«Mala suerte»

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A pesar de que Verónica ya no estaba en casa, Liz continuaba comportándose distante. Harry ya no sabía qué hacer. Solo debía ser paciente y esperar.Y confiar en que todo mejoraría.

Liz bajó a desayunar aquella mañana y se sorprendió al ver a Harry allí. Había pensado que ya estaba en la empresa por eso bajo a ésa hora.Para evitar ver lo.

Ella se había cambiado de habitación, ahora dormían separado, Harry había protestado.Pero ella no le había hecho caso.

Las pocas veces que hablaban establecían una conversación civilizada. Como personas educadas.

-Buenos días-dijo mientras se sentaba en la mesa.

-Buenos días, cariño¿Cómo te sientes hoy?

-Bien gracias-se limitó a decir.

Harry suspiro.

-Es bueno saberlo.

-Mmm.

Después de aquella breve charla desayunaron en silencio.

Liz pudo notar la mirada de Harry sobre ella durante los minutos que duró el desayuno.

Este se puso en pie.

-Esta noche llegaré tarde, tengo una cena de negocio-le dijo. Ella solo asintió sin mirarlo.

Harry miró a su mujer con tristeza durante un momento, pero ella no se percató de la mirada triste con la que su esposo la observó antes de irse.

Ojalá pudiera quedarme pensó Harry, su matrimonio cada vez peligraba más y lo peor de todo es que no sabia que hacer para remediarlo.Era un maestro en los negocios pero en cuanto al amor era un completo novato.

Pensó que quizás una segunda luna de miel sería la mejor solución, ya que la primera se había visto interrumpida.Le había dicho a Liz que tenían que regresar debido a que tenía mucho trabajo acumulado en la empresa, pero la verdad había sido otro asunto. Liam la había llamado para informarle que el misterioso asesino había vuelto atacar y esa vez había colocado explosivo de bomba en la sucursal de la empresa de República Dominicana. Y nuevamente había arrebatado vidas de personas inocentes. La empresa había quedado destruida y tendría que invertir varios millones para volver a ponerle en pie, pero aquello era lo de menos podía reconstruir la empresa una y otra vez.Pero lo que no podía era revivir la víctima fallecidas.Por eso debía atrapar aquél maldito demente y que Dios se apiadara de él cuando le pusiera las manos encima.

Con todo lo que había estado pasando no había prestado mucha atención a Liz y a sus celos por Verónica, había pensado que aquello pasaría pronto.No sabia que su esposa había pasado tantos malos momentos. Pues salía muy temprano de casa y regresaba tarde, aunque a veces solía llegar temprano.

Había duplicado la seguridad de la casa y había contratado más personal para que mantuvieran a Liz vigilada y fuera de peligro. No se andaba con rodeos aquel asesinó quería destruirlo y estaba seguro que aquél asesinó trataría de hacerle daño a través de Liz.

Liz no lloro ya había llorado bastante "una cena de negocio le había dicho él"pero ella sabía que con quien se encontraba era con su amante y le dolía, pero ya no podía llorar se negaba a derramar una sola lágrimas por un hombre que no lo merecía.

Subió la escalera y se arregló para salir.

Zack se sorprendió al ver su querida amiga allí, pero la recibió con mucha alegría.

-Porque no me avisaste que venía-dijo mientras la abrazaba.

-Quería darte una sorpresa-dijo ella sonriendo para que su amigo no se diera cuenta de lo triste que en realidad estaba.

SR.Styles.Where stories live. Discover now